(Minghui.org) Hay un dicho que afirma que una sociedad sana no puede permitirse que se corrompan tres profesiones: los maestros que guían a sus alumnos, los médicos que salvan la vida de sus pacientes y los empleados del sistema judicial (policías, fiscales y jueces) que defienden la justicia. Todas estas profesiones requieren que las personas tengan integridad y corazón para ayudar a la gente. Si la mayoría de ellos carecen de ética o incluso infringen la ley, la sociedad en su conjunto puede colapsar.

Sin embargo, bajo el gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh), especialmente durante el mandato de su exlíder, ya fallecido, Jiang Zemin, las tres profesiones mencionadas se han corrompido. Más concretamente, Jiang decía a la gente que se limitara a ganar dinero a cualquier costo, incluso si eso significaba perjudicar a otros. "Permanecer callado mientras se hace fortuna", decía. Como resultado, atacó sin piedad los valores tradicionales y varios sistemas de fe, incluido Falun Gong, un sistema de ejercicios y meditación pacífica con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, porque todos ellos enseñan a la gente a ser buena.

Las políticas de Jiang, impulsadas por el dinero, causaron un sinfín de problemas. Cuando los funcionarios del gobierno y los ciudadanos comunes se desprenden de los valores morales, la sociedad china en su conjunto se precipita a un abismo con tragedias espantosas: los profesores violan a los alumnos, el sistema judicial detiene, procesa y condena a los ciudadanos respetuosos de la ley (incluidos los practicantes de Falun Gong), y los médicos sustraen órganos a personas vivas con fines lucrativos. He aquí algunos ejemplos.

Profesores que violaron a alumnas

En China, algunos profesores violaban y dejaban embarazadas a sus alumnas, otros las convertían en amantes a largo plazo y otros las mataban cuando fracasaba su intento de violación. Algunas de las víctimas eran muy jóvenes.

Tragedias indescriptibles

Los medios de comunicación chinos informaron que un profesor de primaria del condado de Dazu, en Chongqing, violó a diez niñas menores de edad a las que daba clase entre 2002 y 2003. Un profesor de educación física del condado de Longxi, provincia de Gansu, abordó a doce chicas de noveno curso con el pretexto de ayudarlas a entrar en mejores escuelas a través de contactos. Las violó a todas, dos de las cuales quedaron embarazadas.

Jiang, profesor de 51 años de la escuela primaria de Zhongyang, en el condado de Jinping, provincia de Guizhou, violó a 12 alumnas un total de 42 veces en 18 meses. También acosó sexualmente a otras 16 alumnas un total de 35 veces. Solo tres de las 19 alumnas de su clase escaparon a su acoso sexual o violación.

Asimismo, en 2004 se descubrió que un maestro de primaria del condado de Linxia, en la provincia de Gansu, había violado y acosado sexualmente a nueve niñas de tercer curso. Una de las víctimas fue agredida diez veces. La mayoría de las niñas tenían entre 9 y 10 años, y la mayor 14.

Entre los violadores también había funcionarios de la escuela. Lin Dengping, director de una escuela primaria del pueblo de Nanxing, ciudad de Zhanjiang, provincia de Guangdong, violó a 11 alumnas en 7 ocasiones en menos de 4 meses. La víctima más joven tenía solo 10 años.

Xibu Shangbao (Western Business Daily) informó el 4 de junio de 2007 que un profesor apellidado Cheng del pueblo de Changhe, provincia de Gansu, violó a 18 alumnas un total de más de 70 veces entre el otoño de 2001 y marzo de 2005. De las 18 víctimas, 16 eran menores de 14 años. Cheng fue posteriormente condenado a muerte.

Li, profesor de secundaria, violó a 24 alumnas en 2004 tras darles somníferos y narcóticos. Posteriormente fue condenado a muerte debido a la ira pública.

Estos son algunos de los casos de violación denunciados por los medios de comunicación chinos. Hay muchos más que no se hicieron públicos.

De lo que fui testigo

Yo mismo he sido testigo de dos casos. A principios de la década de los noventa, varios años después de que Jiang se convirtiera en el máximo dirigente del PCCh, fui al Departamento de Obstetricia del Hospital de Lanzhou, en la provincia de Gansu, a visitar a mi amiga, que estaba a punto de dar a luz. Junto a su cama había una chica de 15 años. ¿Por qué estaba allí? Mi amiga me hizo señas para que me callara. Más tarde me contó que la pobre niña, que seguía jugando con juguetes, había venido para que le indujeran el parto tras ser violada por un profesor.

