(Minghui.org) Las autoridades de la Prisión de Mujeres de la Provincia de Guangdong han participado activamente en la persecución de los practicantes de Falun Dafa durante los últimos 23 años. Muchos casos de persecución han sido publicados en Minghui.org, y la situación contra las practicantes de Dafa dentro de la prisión sigue siendo sombría. Los guardias, junto con las reclusas a las que manipulan, siguen torturando a las practicantes que se niegan a renunciar a su fe.
Medios de Tortura: Abuso verbal, privación de comida, sueño y uso del baño.
Los guardias de la prisión han entrenado a reclusas selectas (llamadas colaboradoras) para que les ayuden a perseguir a las practicantes firmes. Los guardias y las colaboradoras experimentadas obligan a otras reclusas a familiarizarse con la información difamatoria contra Falun Dafa, y les exigen que se unan a ellos para torturar a las practicantes. Si las reclusas se niegan a hacerlo, les obligan a realizar trabajos intensivos en el taller clandestino de la prisión.
Los guardias utilizan a las colaboradoras para llevar a cabo torturas específicas. Una de las tácticas de tortura más utilizadas es la denominada "lechuza nocturna", en la que las colaboradoras utilizan un palito para abrir los ojos de las practicantes e impedirles parpadear. Muchas practicantes que sufrieron esta tortura se volvieron incoherentes y su cabello se volvió gris rápidamente. Las colaboradoras rodeaban a las practicantes las veinticuatro horas del día y las maltrataban verbalmente.
Tampoco les dejaban comer ni ir al baño. Algunas practicantes tenían que permanecer de pie o sentadas en un pequeño banquito durante mucho tiempo, lo que les causaba graves lesiones en los glúteos y la parte baja de la espalda. Si una practicante se negaba a admitir por escrito que era una delincuente, los guardias no la dejaban comprar artículos de primera necesidad, como alimentos, papel higiénico y compresas menstruales.
Representación de torturas: "Lechuza nocturna", en la que a una practicante se le abren los ojos con un palito para que no pueda parpadear ni dormir.
Con frecuencia, las colaboradoras metían en la boca de las practicantes trapos sucios o compresas menstruales usadas, o subían el volumen de la televisión o de la música para impedir que las practicantes contaran a otras reclusas la brutal persecución.
El pabellón cuatro de la Prisión de Mujeres de la Provincia de Guangdong es un pabellón designado para "transformar" a las practicantes que no sucumben a las torturas. Los guardias no dejan a las practicantes comer, ir al baño, ni dormir durante largos periodos de tiempo. Cuando las practicantes desarrollan dolor de estómago, problemas de vejiga y otros problemas de salud relacionados, los guardias las obligan a tomar drogas tóxicas.
Casos de persecución
La Sra. Chen Pingzhen fue condenada a cinco años en 2019. Las autoridades la habían detenido previamente y recluido en un centro de lavado de cerebro en 2015. Al carecer de supervisión como consecuencia del encarcelamiento de su madre, el hijo pequeño de esta practicante se cayó a un pozo de su casa y se ahogó.
La policía detuvo a la Sra. Chen Guangyun en 2016. Fue encarcelada durante tres años y medio y puesta en libertad en 2019. Fue detenida de nuevo el 24 de noviembre de 2020 y se enfrenta a otra pena de prisión.
Debido a que la Sra. Zhang Yuzhen se negó a renunciar a su fe, fue encarcelada en múltiples ocasiones. Los guardias la acusaron de ser "reincidente" y la trataron con crueldad. Las reclusas la oían gritar a menudo durante las brutales sesiones de tortura. Tenía unos 50 años, pero parecía una persona de 70; su espalda estaba encorvada y sus piernas temblaban incontrolablemente. A pesar de su estado físico, los guardias la llevaban en silla de ruedas al taller clandestino y la obligaban a trabajar todos los días.
Muchas veces la Sra. Yuan Yumei tenía que pasar la noche inmóvil después de trabajar todo el día en el taller clandestino.
Los colaboradores obligaron a una practicante mayor a arrodillarse durante un largo periodo de tiempo. A menudo la veían con una mano en el suelo sosteniéndose, con las rodillas sufriendo un dolor insoportable.
Una represora
Las autoridades penitenciarias pueden controlar todos los rincones de la prisión mediante cámaras de vigilancia. Sin embargo, ignoran las torturas a las practicantes que se niegan a firmar declaraciones en las que renuncian a su fe.
La guardia Yu Yunxia (mujer, número de placa 4455406) trabaja en la prisión de mujeres de la provincia de Guangdong desde el comienzo de la persecución. A menudo ha alardeado del número de practicantes que ha "transformado" a lo largo de los años.
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Categoría: Torturas a mujeres