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Somete al dragón malvado, Kasyapa busca la salvación

En el reino de Magadha había tres líderes de otra vía, eran tres hermanos; Uruvilva-kasyapa tenía quinientos discípulos, Nadi-kasyapa, y Gaya-kasyapa cada uno tenía doscientos cincuenta discípulos. Los ministros del reino de Jiwei creían en ellos y los respetaban, cada uno de ellos guiaba a sus discípulos, y se dedicaban a presentar ofrendas al fuego. Uruvilva-kasyapa tenía ya ciento veinte años, él mismo creía que había obtenido el estado de luohan. Sus dos hermanos de menor edad y sus discípulos, la gente etc. también creían todos que era un luohan que había obtenido el Dao, y todos lo veneraban como el maestro más elevado. El poderoso y valiente fo Sakya Muni quería ir primero a persuadirlo, y después podía ir a salvar ampliamente a todos.

Un día, el Fo llegó a la residencia de Kasyapa. Este vio la virtud poderosa y la apariencia solemne del Fo, entonces se levantó y alegremente le dio la bienvenida, preguntando: “Joven sramana, ¿de dónde viene?” El Fo respondió: “Vengo del reino de Varanasi, quiero ir a la ciudad de Rajagrha; ya es tarde, por favor permítame pasar aquí la noche”. Kasyapa respondió: “Si usted quiere pasar la noche por supuesto que puede, no obstante mi casa ya está ocupada completamente por mis discípulos. Solamente tengo una habitación de piedra vacía, por dentro está muy limpia, todas las herramientas que usamos para hacer ofrendas al dios del fuego las guardamos allí. Sin embargo hay un dragón de fuego brutal que reside dentro, ¡podría dañarte!” El Fo dijo: “Usted solamente permítame alojarme esta noche”. Kasyapa estrechándole las manos le dijo: “Ese brutal y malvado dragón seguro que querrá dañarte, ¡esto no es un juego!” “No se ponga nervioso, solamente ocúpese de alojarme para esta noche, eso es todo”. El Fo le habló de esta manera con seguridad. Kasyapa entonces lo guio hacia la habitación de piedra para pasar la noche, y añadió: “En caso de que ocurriera algo inesperado, ¡de ninguna manera podrás culparme!”

Al llegar la noche, el Venerable se sentó en la posición de loto en medio de la habitación de piedra. El dragón malvado se acercó escupiendo humo y fuego, el Venerable entró de inmediato en samadhi emitiendo una luz de fuego, el fuego del dragón no podía hacerle daño. El dragón malvado estaba aún más enfadado, las llamas llegaron hasta el cielo, y quemaron la habitación de piedra. Los discípulos vieron este gran fuego, y todos fueron a avisar a Kasyapa. Este instruyó rápidamente a los discípulos para que echaran agua y acudieran a salvarlo, pero extrañamente cuanto más ardía el fuego más se extendía, todos creyeron que ese joven monje había sido enterrado por el fuego en la cueva, ¡no sintieron lástima! Quién podía saber que el Fo había sometido al fiero dragón usando sus poderes divinos, eliminando su corazón de enfado y maldad, y después enseñándole las tres conversiones, lo encogió volviéndolo muy pequeño, y lo puso dentro de su tazón.

Al día siguiente al amanecer, Kasyapa pensó en ir a buscar su esqueleto convertido en cenizas, y de repente vio al Venerable intacto y sin padecimiento sentado allí. El Fo le dio el tazón para que mirara, y le dijo: “Mi corazón está tranquilo, en ningún momento pude ser dañado por su mal externo”. ¡El maestro Kasyapa y sus discípulos exclamaron en asombro! Kasyapa le dijo a sus discípulos: “Aunque el joven sramana posee poderes divinos, ¡sin embargo nunca se podrá comparar con la autenticidad de nuestra vía!” Él aún era así de obstinado.

El Fo dijo: “Ahora, me gustaría vivir aquí, ¿está bien?” Kasyapa accedió. Al día siguiente durante la noche, el Fo se sentó bajo un árbol. Cuatro grandes reyes del Cielo bajaron para venerar al Fo y escuchar su Fa, había una luz clara como la del sol o la luna. Kasyapa se levantó en medio de la noche, y vio el brillo de la luz al lado del cuerpo del Fo, les dijo a sus discípulos: “Este joven monje probablemente también sea uno de aquellos que veneran al fuego”. (En la India en tiempos antiguos había muchas vías que veneraban al fuego). Al amanecer fue a preguntarle al Fo: “¿También eres de aquellos que veneran al fuego?” El Fo contestó riéndose: “¡No lo soy, no lo soy! Anoche bajaron cuatro reyes del Cielo a escuchar el Fa, ¡era la luz de sus cuerpos!” Kasyapa les dijo a sus discípulos: “El joven sramana posee una gran virtud divina, ¡pero nunca podrá alcanzar la autenticidad de mi vía!”. Él aún era así de orgulloso.