Otro caso ocurrió también en el hospital de Lanzhou, donde una madre llegó del campo con su hija, de unos 15 o 16 años. La chica tenía dolor en el abdomen y un médico le recomendó que se hiciera una prueba de imagen en el departamento de radiología. Resultó que tenía un feto dentro del vientre, pero no sabía cómo se había quedado embarazada. Al enterarse del embarazo de su hija tras ser violada por un profesor, su padre, enfadado, se la llevó a casa directamente después del parto inducido a pesar de que la niña sufría.

Los instrumentos de los cirujanos se convierten en cuchillos de carnicero

A principios de la década de los noventa, se contaban historias de personas a las que les robaban los órganos estando vivas. Una de mis amigas tenía un pariente de unos 40 años. Tras ser operada de cálculos biliares en un hospital, acudió a otros varios para someterse a más revisiones. En uno de ellos descubrieron que le había desaparecido el lóbulo izquierdo del hígado. En aquella época, la gente apenas conocía el delito de sustracción de órganos, así que nadie hizo un seguimiento.

China tiene un gran número de trasplantes de órganos. El tiempo de espera es corto y la calidad de los órganos es alta. Los órganos proceden de personas jóvenes y hay muchos entre los que elegir. El problema es la procedencia de los órganos. Los chinos en general son reacios a donar órganos, por razones culturales. Mientras que en el extranjero hay que esperar varios años para encontrar un donante, en China hay muchos órganos disponibles, a la espera de pacientes.

Después de que saliera a la luz la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong en el Campo de Trabajo de Sujiatun, quise profundizar en el tema e hice muchas llamadas telefónicas a médicos de China. Lo que me dijeron fue lo siguiente

Todos los "donantes" tienen menos de 30 años

Afiliado a la Comisión Militar Central, el Hospital Militar 301 de Beijing trata a pacientes entre los que se encuentran altos cargos del PCCh. Un cirujano de trasplantes dijo que no se les permitía compartir información sobre los donantes, y que el hospital que compartiera la información sería inhabilitado para el trasplante de órganos. El médico confirmó que todos los donantes de hígado tenían menos de 30 años. Una cirujana del Hospital 747 de las Fuerzas Aéreas de Urumqi, en la provincia de Xinjiang, afirmó que los órganos procedían de hospitales locales y que habían realizado cientos de trasplantes en los últimos diez años. Hay muchos órganos disponibles e incluso hospitales médicos chinos han participado en trasplantes de riñón.

Zhang Xuefeng, cirujano del Hospital Militar 474 de Lanzhou, provincia de Gansu, dijo que su equipo había realizado trasplantes de hígado y riñón durante más de diez años. Los donantes son todos hombres jóvenes, no mujeres. "Muchos rusos también vienen aquí para trasplantes. Por favor, vengan, estamos haciendo promociones", dice. "No hay que preocuparse por los donantes. Mientras nos pongamos en contacto con los tribunales, seguirán viniendo tandas y tandas de donantes, todos ellos sanos". Dijo que pueden satisfacer cualquier petición de los pacientes. Si hay demanda de hígado y riñón, el mismo donante proporcionaría ambos.

Estos cirujanos suelen evitar las discusiones sobre los donantes.

"¿Son [órganos] de [practicantes] de Falun Gong?". le pregunté a un cirujano del Hospital de Tumores de Wuwei, en la provincia de Gansu. Me dijo que no podía responder a mi pregunta por teléfono. Pero me aseguró: "Todos los conductores conocen nuestro lugar: la tarifa del taxi es de solo tres yuanes [para llegar aquí]".

Un director del Hospital de la Policía Armada de la provincia de Xinjiang dijo: "Podemos hablar del donante cuando se acerque el momento de la operación, no antes".

Un cirujano del Hospital de Cardiopatía de la provincia de Jilin dijo que allí no se les permitía compartir información sobre los donantes.

