(Minghui.org) ¿Existe lo divino o no? Veamos primero estos dos ejemplos.

Sobrevivir a la pandemia

Silke Wagner es una inspectora de seguridad en el aeropuerto de Múnich (Alemania). A mediados de noviembre de 2021, dio positivo en la variante Delta de COVID-19. "El virus me debilitó mucho. Nunca había tenido una fiebre tan alta -41°C (106°F)- y mi tos era peor que la de mi marido y mi hijo, que también estaban infectados. Intenté levantarme y caminar, pero terminé cayéndome inmediatamente", recordaba en un artículo de enero de 2022 titulado "Al borde de la muerte, mujer alemana se recupera del covid tras recitar dos frases auspiciosas".

"Le pregunté a mi marido qué hacer y me sugirió que recitara las palabras 'Falun Dafa es bueno', 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Seguí su consejo y repetí las frases una y otra vez. Sentí que mejoraba día a día", continuó Wagner.

Más tarde, su salud mejoró gradualmente sin tomar ninguna medicación. Al final se recuperó por completo y volvió a trabajar. Sorprendida por esta experiencia, abandonó su antiguo ateísmo y se convirtió en una practicante de Falun Dafa, como su marido Rainer Wagner.

Samuel Alvarado, un empresario de México, tuvo una experiencia similar. Después de ser infectado con el virus PCCh en septiembre de 2020, fue llevado a un hospital para recibir atención de urgencia. Una tomografía computarizada mostró que sus pulmones estaban muy dañados y la inflamación lo dejó casi sin poder respirar. Pero con la fe en Falun Dafa y estudiando sus enseñanzas, se recuperó gradualmente. 

En Minghui.org se han publicado muchos ejemplos de este tipo. Una vez que una persona cree realmente en los principios de Falun Dafa de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia", la adversidad puede revertirse. Muchos ateos y personas que solo creen en la ciencia a menudo descartan tales milagros y tratan de encontrar una explicación científica, como que la condición de los pacientes no era grave, que su sistema inmunológico evitó la infección, etc.

Sin embargo, esta explicación no tiene ningún sentido para quienes experimentaron personalmente estas recuperaciones milagrosas. Wagner y Alvarado sabían que su recuperación total se debía únicamente a su fe en Falun Dafa. Wagner se convirtió en practicante de Falun Dafa y Alvarado, que ya era practicante antes de contraer el virus, fortaleció su fe. Dijo: "Si realmente crees que Falun Dafa es bueno, te salvarás".

El hecho de que Wagner pasara de ser atea a practicante de Falun Dafa invalida el argumento que esgrimen muchos ateos: "¿Dónde está lo divino? No puedo verlo, así que no hay dios". Que uno no pueda ver a los dioses no significa que otros no puedan verlos. No verlos no es prueba de que los dioses no existan. Cuando uno experimenta un milagro divino, su alma será tocada, y su percepción de la existencia de lo divino cambiará fundamentalmente.

Numerosos ejemplos

De hecho, en todas las culturas y a lo largo de miles de años de historia y hasta el día de hoy, muchas personas han visto lo divino y han experimentado milagros divinos. Además de Wagner y Alvarado, muchos otros practicantes de Falun Dafa han visto desaparecer sus dolencias sin ninguna intervención médica, e incluso personas que no son practicantes han recuperado su salud recitando "Falun Dafa es bueno", "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", algo que la ciencia moderna no puede explicar.

En los últimos años se han encontrado lágrimas e incluso sangre en las estatuas de Jesús y de la Virgen María. Los científicos han comprobado que la composición de las lágrimas y la sangre es similar a la de una persona viva, aunque no han podido explicar el origen de las lágrimas o la sangre. Algunos creen que son indicios de que los seres divinos están sufriendo por la humanidad y nos están dando una advertencia.

Otro ejemplo se refiere a un incendio en China en febrero de 2011. El fuego casi destruyó todo el hotel Wan Xin de la ciudad de Shenyang, en la provincia de Liaoning, pero una estatua de Buda de madera que había en el interior del edificio quedó intacta. Un mes después, un terremoto de magnitud 9,0 de la escala de Richter y un tsunami azotaron Japón, pero una estatua de una Pusa quedó indemne entre las ruinas. Del mismo modo, después de que el huracán Sandy dejara la ciudad de Nueva York gravemente dañada en 2001, una estatua de la Virgen María fue una de las pocas estructuras que aún se mantuvo en pie por encima de los escombros. Además, tras el terremoto y el tsunami del océano Índico de 2004, que se cobró más de 200.000 vidas, se encontraron intactas muchas estatuas de Buda.

