(Minghui.org) ¡Saludos, venerado Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
A continuación, mi experiencia de cultivación al trabajar para La Gran Época en los últimos años.
Comienzo mi cultivación y me uno a los medios de comunicación
Cuando era joven, en la noche me ponía a reflexionar sobre el origen y el significado de la vida. Tenía muchas preguntas, como por ejemplo, cómo se formó el universo. Con frecuencia sentía que yo debería tener poderes sobrenaturales y me preguntaba por qué no era un ser divino, sino un humano.
No había respuestas para estas preguntas, y en la escuela tampoco se enseñaban. No fue hasta que conocí Falun Dafa en el año 2000 y estudié las enseñanzas de Dafa que comprendí que esta era la verdad que había estado buscando y esperando toda mi vida. Convertirse en un ser divino es posible y no una ilusión. Una vez respondidas todas mis preguntas, empecé a practicar oficialmente Falun Dafa.
Mientras fui estudiante, siempre tuve problemas con las relaciones: muy buenos amigos se peleaban conmigo de repente o todos me rechazaban cuando no tenía ni idea de lo que había dicho o hecho mal.
Después de cultivarme, entiendo que “Zhen-Shan-Ren es el único criterio para evaluar si una persona es buena o mala" (Zhuan Falun). Ya no me siento incómodo y ahora sé cómo ser una buena y mejor persona. Las interacciones entre mis compañeros de clase se volvieron armoniosas y todo el ambiente ha cambiado. Los profesores incluso me dijeron que presentara Falun Dafa a mis compañeros y les enseñara los cinco ejercicios durante el tiempo de autoaprendizaje de la mañana.
El segundo día después de abandonar el ejército en 2012, me uní a La Gran Época y desde entonces trabajo tiempo completo en publicidad. Recordé que la primera vez que salí a intercambiar tarjetas de identidad con empresas, nadie había oído hablar del periódico. El dueño de una franquicia incluso me dijo que cambiara de trabajo, diciendo que "los jóvenes no tendrán futuro haciendo esto". En otra ocasión, un señor que trabajaba en una compañía de seguros quiso que trabajara en su empresa y dijo que sería muy fácil para mí ganar mucho como persona trabajadora.
Pruebas similares a estas continuaron en mis casi diez años en los medios de comunicación, pero sé muy bien que eso no es lo que estoy buscando. Aunque este período es duro, mi deseo es utilizar los medios de comunicación para esclarecer la verdad rápida y ampliamente y salvar a los seres conscientes. Lo que es más, confío en que puedo hacer bien este trabajo y mantener una vida normal.
He comprobado que he superado el tiempo más difícil; he establecido una familia y sigo manteniendo una buena vida. A medida que el progreso de la rectificación del Fa avanza, la popularidad y la influencia de La Gran Época se ha ampliado, y el entorno general se desarrolla rápida y positivamente. Debemos aprovechar esta buena oportunidad para cultivarnos bien, mejorar nuestro profesionalismo y salvar a más seres conscientes.
Mejorar el profesionalismo y cambiar la impresión del cliente
Un día, mi supervisor me llevó a visitar a una clienta que ya no hacía publicidad con nosotros. El supervisor me dijo que teníamos que ganarnos su negocio de nuevo y me encargó que me ocupara de ello.
En el pasado escuché que esta clienta era muy quisquillosa, emocional y estaba insatisfecha con la publicidad que producíamos para su negocio. Tuvimos que pedir a tres periodistas que escribieran los artículos promocionales para ella. Tampoco le gustaba el diseño del anuncio. Encontramos a varios diseñadores para que trabajaran en el anuncio, y con todo esto, no pudimos cerrar el trato. Esto incluso provocó la renuncia de algunos practicantes.
Antes de visitarla, leí los correos electrónicos que había enviado a la empresa de comunicación. Sus palabras eran duras. Además de sus insultos, lo más preocupante era que quería demandarnos por haberla estafado con los gastos de publicidad y haber provocado que se endeudara. Decía que no cumplíamos los requisitos de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y que no éramos cultivadores. Cada palabra estaba llena de resentimiento y odio.
Después de comunicarnos con la clienta, le ofrecimos un anuncio gratuito. Se calmó y aceptó volver a trabajar con nosotros.
Repasamos cuidadosamente los requisitos de la clienta y planificamos el anuncio. Celebramos muchas reuniones con ella para comunicarle nuestras ideas. Poco a poco fue confiando en nosotros y tratándonos como sus amigos.
Después de hacer varios anuncios para ella, recuperamos su confianza en el periódico. Analizamos los resultados del anuncio en el informe final. Le propusimos renovar el contrato y le expresamos nuestro deseo de volver a colaborar con ella. Ella aceptó de buen grado y firmamos el contrato sin problemas.
Mientras charlábamos, la clienta volvió a mencionar Falun Dafa, lo que nos dio la oportunidad de aclarar la verdad. Mi compañero y yo creemos que este fue un arreglo de Shifu. Si recorremos bien nuestro camino, las puertas que antes estaban cerradas se abrirán.