Donantes "dispuestos"

Un cirujano del Hospital Oftalmológico de Kunming, en la provincia de Yunnan, afirmó que todas las córneas eran frescas. Un médico del Hospital You An de Beijing dijo que los órganos procedían de "donantes voluntarios", no de presos. Un cirujano renal del Hospital General de la Policía Armada de la provincia de Ningxia coincidió: "Nuestros riñones se extraen de donantes voluntarios, no de presos ejecutados".

Yue, del Segundo Hospital de Lanzhou, en la provincia de Gansu, realizó un trasplante de riñón a un director jubilado del Primer Hospital de Lanzhou. Le dijo al paciente: "El riñón es de un hombre de 24 años, muy sano. No puedo decirle nada más al respecto y, por favor, no se lo diga a otros". El paciente vivió otros cuatro años y murió. Una enfermera de trasplantes de riñón del Cuarto Hospital de Shenyang, en la provincia de Liaoning, dijo que solo realizaban trasplantes de riñón. "Podemos encontrarle órganos en pocos días, todos de personas vivas", añadió.

Un médico urólogo del Hospital Mizu de la provincia de Guangxi dijo que en el pasado habían utilizado órganos de practicantes de Falun Gong, pero que después tuvieron dificultades para conseguir más órganos. Sin embargo, dijo que tanto los riñones como los hígados estaban fácilmente disponibles en el Tercer Hospital de la Universidad Sun Yat-sen de la ciudad de Guangzhou, provincia de Guangdong. Un médico del Tercer Hospital de la Universidad Sun Yat-sen lo confirmó: "Sí, podemos encontrar 'donantes' vivos de Falun Gong, y los órganos están disponibles en una o dos semanas".

En otros lugares ocurre algo parecido. Wang, enfermera jefe del Centro de Trasplantes del Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Zhengzhou, en la provincia de Henan, dijo que tenían acceso a órganos de jóvenes practicantes de Falun Gong. Peng, director del Centro de Trasplantes de Riñón del Hospital Militar 460 de la ciudad de Zhengzhou, dijo que sus órganos procedían de donantes que sufrieron muertes no naturales. Un cirujano del Centro de Trasplantes del Hospital Ruijin de Shanghai dijo que los donantes eran jóvenes y que el tiempo de espera era de solo dos semanas. "No hace falta preguntar más sobre los donantes. Los órganos son buenos y los utilizaremos", añadió.

Dai, cirujano del Centro de Trasplantes Hepáticos del Primer Hospital Afiliado de la Universidad Jiaotong de Shanghai, dijo que habían realizado más de 500 trasplantes. "Pueden venir sin más, ya que ahora tenemos donantes y rondan los 20 años", prosiguió. "Podemos hacer el trasplante en tan solo una semana. Cuesta 200.000 yuanes (unos USD 29.000) un hígado". Cuando se le preguntó si tenía practicantes de Falun Gong como "donantes", dijo que no hablaría de ello hasta ver al paciente. Médicos del Departamento de Urología del Primer Hospital Afiliado de la Facultad de Medicina de Qinghai dijeron que les habían ofrecido órganos de practicantes de Falun Gong, pero declinaron la oferta.

Un cirujano del Hospital 181 de la Región Militar de Guangzhou dijo que habían realizado unos 1.000 trasplantes de riñón, pero que no podían decir de dónde procedían los órganos. Del mismo modo, un cirujano del Primer Hospital Afiliado de la Universidad Médica de Shanxi dijo que habían realizado más de 100 trasplantes de riñón. "Los donantes tienen todos entre 18 y 30 años, muy sanos", añadió. Cuando se le preguntó qué tipo de personas eran, dijo que no podía responder porque temía que la conversación pudiera ser grabada.

Un trasplante con varios donantes como respaldo

Un cirujano del Centro de Trasplantes del Hospital Provincial de Shandong dijo que habían hecho muchos trasplantes con órganos de alta calidad procedentes de jóvenes. "Para el trasplante de hígado de ayer, abrí [el cuerpo] y descubrí que era un hígado graso. Así que abrí otro [cuerpo] y descubrí que el hígado era bueno. Así que utilicé el segundo para el trasplante", explicó. El cirujano dijo que solía haber varios donantes en fila para cada trasplante, por si el hígado no era bueno y la operación no salía según lo previsto. Una enfermera del mismo centro de trasplantes dijo lo mismo: "Aquí hacemos muchos trasplantes de riñón y nunca nos hemos quedado sin órganos. Hay muchos riñones, todos de personas vivas". Los cirujanos tenían muchas formas de conseguir órganos, pero no pudo decir más. Cuando se le preguntó si los practicantes de Falun Gong eran donantes, respondió: "Mientras aparezca un paciente, podemos tener [practicantes de Falun Gong] listos [como donantes]".

