(Minghui.org) Cuando la Sra. Yuan Yumei cumplió una sentencia de cinco años de prisión en julio de 2025, estaba demacrada y encorvada debido a años de abusos. Quien fuera una persona sana, esta residente de la ciudad de Xingning, provincia de Guangdong, nacida en 1969, aparentaba mucha más edad.
Las autoridades penitenciarias amenazaron a la Sra. Yuan para que no revelara su calvario al mundo exterior. Decidió entonces contar lo que sufrió durante su sentencia.
La Sra. Yuan fue arrestada el 25 de julio de 2020, después de que varios estudiantes la denunciaran por entregarles material informativo que exponía la persecución del Partido Comunista Chino contra su fe, Falun Gong. Fue sentenciada a cinco años de prisión y a una multa de 50.000 yuanes a finales de 2020.
Abuso en prisión
Poco después de que su apelación fuera rechazada el 1 de marzo de 2021, la Sra. Yuan ingresó en la prisión de mujeres de la provincia de Guangdong. Durante su primer año allí, fue sometida a lavado de cerebro casi a diario. La obligaron a ver vídeos que difamaban a Falun Gong y a escuchar conferencias impartidas por profesores que repetían las mentiras sobre Falun Gong.
La Sra. Yuan se negó a admitir que practicar Falun Gong fuera malo. Los guardias la tomaron como blanco de represalias por protestar contra el lavado de cerebro diario.
Los guardias asignaron a cuatro reclusas, todas entrenadas para perseguir a practicantes de Falun Gong, la tarea de vigilar a la Sra. Yuan las 24 horas. Para reducir sus sentencias, utilizaron diversos métodos para intentar que renunciara a su fe. La acusaron de tener la osadía de oponerse al gobierno y una de ellas la amenazó con hacerle la vida imposible cada día.
Las reclusas golpeaban e insultaban a la Sra. Yuan en cuanto se levantaban cada mañana. Ella se mantenía firme en su fe, por lo que no la dejaban sentarse. Tenía que permanecer de pie o en cuclillas de cierta manera todos los días o era castigada.
Durante mucho tiempo, las reclusas no dejaron dormir a la Sra. Yuan. Cada vez que dormitaba, la golpeaban, la pinchaban con bolígrafos o le echaban agua fría (en invierno). Una vez, su rostro golpeó el suelo y en otra ocasión, le estrellaron la cabeza contra una puerta metálica. En una ocasión, una reclusa la pateó repetidamente en la cara porque cerró los ojos por la noche. Como resultado, sus labios sangraron profusamente.
Cuando la Sra. Yuan perdió el apetito un invierno, los guardias ordenaron a las reclusas que la llevaran al hospital de la prisión para que le hicieran un análisis de sangre. Tras obtener los resultados, afirmaron que estaba enferma y le ordenaron tomar pastillas. Ella dijo que no tenía ninguna enfermedad y se negó a obedecer.
Las reclusas la llevaron al baño y le retorcieron las manos a la espalda antes de obligarla a ingerir un medicamento desconocido. Le sangró la garganta y se lastimó los brazos.
Incapaz de soportar la alimentación forzada, la Sra. Yuan finalmente accedió a tomar el medicamento por su cuenta. Posteriormente, dejó de tomar las pastillas e inició una huelga de hambre cuando las reclusas le ordenaron gritar "Soy la criminal Yuan" antes de permitirle comer, ducharse o usar el baño. En invierno, las reclusas le arrojaron cubos de agua fría.
También la alimentaron a la fuerza. En una ocasión, le introdujeron la sonda de alimentación por la garganta con tanta violencia que casi se asfixió.
Persecución anterior
La Sra. Yuan ha sido blanco de ataques reiterados desde que comenzó la persecución en julio de 1999. Antes de su última condena, fue sentenciada a dos años de trabajo forzado en abril de 2001 y a tres años en julio de 2003. Tras su arresto en mayo de 2004, fue internada en un centro de lavado de cerebro. Meses después, el 25 de octubre, fue arrestada nuevamente e ingresada en el Centro de Detención de Mizhai. En 2012, fue arrestada otra vez el 20 de diciembre y detenida durante 15 días.
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