A la tercera y a la cuarta noche el dios del Cielo (también llamado Emperador de Jade) y el rey del Cielo Dafan bajaron a escuchar el Fa. La luz que desprendían era aún más brillante, pero Kasyapa pensaba que sólo la suya era la vía recta. Más tarde cuando Kasyapa y sus discípulos querían hacer ofrendas con fuego, el fuego no podía encenderse. Kasyapa sabía que era otra vez ese monje que estaba allí haciendo cosas extrañas, así que corrió a buscarlo para pedirle consejo, el Fo le dijo: “¡Ve! Podrás encenderlo”. Al regresar realmente con un movimiento lo encendieron. Pero una vez encendido no podía extinguirse, así que no tuvo más alternativa que volver a consultarlo. Después de que el Fo habló, naturalmente se extinguió. Cuando Kasyapa y sus discípulos cortaban leña, no podían levantar el hacha, y después de pedir ayuda al Fo pudieron levantarla. Después de levantar el hacha no podían bajarla, y al ir a buscar al Fo pudieron bajarla. El Fo mostraba de esta manera sus poderes divinos y fue a convencerlo. Sin embargo el obstinado y engreído Kasyapa aunque también estaba sobresaltado por su virtud divina, al final creía que no podía igualar la autenticidad de su vía.

En ese momento era el tiempo en que se iba la primavera y llegaba el verano. Kasyapa invitó al Fo a pasar el verano allí, le proveyó todo lo necesario para usar en el día a día. Por un lado instruía a sus discípulos, y cada día hacía refinadas comidas para ser hospitalario con el joven sramana. Al día siguiente, al llegar la hora de la comida, Kasyapa fue a invitar al Fo a comer, el Fo dijo: “Ve tú primero, yo iré después”. Después de que fuera Kasyapa, el Fo usando un poder divino con los pies en un instante llegó al límite extremo de ese continente, y recogió frutas frescas que crecían allí. Llenó el tazón, y regresó rápidamente. Antes de que Kasyapa hubiera llegado, el Fo ya había llegado antes que él. El Fo le enseñó el tazón lleno de frutas frescas, y le preguntó: “¿Conoces estas frutas?” Kasyapa respondió: “Nunca las he visto”. El Fo dijo: “Estas son frutas frescas del “árbol jambu” situado en el lado sur de esta tierra a diez mil li, su aroma es delicioso, en un abrir y cerrar de ojos las recogí y volví, ¡puedes probarlas y mirarlas!”. Kasyapa pensó en su corazón: “En un tiempo instantáneo fue y volvió recorriendo un camino de diez mil li, como una deidad, pero nunca podrá igualar la autenticidad de mi vía.” Al tercer y cuarto día fue a los tres continentes al este, oeste y norte a recoger “la fruta amalaka”, “la fruta haritaki” y “arroz natural” y volvió con todo ello. Kasyapa aunque estaba asombrado, al final no cambiaba su actitud arrogante, y dijo: No puede compararse con la autenticidad de mi vía. Pasaron varios días. El Fo quería agua, y el agua del manantial borboteaba justo al lado; el Fo quería lavar sus ropas, y justo aparecía una enorme piedra para lavar la ropa situada cerca a un lado. Kasyapa lo vio, ¡y exclamó en asombro! Sin embargo al final no estaba dispuesto a ceder. A continuación, el Venerable entró a darse un baño, los árboles doblaron sus ramas, cuando el Fo salió de su baño, el agua se dividía a ambos lados; Kasyapa divisó al Fo sumergido en el agua, y condujo un bote junto con sus numerosos discípulos para salvarlo, el Fo desde debajo del bote entró en el mismo y se sentó, sin que el bote fuera perforado.

De esta manera mostró poderes divinos dieciocho veces, pero no eran nada para Kasyapa, de carácter orgulloso y de fuerte voluntad. Aunque aceptaba sus milagros de corazón, sin embargo al final creía que no se podía igualar con la autenticidad del sistema que él mismo cultivaba, y además también creía que él mismo había obtenido realmente la vía de luohan. El Fo le reprendió: “¡Kasyapa! No eres un luohan, ni tampoco estás transitando la vía de luohan. En realidad aún no has entendido la vía, ¿por qué miras la reputación sin avergonzarte, te llamas a ti mismo luohan, y dices tú mismo que has obtenido el Dao? Kasyapa soportó esta pregunta, no pudo evitar sentirse aterrado; comenzó a sentirse avergonzado y asustado, en su corazón pensó: “Este joven sramana, en verdad es capaz de conocer completamente mis pensamientos”. Entonces le suplicó: “Santo, ya que ves claramente mi corazón, y ves claramente mis defectos, entonces le solicito al gran sabio que me acepte y me enseñe”. El Fo respondió: Eres un cultivador de ciento veinte años, rico y famoso, además te siguen numerosos discípulos, y tienes la lealtad de los súbditos del rey, deberías intentar considerarlo cuidadosamente, sólo entonces te aceptaré”.