Un hombre en el Centro de Detención de Mishan, provincia de Heilongjiang, dijo que en el pasado podían encontrar fácilmente "donantes" de Falun Gong. "Ahora mismo puedo encontrar fácilmente siete u ocho varones menores de 40 años", dijo. "Pero [el suministro] tiene que pasar por el juzgado y se necesita cotejar la sangre". Un cirujano del Departamento de Trasplantes Hepáticos del Primer Hospital Afiliado de Zhejiang afirmó que habían realizado cientos de trasplantes en los últimos diez años. Entre los donantes había tanto vivos como muertos, y algunos órganos necesitaban pasar antes por el juzgado. Ye Benqian, del Departamento de Trasplantes Hepáticos del Hospital Afiliado de la Universidad Médica de Anhui, dijo que se podía conseguir un donante en una semana o diez días. A la pregunta de si los practicantes de Falun Gong podrían convertirse en donantes debido a su buena salud, respondió que sí.

Una enfermera de cirugía renal del Hospital Provincial de Shaanxi dijo que habían realizado muchos casos desde 2003, después de que el cirujano Luo Yongkang se uniera a ellos desde el Hospital General de la Policía Armada de Shaanxi. Luo y el cirujano jefe Huang Qifu tenían experiencia en conseguir órganos, y los donantes eran todos jóvenes y sanos. "Una vez identificado un lote de donantes, nos llaman para que nos preparemos. Los trasplantes empiezan en cuanto vuelven con los órganos. A menudo hacemos tres o cuatro trasplantes al mismo tiempo", explica la enfermera. "Incluso algunos hospitales que no hacían trasplantes pueden realizarlos ahora".

Una enfermera de trasplantes de riñón del Segundo Hospital Afiliado de la Universidad Médica de Xi'an, en la provincia de Shaanxi, dijo que llevaban muchos años haciendo trasplantes. Tras la creación de un centro de trasplantes dentro del hospital, resultó aún más cómodo, e incluso el departamento de enfermedades infecciosas realizaba trasplantes de hígado. Zhang Bo, director del hospital de Xijing, tenía muchos contactos para ayudar a conseguir órganos en regiones cercanas como Xianyang y Weinan. Los cirujanos iban ellos mismos y seleccionaban a los más jóvenes y sanos para hacerles análisis de sangre y determinar su compatibilidad.

"¿Y si [los donantes] se niegan a la extracción de sangre?". pregunté.

"No depende de ellos", respondió la enfermera. "Además, no saben nada. No tienen ni idea de para qué sirve la extracción de sangre".

Tao, enfermera jefe de urología del Hospital General de la Región Militar de Fuzhou, en la provincia de Fujian, dijo que habían hecho más de 1.000 trasplantes de riñón. "Nuestros riñones son los mejores. En función de lo que necesiten los pacientes, la compatibilidad sanguínea puede completarse en varios días o incluso el mismo día: extraemos sangre del donante y los resultados están disponibles en dos horas y media", explicó Tao. "Nuestros cirujanos van ellos mismos para asegurarse de que los donantes son ideales".

Liu Shuren, cirujano de trasplantes de hígado del Hospital 458 de las Fuerzas Aéreas de Guangdong, dijo que tan solo en 2002 hicieron 40 trasplantes. "Hay lugares designados que suministran órganos. A veces también conseguimos órganos a través de intermediarios", dijo Liu.

40 trasplantes de hígado y riñón, gratis

Hace varios años, el Hospital Provincial de Hunan publicó un anuncio en Google en el que ofrecía veinte trasplantes de hígado y veinte de riñón gratis. Zhou Xueli, cirujano hepatobiliar del hospital, dijo que era para mejorar la reputación del centro. "Los órganos son de buena calidad y los donantes son jóvenes. Algunos son presos y otros no", afirmó. Cuando le preguntaron si eran practicantes de Falun Gong, Zhou se negó a contestar y colgó la llamada.