Eliminar el apego al yo y pensar en los compañeros practicantes
Me encontraba entre la presión externa de los clientes y la presión interna de la empresa. Los conflictos entre practicantes fue un proceso desgarrador y agonizante, para eliminar mis apegos y elevar mi carácter.
A medida que aumentaba mi experiencia, me ascendían como supervisor, pero mis conflictos con los nuevos contratados también se hacían cada vez más grandes. En una ocasión, un practicante modificó sin mi permiso, el contenido de un proyecto publicitario del que estaba a cargo. Me enojé mucho y tuvimos una gran pelea. Un segundo practicante sintió que yo me negaba a trabajar con él como un solo cuerpo; por eso se negó a adoptar mi sugerencia de modificar el anuncio e insistió en que esperáramos hasta que nuestro cliente lo hubiera revisado.
Hubo un tercer practicante que también sentía que yo no entendía cómo debía realizarse la publicidad y se negó a cooperar conmigo o a escucharme. Un cuarto practicante me ignoró por completo.
Estos conflictos y diferencias siguieron profundizándose, y poco a poco dejé de intentar comunicarme con ellos. Aunque no decía nada en la superficie, estaba muy disgustado. A veces estaba tan enojado que no podía dormir por la noche y no dejaba de pensar que un practicante en particular era realmente malo, no tenía educación, no me respetaba y pensaba demasiado en sí mismo. Cuanto más pensaba en esas cosas, más me enojaba y más sufría.
Tras una serie de incidentes, de repente me pregunté qué me había pasado. ¿Por qué estaba disgustado? ¿Por qué seguía quejándome en mi corazón? ¿Por qué no miraba hacia dentro y veía en qué me había equivocado al enfrentarme a los conflictos? ¿Por qué miraba hacia fuera? No me comportaba como un cultivador.
Intenté mirar hacia dentro para identificar mis deficiencias, pero el pensamiento "yo no me equivoco; son ellos los que se equivocan" seguía apareciendo en mi mente. Este pensamiento negativo era muy fuerte y me hacía seguir desarrollando emociones negativas. Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que este pensamiento no formaba parte de mí y envié pensamientos rectos para eliminarlo. Aunque esto fue un poco efectivo, los malos pensamientos seguían reapareciendo.
Lo que había cambiado para bien era que poco a poco podía mirar hacia dentro y ver que tenía un gran ego, pensaba que era un supervisor y tenía mucha experiencia, por lo que los demás debían cooperar conmigo y hacer los cambios que yo proponía. ¿No era esto un apego al fanatismo?
Lo que es más, despreciaba a los demás y tenía una mentalidad competitiva. Estaba apegado a quién tenía razón y quien estaba equivocado, y no podía tolerar, ni ser considerado con los compañeros practicantes.
Recordé que en algunas reuniones, había hecho preguntas demasiado directas y no había expresado mis sugerencias con amabilidad, lo que hizo que otros practicantes se sintieran avergonzados. Puede que haya herido accidentalmente a otros sin saberlo. Mirando ahora hacia atrás, esas palabras que dije en su momento fueron muy rudas.
Shifu dijo:
“Mientras trabajas, el tono de tu voz, tu bondad y tu razonamiento puede transformar el corazón de una persona, ¡mientras que una orden nunca podrá hacerlo! Si otros no están convencidos en el corazón, sino que solo se supeditan superficialmente, ellos todavía se comportarán de acuerdo a su propia voluntad cuando no estén a la vista” (Conciencia Lúcida de Escrituras esenciales para mayor avance).
Al mirar en mi interior, encontré un interés egoísta profundamente oculto: temía que esos pocos practicantes no pudieran atender bien a los clientes, y que los clientes no renovaran el contrato, lo que me haría no tener ingresos y sufrir pérdidas financieras. Aunque descubrí muchas de mis deficiencias, los conflictos seguían sin resolverse.
Después, cuando volví a ver a estos practicantes, me dije que debía ser amable y no dejar que eso me influyera, independientemente de cómo fuera tratado. Debo dejar que sientan la compasión de un cultivador, y debo mirar hacia dentro incondicionalmente, y ser bueno con ellos.
Al principio me sentí un poco raro y poco natural. Sin embargo, era evidente para mí que los conflictos y las diferencias entre nosotros se iban disolviendo poco a poco. Las cosas empezaron a tomar una buena dirección después de que cambiara mi actitud y mi comportamiento. Sin embargo, había momentos en los que todavía aparecían en mi mente pensamientos negativos sobre los demás, pero estos pensamientos se fueron debilitando.
Un día, ese fuerte apego a quejarme volvió a aflorar y sentí que iba a explotar. Incluso quería golpear a la gente. Cuando esta ira volvió a estallar, supe que no era yo, pero no pude reprimirla. Me sentía dolorido, agraviado y acosado por otros practicantes.