Kasyapa se alejó solo. A continuación reunió a todos los discípulos que aprendían de él, y les dijo honestamente: Este joven sramana ha estado viviendo aquí, y ha manifestado todo tipo de poderes divinos, los cuales ya son asombrosos. Pero su sabiduría es profunda y vasta, su buena fortuna y virtud son extensas, ¡especialmente yo me quedo corto en comparación! Ahora he decidido que quiero buscar refugio bajo su asiento, y ser su discípulo, y aprender su Vía, ¿cómo lo ven ustedes?” La multitud habló junta: “Nuestro conocimiento es limitado, siempre hemos dependido completamente de la enseñanza del maestro, ahora el maestro ha decidido cultivarse y aprender de otro, por supuesto nosotros también iremos con él a aprender”. Por lo tanto Kasyapa y los quinientos discípulos fueron juntos frente al Fo y Kasyapa le dijo: “Yo y la multitud de discípulos estamos determinados a refugiarnos en el gran sabio, ¡solo esperamos que nos acepte y nos instruya compasivamente!” El Venerable afeitó la cabeza a Kasyapa y le enseñó. La multitud escuchó al Fo enseñar el Fa y arrojaron al rio Nairanjana los utensilios que siempre habían utilizado para presentar ofrendas al dios del fuego, todas se fueron con la corriente hacia el este. Los hermanos menores de Kasyapa, Nadi-kasyapa y Gaya-kasyapa, vivían en la parte baja del rio, vieron esos instrumentos y objetos de veneración flotando con las olas, siguiendo la corriente hacia abajo. No lo podían soportar y estaban atónitos, entonces discutieron entre ellos: “Los instrumentos de nuestro hermano mayor bajan siguiendo la corriente, de seguro que ha ocurrido algún evento inesperado, o temiblemente ha sido dañado por alguien, es mejor que vayamos lo más rápido posible a inspeccionar”.

Una vez que ambos hubieron acabado de discutir la situación, navegaron velozmente contra la corriente, y llegaron a donde se encontraba Uruvilva-kasyapa. Sólo vieron el patio, que estaba como siempre, pero estaba vacío y silencioso, y no había un alma, se sintieron aún más ansiosos, creyendo sin dudarlo que lo habían asesinado. Ambos ya se habían dado la vuelta y se habían ido, cuando se toparon con alguien a quien le preguntaron por noticias sobre su hermano mayor. Más tarde una persona les dijo: Vuestro hermano mayor y los numerosos discípulos, todos abandonaron su anterior vía de cultivación, y buscaron refugio bajo la vía del Fo Sakya Muni, abandonaron su hogar para ser monjes. Los dos hermanos lo escucharon, y comenzaban a sentirse cada vez más sorprendidos, así que fueron juntos al lugar en el que se encontraba el Fo, y vieron a su hermano mayor y a los discípulos, todos se habían convertido en monjes con la cabeza rapada y la túnica. Los dos hermanos dieron un paso adelante, y una vez completados los saludos, preguntaron rápidamente: “Nuestro hermano mayor tenía originalmente una escuela con una multitud de personas que lo seguían, ¿por qué se ha retirado y se ha convertido en el discípulo de otro?” Su hermano mayor dijo: “Vi la gran misericordia consumada y la inconmensurable buena fortuna y virtud del poderoso Venerable, por lo que solamente sigo a Fo Fa, sólo entonces podré realmente cortar para siempre con la vida y la muerte. Hemos encontrado afortunadamente a un gran santo provisto de buena fortuna y sabiduría, si seguía siendo arrogante y lento, sin recibir la enseñanza, ¿cómo no podría tener ciegos los ojos?” Como consecuencia los dos hermanos menores también deseaban al igual que su hermano mayor abandonar su hogar. Así que primero regresaron, y cada uno guió a sus doscientos cincuenta discípulos a estar frente al Fo. Abandonaron el hogar y cultivaron su Vía, gradualmente todos cultivaron exitosamente el fruto de luohan.

Publicado en Minghui.org el 22 de octubre de 2001

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Parte 1

Parte 2

Parte 3 y 4

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Parte 6

Parte 7

Parte 8 y 9

Parte 10

Parte 11

Parte 12

Continúa

(Serie de 15 partes)

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