Una enfermera hepatobiliar del Primer Hospital de Lanzhou, en la provincia de Gansu, dijo que su departamento había realizado cuatro trasplantes de hígado en un mes. Tres de los pacientes murieron a los pocos días y el cuarto falleció al cabo de un mes. Dijo que el hígado procedía de la Cuarta Universidad Médica Militar. "Cuando tenemos un paciente, los llamamos y en cuatro horas vuelan con el órgano", explicó.

Un cirujano del Hospital de Enfermedades Renales de Yunnan dijo que los órganos solían llegar por la noche. "Así que acabamos haciendo los trasplantes por la noche, a menudo siete u ocho trasplantes al mismo tiempo. El año pasado hicimos 150", explicó. Otro cirujano del Hospital Xiangya de la Universidad Central del Sur dijo que habían hecho cientos de trasplantes de hígado en los últimos cinco o seis años. "Garantizamos la calidad de los órganos", dijo, pero no ofreció información sobre los donantes.

En una sociedad con decadencia moral, puede pasar cualquier cosa. Algunas cosas van más allá de la imaginación de la gente, desde profesores que violan a alumnos hasta la sustracción forzada de órganos. Cuando Jiang Zemin empezó a reprimir a Falun Gong en 1999, dio la orden de "difamar su reputación [la de los practicantes de Falun Gong], arruinarlos económicamente y destruirlos físicamente". Mientras el aparato estatal funcionaba a toda máquina para atacar a los practicantes pacíficos e incitar el odio contra ellos por parte del público, la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos se convirtió en el capítulo más oscuro de esta catástrofe.

El sistema judicial al servicio de la injusticia

En la antigüedad, hubo épocas en las que la gente era honrada y digna de confianza, y ni siquiera necesitaba cerrar la puerta por la noche. Pero después de que el PCCh tomara el poder en 1949, especialmente durante el mandato de Jiang, sus políticas impulsadas por el dinero hicieron que la sociedad se volviera insegura, con altos índices de delincuencia.

Yo misma viví varios incidentes cuando aún estaba en China. Una vez fui en bicicleta a un mercado. No la aseguré después de aparcarla para comprar alimentos. La bicicleta desapareció en unos minutos. En otra ocasión, estaba a punto de pagar la compra cuando me di cuenta de que me habían robado la billetera. En otra ocasión, puse una prenda de ropa nueva en el asiento trasero de la bicicleta y al volver con la compra me di cuenta de que no estaba. En otra ocasión sorprendí a un joven vestido de traje hurgando en mi bolso mientras hacía la compra.

"¡Para!", le grité. "¿Qué estás haciendo?".

"Ya sabes lo que estoy haciendo", me dijo el joven con una sonrisa de satisfacción. "¡Cállate o te doy una paliza!". Me tapé la boca y no dije nada.

Uno de mis amigos era policía en la estación de ferrocarril de Lanzhou, en la provincia de Gansu. Le hablé del joven y le dije que era lamentable, ya que no robaban mucho pero podían recibir una paliza si los detenían.

Mi amigo respondió: "No les pegamos a los ladrones porque trabajamos mano a mano con ellos y comparten con nosotros lo que roban". Pero de vez en cuando sí disciplinaban a los ladrones por no repartir lo robado. En las cabinas de los trenes, por ejemplo, los policías asignaban qué ladrón trabajaría en cada cabina. "Siempre que los pasajeros denunciaran que faltaba algo, sabríamos quién lo hizo", explicó.

Trabajar con ladrones es una forma de ganar dinero. Pero no es nada comparado con la lucrativa cadena de suministro de la sustracción de órganos. Después de que Jiang diera la orden de la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Gong, los hospitales militares se vieron muy implicados, como se ve en los ejemplos mencionados. Al ser ilegal desde cualquier punto de vista, los médicos no podían hablar de la procedencia de los órganos.

"Entre 2000 y 2005 [antes de que la sustracción de órganos saliera a la luz en 2006], hicimos más de 100 trasplantes de riñón al año. Incluso tuvimos pacientes de Hong Kong, Taiwán y Macao", explica un cirujano del Hospital General de la Policía Armada de Shaanxi. "No podemos hablar de donantes porque va contra la ley: solo podíamos hacerlo en secreto. Todo el país es así. Cuando ningún familiar hacía un seguimiento, nos limitábamos a incinerar el cadáver. Cuando había familiares que preguntaban por la persona, igual incinerábamos el cadáver y les dábamos una urna, diciendo que la persona había muerto de una enfermedad aguda. Muchas familias ni siquiera recibían cenizas".