La ciencia moderna tiene dificultades para explicar estos hechos. Pero los creyentes religiosos, que consideran que los desastres son el resultado de la decadencia moral de la humanidad, no se sorprendieron. "La gente no está viviendo según las virtudes religiosas", dijo Sumana, un monje de Sri Lanka. "La naturaleza los ha castigado porque no están siguiendo el camino del Señor Buda. La gente tiene que aprender la lección".

"La gente no piensa que se trata de una simple catástrofe, sino que los dioses les están diciendo que tienen que mejorar su comportamiento", añadió. Otra persona comentó: "La gente de Sri Lanka se están convirtiendo en mejores personas desde los tsunamis".

Perspectivas científicas

Hay muchos enigmas sin resolver en la naturaleza. Por ejemplo, la ciencia moderna creía que el universo comenzó con el Big Bang. Para ser más específicos, el modelo dice que todo nuestro universo tuvo que empezar a partir de una materia densa de unos 1.6X10-35 metros, a una temperatura de unos 1032 grados, en unos 10-43 segundos.

La idea va más allá. "Si el ritmo de expansión un segundo después del Big Bang hubiera sido menor incluso en una parte entre cien mil millones, el universo habría colapsado antes de alcanzar su tamaño actual", escribió Stephen Hawking en La breve historia ilustrada del tiempo. No hace falta decir que se necesita una fe religiosa para aceptar tal precisión.

Tomás de Aquino, un teólogo italiano, escribió la Suma Teológica para explicar la fe. Creía que Dios era la fuente tanto de la luz de la razón natural como de la luz de la fe. En uno de sus artículos, propuso "Cinco vías", es decir, cinco argumentos lógicos para la existencia de Dios. Más concretamente, se habla del primer motor, la causalidad universal, la contingencia, el grado y la causa final o los fines.

"Es cierto, y evidente para nuestros sentidos", escribió: "que en el mundo algunas cosas están en movimiento. Ahora bien, todo lo que está en movimiento es puesto en movimiento por otro, pues nada puede estar en movimiento si no es en potencia hacia aquello que está en movimiento. Por lo tanto, es necesario llegar a un primer motor, puesto en marcha por ningún otro; y esto todo el mundo entiende que es Dios".

Muchos científicos desde Aquino también creían en lo divino. Issac Newton escribió: "Y del verdadero señorío se deduce que el verdadero Dios es vivo, inteligente y poderoso; de las otras perfecciones, que es supremo, o supremamente perfecto. Es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente; es decir, perdura desde la eternidad hasta la eternidad; y está presente desde el infinito hasta el infinito; gobierna todas las cosas, y conoce todas las cosas que suceden o pueden suceder. A falta de otras pruebas, el pulgar me convencería de la existencia de un Dios".

Otros muchos científicos también eran creyentes, como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Samuel F.B. Morse (inventor del telégrafo), Marie Curie, Alfred Nobel, Wilhelm Röntgen (primer premio Nobel), Guglielmo Marconi (inventor de la radiocomunicación), Edward Jenner (pionero de las vacunas), los hermanos Wright, Wernher von Braun (pionero de la tecnología espacial y de cohetes), Francis Bacon, Max Planck (descubridor de la mecánica cuántica), Jean-Henri Fabre (reputado entomólogo) e Ivan Pavlov.

Albert Einstein, uno de científicos más brillantes de todos los tiempos, estaba de acuerdo. Escribió: "Quiero saber cómo creó Dios este mundo. No me interesa este o aquel fenómeno, el espectro de este o aquel elemento. Quiero conocer sus pensamientos. Lo demás son detalles. Veo un patrón, pero mi imaginación no puede imaginar al creador de ese patrón. Veo un reloj, pero no puedo imaginar al relojero. La mente humana es incapaz de concebir las cuatro dimensiones, así que ¿cómo puede concebir a un Dios, ante el cual mil años y mil dimensiones son como uno?".

¿Debemos ignorar la existencia de lo divino? Probablemente no. Al fin y al cabo, si no sabemos de dónde venimos, sería difícil volver al lugar al que pertenecemos.

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