(Minghui.org) En 1997, me prestaron las cintas de vídeo de las conferencias de Shifu. En cuanto llegué a casa del trabajo, encendí con entusiasmo el vídeo y empecé a verlas. Después de hacer las tareas domésticas esenciales, me pasaba todo mi tiempo libre viéndolas –incluso durante las comidas–, hasta que terminé la serie entera. Me conmovieron profundamente y pensé: «¡Lo encontré! ¡Esto es exactamente lo que estaba buscando!». El sentimiento era indescriptible: ¡Estaba tan feliz!
Quería conocer a Shifu, así que me sobrevino una gran decepción cuando me enteré de que se había marchado al extranjero. Un practicante sonrió y me aseguró: «No importa. Mientras estudies el Fa y practiques diligentemente, recibirás lo que debes». A partir de ese momento, me embarqué en mi camino de cultivación en Falun Dafa.
Al principio practicaba solo en casa. Más tarde, una practicante me llevó a una conferencia de intercambio de experiencias de Falun Dafa. Me dijeron que el organizador antes estaba en una silla de ruedas. Después de escuchar las conferencias de Shifu en persona, salió de la sala de conferencias por su cuenta. Ahora, se le veía radiante y muy saludable. Después de la conferencia, me acerqué y le pregunté: «He oído que hay muchos sitios de práctica. ¿Habría alguno cerca de donde vivo?». Amablemente me ayudó a buscarlo, y me dijo la ubicación exacta. Para mi sorpresa, estaba muy cerca, ¡a solo una calle de distancia! A partir de entonces, comencé a hacer los ejercicios con otros practicantes.
Antes de empezar a cultivarme, tenía una estatua de una pusa exquisitamente tallada y le pagué 40 yuanes a un templo para que la consagraran. Un día tuve un sueño en el que oí a Shifu decir: «¡Lo que estás adorando es inútil!». Me desperté sobresaltado. Guardé la estatua en un cajón, y más tarde la doné al templo.
En otro sueño, se desplegaron ante mí muchos caminos que se entrecruzaban como un abanico. Como todos me resultaban familiares, no sabía cuál tomar. Junté las palmas de las manos en heshi y pensé: “Seguiré la guía de Shifu y cualquiera que sea el camino por el que Shifu me guie, ese será el camino que tomaré”. En el momento en que tuve este pensamiento, sentí que mi cuerpo se elevaba con un “silbido”. Incluso escuché el sonido del viento que pasaba cerca de mis oídos. ¡Fue increíble, y tan maravilloso!
Más tarde, en otro sueño, avanzaba a toda velocidad por un túnel. Veía gente adelante de mí que también parecía incapaz de controlar sus movimientos. Finalmente vi una luz adelante, como una hoja de papel en blanco. Con un “silbido”, la atravesé y escuché el sonido del papel al romperse. Luego escuché la voz de Shifu que decía: «Has atravesado los cielos». He vuelto a tener esa sensación de ascender varias veces desde entonces. A veces, me elevaba, me detenía de repente y caía como una pequeña partícula que flota en el aire. Cada experiencia milagrosa fortalecía mi confianza.
Todos los días, cuando volvía en bicicleta del trabajo a casa, reflexionaba sobre cómo me había ido ese día. Aunque nunca me sentía satisfecho conmigo mismo, a menudo sentía una sensación de elevación espiritual.
Dejando a un lado el miedo y aclarando los hechos de la persecución a los demás
Durante los 27 años que llevo cultivándome, he superado varias pruebas y dificultades. Pasé de no saber encender una computadora a imprimir materiales de aclaración de la verdad y a hacer libros de Dafa. Pasé de temblar de nerviosismo la primera vez que pegué un volante sobre El falso fuego en la plaza de Tiananmen hace 23 años, a repartir materiales de aclaración de la verdad en cualquier barrio.
Una vez pasé por delante de dos edificios recién construidos, a los que se estaban mudando personas. Cuando entré en uno de los edificios con algunos materiales en la mano, descubrí que todas las puertas eran planas. Es decir, no había lugar para colgar nada. No tuve más remedio que marcharme. Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando vi a siete u ocho personas de pie conversando en círculo, frente al edificio. Estaba tan asustado que sentí que mi rostro palidecía. Sin embargo, poco a poco, con el fortalecimiento de Shifu, mi valor ha ido incrementándose. Y he dejado de sentirme nervioso cuando converso con la gente.
