Persecución

A finales de la década de 1990, cien millones de personas practicaban Falun Gong. Jiang Zemin, exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh), percibió la creciente popularidad de la disciplina espiritual como una amenaza para la ideología atea del PCCh y, el 20 de julio de 1999, emitió una orden para prohibir la práctica. Desde entonces, se ha confirmado la muerte de miles de practicantes como consecuencia de la persecución (aunque se estima la cifra es exponencialmente mayor), y muchos más han sido encarcelados, torturados e incluso asesinados para obtener sus órganos.

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