Estudiando el Fa y negando los malos pensamientos continuamente, un pensamiento vino de repente a mi mente: "A mí me duele, pero ¿no le duele también a la otra parte? Ninguna de las partes en el conflicto podía sentirse bien". Con este pensamiento, surgió mi compasión, y sentí que debo cuidar a los demás ya que están trabajando muy duro.
Cuando pensé así, ocurrió que vi este párrafo del Fa:
“A menudo digo que si una persona no tiene ningún concepto personal, no es motivado por intereses personales y sinceramente se preocupa por los demás, entonces cuando él señale los defectos a otra persona o le diga lo que es correcto, la otra persona se conmoverá hasta las lágrimas” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Singapur, 1998).
Al seguir rectificando mi comportamiento y mis pensamientos, muy pronto estos conflictos desaparecieron. Cuando de nuevo veía a esos practicantes preocupados, hablábamos como si no hubiera pasado nada. Nuestra cooperación se hizo más fluida. Realmente sentí la maravilla de la cultivación y también comprendí que, a quien le haya caído ye, se sentiría incómodo.
Tratar amablemente a los miembros de la familia
En estos años de cultivación, he hecho muchos avances y he mejorado constantemente mi carácter. Cuando mis clientes plantean demandas irrazonables, también puedo tratarlos de acuerdo con los principios de Dafa. Cuando tengo conflictos con los practicantes, puedo darme cuenta rápidamente de mis deficiencias y rectificarlas. Todo parece avanzar con firmeza, pero he caído mucho en las relaciones familiares.
Cuando trato con otros practicantes, parezco un cultivador diligente. Sin embargo, estando en casa, mi comportamiento era peor que el de una persona común: no ocultaba mi naturaleza demoníaca y me dejaba llevar por mis emociones. Si había un desacuerdo, yo rebatía inmediatamente con palabras muy hirientes.
Un miembro de la familia, Jia (pseudónimo), enfermó después de que tuvimos un conflicto, y tuvo que ser llevada al hospital para recibir tratamiento médico de urgencia. Esta prueba se produjo de forma tan feroz y repentina que me dejó totalmente aturdido. Pensaba que me había cultivado muy bien y Jia me apoyaba mucho. Resultó que estaba muy disgustada conmigo.
Me arrepentí de mi conducta en casa y de mi forma de hablar. Cuando me relacionaba con amigos, clientes y practicantes, podía darme cuenta rápidamente de mis defectos y rectificarlos con el Fa. Sin embargo, no era amable con Jia y utilizaba mis criterios y se los imponía; tampoco escuchaba sus inquietudes y sugerencias.
Al escribir hasta este punto, me di cuenta de que lo que dije antes sobre que los compañeros practicantes eran poco amables conmigo era en realidad una pista de Shifu, mostrándome que mi actitud hacia mi familia era aún peor y además arrogante. En las últimas décadas, me volví impaciente con Jia, me negaba a ser criticado, era agresivo, discutía con ella, era muy terco y tenía un gran ego. Tenía una brecha muy grande, ya que no me cultivaba en esta área.
Esta vez me dije: debo corregir todos estos malos hábitos y elevar seriamente mi cultivación; debo ser una buena persona sin importar dónde esté y no puedo dejar que Jia desarrolle pensamientos negativos hacia Dafa debido a mis deficiencias. Estoy aquí para salvar a la gente, no para destruirla.
Tomé la iniciativa de disculparme con Jia y pedirle perdón, pero no fui perdonado. Durante mucho tiempo, su actitud hacia mí fue muy dura y fría, y sus palabras eran sarcásticas.
Sin embargo, me dije que debía tolerar y no enojarme. Comparado con lo que Jia había soportado, lo que yo estoy pasando no es nada. Debo superar esta prueba. A medida que pasaba el tiempo y aumentaban nuestras interacciones, empecé a preocuparme por ella de todo corazón y tomé la iniciativa de ayudar en casa. Cambié mi comportamiento y mi actitud, y corregí mi forma de hablar. El entorno cambió y ella dejó de quejarse de mí. Las cosas volvieron poco a poco a la normalidad. Supe que este es el poder de Dafa, y experimenté una vez más el poder de la compasión y que no hay nada que Dafa no pueda hacer.
He tropezado y caído, y he encontrado muchas pruebas durante el proceso de validar el Fa en La Gran Época, pero nada ha hecho tambalear mi corazón para validar el Fa en este proyecto. El período más difícil ha pasado y debo aprovechar esta oportunidad para cultivarme bien y salvar a más seres conscientes, ya que el camino hacia el futuro se hace cada vez más grande.
Lo anterior es mi experiencia personal de cultivación. Si hay algo inapropiado, por favor, señálenlo.
Gracias, Shifu.
¡Gracias, compañeros practicantes!
(Presentado en la Conferencia de Intercambio Experiencias de Falun Dafa 2021 en Taiwán)
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