(Minghui.org) En un artículo publicado por Townhall.com el 28 de febrero de 2025, Brian Taef escribió que los ataques del Partido Comunista Chino (PCCh) contra Shen Yun en Estados Unidos han pasado de ser una guerra mediática a una amenaza terrorista.

El artículo dice: «Durante años, el Partido Comunista Chino ha intentado desacreditar a Shen Yun, emblema de la libre expresión cultural, mediante una implacable campaña de manipulación mediática y distorsión ideológica. Una reciente amenaza de bomba en el Kennedy Center marca un nuevo y peligroso capítulo en ese asalto. No se trata simplemente de un atentado contra una representación, sino de una cruda escalada de la propaganda a la amenaza de violencia real, señal de que, incluso en suelo estadounidense, nuestros preciados símbolos culturales no son inmunes a la intimidación autoritaria.

«Cuando el PCCh se apoyaba únicamente en los medios de comunicación para dar forma a las narrativas y socavar Shen Yun, todo era retórica, un intento calculado, aunque insidioso, de sembrar la duda y crear miedo desde lejos. Sin embargo, la reciente amenaza de bomba contra un acto de Shen Yun en una de las instituciones culturales más emblemáticas de Estados Unidos revela un giro aterrador. El mensaje es claro: cuando las palabras y las imágenes no consiguen infundir suficiente terror, el siguiente paso es la intimidación física».

Brian también declaró: «Al haber crecido bajo el régimen represivo de la República Islámica de Irán y haber servido después en el ejército estadounidense, he sido testigo directo de cómo se ejerce la violencia patrocinada por el Estado para suprimir la libertad y controlar a la población. En regímenes como la República Islámica de Irán y el PCCh de China, el miedo se utiliza sistemáticamente para sofocar la disidencia y mantener el poder. La amenaza de bomba en el Kennedy Center es un duro recordatorio de que tales tácticas no son reliquias de tierras lejanas; son estrategias en evolución que pueden manifestarse y se manifiestan en suelo estadounidense en cualquier momento. La mera idea de que nuestras instituciones culturales puedan ser atacadas de esta manera debería alarmar a todos los estadounidenses que valoran la libertad.

«El Centro Kennedy es algo más que un lugar de actuaciones; es un bastión del patrimonio cultural estadounidense, un lugar donde el arte y la expresión convergen para celebrar los ideales que hacen única a esta nación. Los ataques contra estas instituciones transmiten un mensaje escalofriante: que los guardianes de nuestro patrimonio cultural y de la libertad de expresión no están a salvo del alcance de la intimidación autoritaria. Ya sea con la intención de silenciar una representación o de aterrorizar a quienes se atreven a desafiar a regímenes despóticos, estas acciones amenazan con erosionar los mismos pilares sobre los que se asienta nuestra sociedad.

«Este último incidente debe servir de llamada de atención a todos los que aprecian la libertad. No basta con condenar la desinformación o la propaganda; también debemos hacer frente a las amenazas físicas que acompañan cada vez más a estas tácticas. Cuando regímenes tan expansivos y despiadados como el PCCh o la República Islámica recurren a este tipo de medidas, demuestran su voluntad de utilizar el miedo como arma contra quienes han buscado refugio de la tiranía. La amenaza de bomba no es sólo un incidente aislado, sino que forma parte de una estrategia más amplia diseñada para intimidar, dividir y, en última instancia, socavar los valores que nos definen como estadounidenses.

«En una era marcada por la guerra de la información y las operaciones encubiertas, la complacencia equivale a la rendición. Debemos permanecer siempre vigilantes y unidos en nuestra defensa de la libertad de expresión, el patrimonio cultural y la soberanía nacional. Nuestra respuesta debe ser tan decidida como informada, un toque de clarín para proteger el legado de nuestra nación y garantizar que la libertad, en todas sus formas, prevalezca».

Brian Taef es director general de US Millennials Inc. y veterano de la Guardia Nacional del Ejército de Texas.