"¿Lo sabían los propios donantes?" pregunté.

"No, no lo saben", contestó el cirujano. "Solo les decimos que es necesario tomar muestras de sangre debido a una enfermedad infecciosa en curso. Los funcionarios del juzgado nos llevan a ver a los donantes".

"¿Y si se niegan a la extracción de sangre?". continué.

"Tenemos policías armados que les darán una paliza. La muestra de sangre se tomará por la fuerza", respondió.

También dijo: "Los tribunales intermedios de la ciudad se encargan de esto y forman parte de la cadena de suministro de órganos. No funcionaría si los hospitales contactaran directamente con los centros de detención, los campos de trabajo o las cárceles. Ahora mismo, los militares y los funcionarios locales sobornan a los tribunales: quien pague más dinero se quedará con los donantes. Desde los presidentes de los tribunales hasta los funcionarios de los tribunales penales, tenemos que sobornar a cada uno de ellos. Antes, podían proporcionarnos un gran número de donantes cada vez. Ahora solo pueden proporcionarnos varios cada vez".

Cuando le insté a que dejara de hacer trasplantes de órganos, me dijo que no dependía de él. "El hospital nos culparía de no obtener beneficios porque los hospitales nos cobran una tasa por la obtención de órganos, y también necesita dinero para sobornar a los tribunales", dijo. "A veces el tribunal nos decía que había un lote [de donantes] disponible y que si rechazábamos la oferta, no nos tendría en cuenta para el siguiente lote; hay que mantener la credibilidad cuando se hace este negocio".

Cuando le hablé de la sustracción de órganos descubierta en el campo de trabajo de Sujiatun, me dijo que el PCCh siempre ha sido despiadado. "Sé que es un negocio arriesgado, ya que el Partido puede volverse contra nosotros algún día y matarnos", dijo. "Los tribunales saben que hay casos de Falun Gong. Nosotros [los médicos] fingimos no saber nada. Es así en todo el país. Si el Partido viene por mí algún día, innumerables médicos de este país también serían ejecutados".

Asimismo, un urólogo del Hospital de la Amistad de Urumqi también admitió que es más fácil conseguir riñones cuando los hospitales mantienen una "buena" relación con los tribunales. Además de los tribunales, la policía también está estrechamente implicada.

Wang Lijun, exdirector del Departamento de Policía de Jinzhou, en la provincia de Liaoning, tenía un "Centro de Investigación Psicológica in situ". Uno de sus productos se llamaba "Aparato de impacto de lesión cerebral primaria", que podía dejar inconsciente a una persona al instante durante la extracción de órganos. Después de ganar un premio por ello y pronunciar un discurso en septiembre de 2006, dijo: "Cuando vemos a una persona ir al lugar de ejecución y en cuestión de minutos la vida de esta persona se transforma y se extiende a las vidas de otras personas, nos conmueve el alma. Es una labor trascendental".

El "invento" de Wang se basaba en muchos casos trágicos de sustracción forzada de órganos y pretendía alargar aún más la pesadilla. "Nuestros logros científicos y tecnológicos en este campo son la cristalización de miles de pruebas intensivas in situ y de los esfuerzos de muchos de los nuestros", explicó.

Una vez pregunté a un cirujano que fue uno de los que participaron en los "experimentos" in situ de Wang.

"¿Eran todos practicantes de Falun Gong?".

"Sí", respondió.

A medida que nos adentramos en 2023, nos enfrentamos a muchas incertidumbres en este mundo, incluido el atípico aumento de casos de COVID que se está produciendo recientemente en China. Pero, ante todo, tenemos que poner fin a los crímenes cometidos bajo el gobierno del PCCh contra ciudadanos inocentes, desde las indefensas niñas que lloran hasta los practicantes de Falun Gong "desaparecidos" por su fe en convertirse en mejores ciudadanos. El PCCh ha escrito un horrible y oscuro capítulo de la historia, y depende de nosotros acabar con la pesadilla antes de que la próxima generación viva en un mundo de paz y seguridad.