(Minghui.org) "El virus me debilitó mucho. Nunca había tenido una fiebre tan alta -41°C (106°F)- y mi tos era peor que la de mi marido y mi hijo, que también estaban infectados. Intenté levantarme y caminar, pero terminé cayéndome inmediatamente". Estas son las palabras de Silke Wagner refiriéndose al tiempo en que estuvo infectada con la variante Delta de Covid-19 a mediados de noviembre de 2021.

"Le pregunté a mi marido qué hacer y me sugirió que recitara las palabras 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Seguí su consejo y repetí las frases una y otra vez. Sentí que mejoraba día a día", explicó.

De este modo, su enfermedad fue disminuyendo poco a poco, aunque no tomó ninguna medicación. Ahora Silke está totalmente recuperada y ha vuelto a trabajar.

Dijo que no creía que recitar las dos frases fuera a curar su Covid-19. Como resultado, descartó su ateísmo de tanto tiempo, se ha volcado a Falun Dafa y se convirtió en una practicante como su marido, Rainer Wagner.

Silke y Rainer Wagner.

Tres personas de una misma familia infectadas

Viven en Baviera, en el sureste de Alemania, y tanto Silke como su marido Rainer trabajan como inspectores de seguridad en el aeropuerto de Múnich. Tienen tres hijos y Rainer practica Falun Dafa desde hace más de 10 años. Su hijo menor, Marcel, empezó a practicar hace dos años.

Cuando Marcel, de 18 años, se sometió a una prueba de PCR en la escuela el 10 de noviembre de 2021, dio positivo en la variante Delta. Sus padres no tardaron en dar positivo también.

Rainer fue el primero en mostrar los síntomas, seguido de Marcel. Ambos permanecieron en casa en cama durante cinco días debido a la fiebre, el dolor de cabeza y el dolor de garganta. Al tercer día, Rainer pudo levantarse de la cama y practicar los ejercicios de Falun Dafa. Se recuperó por completo en pocos días. Marcel también se recuperó pronto. Silke se ocupó de ellos durante esos días.

Indefensa como un bebé

Una semana después, Silke sufrió un colapso. Rainer la llevó al hospital, que estaba muy concurrido. Entonces le pidieron que volviera a casa para ponerla en cuarentena. "En ese momento, mi marido había mejorado mucho. Así que me ayudó a comer, beber y cambiarme de ropa", recuerda.

Tumbada en la cama, Silke se encontraba muy débil y no podía levantarse. "Cuando lo intentaba, sentía que mi sistema cardiovascular no daba abasto: acababa cayendo o necesitaba la ayuda de Rainer. Es decir, no podía moverme sin ayuda". "Con una fiebre de 41°C, estaba indefensa como un bebé y al borde de la muerte", dijo.

"¿Qué debo hacer?", preguntó desesperada a su marido. Rainer mencionó Falun Dafa, un sistema de ejercicios y meditación que conoce bien y que enseña a las personas a mejorar tanto física como mentalmente.

"Hay muchos ejemplos de personas que han sido bendecidas recitando sinceramente Falun Dafa hao (Falun Dafa es bueno) y Zhen Shan Ren hao (Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno). ¿Quieres probar?", preguntó Rainer. Silke siguió su consejo y poco a poco fue mejorando.

Cuando se recuperó, Rainer le contó que ella seguía murmurando las dos frases incluso cuando tenía fiebre y estaba semidormida.

Silke estuvo de acuerdo. "Podía sentir que mi estado mejoraba al recitar esas palabras", afirmó. "Mi mente siempre estaba ocupada pensando en todo tipo de cosas. Esta vez, pude notar que mi mente se despejó y, lo que es más importante, pude dormir bien".

Misericordia más allá de las palabras

Silke recordó que, mientras seguía repitiendo las dos frases, una noche vio al señor Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa. "Fue solo un breve momento y me sonrió. Después de un rato, desapareció", explicó.

Acostada en la cama estaba muy sorprendida. Añadió que el Maestro Li estaba sentado en un trono de loto. "Su misericordia está más allá de las palabras y había una luz brillante que lo rodeaba", dijo.

Silke continuó recitando las dos frases y le pidió a Rainer que le leyera Zhuan Falun porque quería explorar más.

No era la primera vez que se interesaba por Falun Dafa. Cuando Rainer empezó a practicar hace más de una década, también había leído Zhuan Falun. Pero se detuvo en la Segunda Lección. También intentó hacer los ejercicios, aunque solo brevemente.

Pero esta vez fue diferente, aunque no pudo explicar por qué. "Al ver al Maestro, me sentí profundamente conmovida". Continuó: "Fue muy personal, como si el Maestro estuviera allí cuidando de nosotros: mi corazón se llenó de calidez y seguridad".

Entonces le pidió a Rainer que le enseñara los ejercicios. Fue como si un corazón inquieto encontrara por fin un hogar.

Fe en ser bueno

Nacida en Dresde, en la ex Alemania Oriental, Silke era atea. Su abuelo tenía muchos parientes en Baviera, así que la familia solicitó visitar a sus seres queridos en Baviera, en lo que entonces era Alemania Occidental. Su solicitud fue denegada repetidamente a lo largo de los años. Finalmente obtuvieron la aprobación en 1984, cuando Silke tenía 11 años.

Sin embargo, el traslado a Alemania Occidental no la hizo cambiar de opinión. Seguía siendo atea. Pero al ver la bondad y la mejora de su marido gracias a la práctica de Falun Dafa, no tuvo ningún problema en aceptarlo. "Mi marido es una buena persona. Confío en él y en lo que cree", explicó.

Su experiencia con el covid le hizo ver las cosas desde otra perspectiva. Se dio cuenta de que Falun Dafa es más importante de lo que entendía antes. Cuando pudo incorporarse, pidió a Rainer un ejemplar de Zhuan Falun. Lo leían juntos con su hijo Marcel todos los días.

Poco a poco, su tos cesó y la fiebre disminuyó. Pero todavía estaba un poco débil y no podía correr como solía hacerlo. Sin embargo, después de hacer el ejercicio de Falun Dafa dos veces con Rainer y Marcel, Silke supo que había recuperado toda su fuerza. Ahora ha vuelto a trabajar.

Silke está ahora feliz y saludable.

Profundo agradecimiento

Leer Zhuan Falun le da paz interior a Silke. “Mi experiencia me dice que todo lo que se describe en el libro es cierto”, dijo.

Los síntomas de Marcel no eran tan malos y se recuperó rápidamente. En el pasado, ocasionalmente seguía a su padre al hacer los ejercicios de Falun Dafa o al leer los libros. Al ver la recuperación milagrosa de su madre esta vez, quedó impresionado y se unió a sus padres para leer Zhuan Falun todos los días.

Como practicantes, los tres a menudo discuten cómo aplicar los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en la vida diaria para las cosas que encuentran. Cada uno de ellos pudo identificar áreas de mejora. “No era así en el pasado, los conflictos podían volverse bastante intensos”, recordó Silke con alivio.

Saludos de Silke y Marcel al Sr. Li Hongzi, fundador de Falun Dafa.

Por eso la familia Wagner está muy agradecida con el Sr. Li. “Gracias por cuidarnos durante los tiempos difíciles”, escribieron Silke y Marcel en los saludos de Año Nuevo al Sr. Li recientemente, “Gracias por sus bendiciones y apoyo”.

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