Cuando empecé a aclarar la verdad por teléfono, no hablaba con fluidez. La primera vez que logré comunicarme con alguien, estaba muy nervioso. Después de hablar un rato, la persona del otro lado se río y preguntó: «¿Qué es exactamente lo que estás tratando de decir? ¿Me estás pidiendo que renuncie al Partido Comunista?”» Respondí: «¡Sí!», y también me reí. Para mi sorpresa, la persona dijo: «Está bien, sigamos adelante y ayúdame a renunciar». Supe que era una oportunidad que preparó Shifu y me sentí muy animado. Luego, poco a poco, también fui adquiriendo tanto experiencia como confianza.
Más tarde, los demás practicantes y yo empezamos a aclarar la verdad cara a cara. Pasamos de tener dificultades para hablarle a las personas a acercarnos a ellas con naturalidad. Una vez iba en bicicleta y me detuve en una parada de autobús, donde se encontraba una señora mayor. Después de aclararle la verdad, me dijo: «¡Eres increíble! ¡Esto es algo maravilloso!». Al oír esto, sentí una oleada de calidez en mi corazón y respondí sinceramente: «¡Gracias! ¡Gracias!».
En otra ocasión, me encontré con un hombre de mediana edad y le dije que la autoinmolación de Tiananmen había sido una farsa. Me dijo: «Yo también pienso que fue una farsa. Basta con mirar ese supuesto incidente repentino: ¿cómo pudieron las cámaras captar todo, desde primeros planos, tomas lejanas e incluso ángulos centrales, con tanta perfección?». En pocas palabras, me lo razonó tan claramente, que me dio nuevas ideas para aclarar la verdad en el futuro.
El PCCh me persiguió dos veces porque mi comprensión del Fa era superficial y seguia demasiado apegado a las nociones humanas. Sentí que no había actuado bien y que había defraudado a Shifu. Esto me apesadumbró mucho, pero no me derrumbé. Shifu me dio una nueva vida, me dio todo, me guió en el camino a casa y soportó mucho por mí. Al tener un Shifu tan grande, me siento increíblemente afortunado. Debo redoblar mis esfuerzos y seguir adelante con determinación.
Después de estudiar los jingwen de Shifu “Por qué existen los seres humanos” y “¿Por qué hay que salvar a las multitudes de seres conscientes?”, comprendí más profundamente la sagrada y significativa responsabilidad que poseemos. Desde que memoricé estos dos artículos siento que, cuando aclaro la verdad, puedo captar fácilmente el interés de las personas y les resulta más fácil aceptar lo que digo.
Aún así, mis últimas tribulaciones han sido bastante graves. Apenas podía enderezar la parte baja de mi espalda y sentía como si un gran peso me presionara desde el cuello hasta el pecho, volviéndome completamente frágil. También me vi involucrado en un accidente en cadena en la autopista. Aunque gracias a la protección de Shifu, salí ileso. Creo que nada sucede sin razón en la cultivación y que las fuerzas negativas están tratando de interferir con la rectificación del Fa.
El nuevo jingwen de Shifu “Las tribulaciones del Fa” me hizo tomar mayor conciencia de la seriedad de la rectificación del Fa. Ya sea que el sufrimiento me lo imponga las viejas fuerzas o se deba al yeli (karma) que debo soportar, el primer paso que debo dar es no reconocer los arreglos de las viejas fuerzas. Ya que estas dificultades me han llegado, debo aprovechar esta oportunidad para eliminar mi yeli (karma).
Cada vez que pasaba por una tribulación recordaba lo que dijo Shifu: «Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer» (Novena Lección, Zhuan Falun). El Fa de Shifu siempre me ha guiado a través de los obstáculos, y me ha otorgado la fuerza necesaria para seguir adelante.
Me esfuerzo por mantener pensamientos rectos, por extender el tiempo que practico los ejercicios y por estudiar el Fa. He corregido mi postura anterior, que era perezosa, mientras estudiaba el Fa, tratando de eliminar interferencias con pensamientos rectos, como la somnolencia. Todos los días envío pensamientos rectos; y siempre que encuentro interferencias, envío pensamientos rectos.
Me cultivaré bien, dejaré de lado mis apegos, aprovecharé cada oportunidad para aclarar la verdad y salvar a más personas. Me esforzaré por ser digno del título de discípulo de Falun Dafa en el período de la rectificación del Fa, cumpliré mi voto prehistórico y regresaré a casa con Shifu.
Si ven algo inapropiado, por favor corríjanme.
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