(Minghui.org) ¡Saludos, venerable Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Soy de la provincia de Catamarca en el norte de Argentina y tengo 69 años. Conocí Falun Dafa en 2003 cuando practicaba otra cosa. Durante una reunión en esta otra práctica, un hombre me dio su número de teléfono y me dijo: "¡Llámame, tengo algo que decirte!". En ese momento tuve un pensamiento: "Debe ser hora de hacer un cambio". En lo más profundo de mi ser sentí que algo importante estaba a punto de ocurrir.

Aquella noche soñé que bajaba de un tren y subía a otro. Había cientos de personas, niños, jóvenes, adultos y ancianos, pero sobre todo muchos jóvenes que se abalanzaban sobre el tren y me hacían avanzar. Cuando me desperté, decidí tirar todas las estatuas, libros y cosas de la otra vía. Aún no había hablado con la persona que me dio su número de teléfono, pero internamente sabía que algo importante se avecinaba.

Al día siguiente lo llamé y nos reunimos. Me habló de Falun Dafa, y luego vimos las Conferencias de los Nueve Días, hicimos los ejercicios y leímos Zhuan Falun. Pero me enteré de que aquel hombre seguía practicando otras vías. No practicaba Falun Dafa, solo le contaba a la gente sobre él.

Aquella noche tuve un sueño vívido en el que me rodeaban todo tipo de santos de la otra práctica, a los que yo solía venerar. Eran enormes, más grandes que una montaña y venían a buscarme. Los rechacé a todos con tanta firmeza que se encogieron. Se redujeron a pequeños puntos y desaparecieron detrás de una montaña.

Renunciar a todas esas cosas me ayudó a comprender lo que es Dafa, porque durante mucho tiempo había estado practicando muchas cosas desviadas en busca de un camino recto. Así empecé a practicar Falun Dafa.

Mis enfermedades desaparecen

En aquel tiempo no teníamos copias impresas de Zhuan Falun, así que usábamos fotocopias. Tampoco teníamos acceso a un reproductor MP3 para la música de los ejercicios. Como no teníamos música, escribí las frases del principio de cada ejercicio en un trozo de papel. Contaba los movimientos para hacerlos correctamente. Para la meditación utilicé mi reloj para calcular el tiempo, aunque no podía cruzar las piernas correctamente.

Antes de empezar a practicar tenía todo tipo de enfermedades. Tenía que tomar medicación el resto de mi vida debido a unas úlceras intestinales. Casi no podía caminar porque tenía la columna fuera de su sitio. Cuando empecé a hacer los ejercicios y a leer Zhuan Falun, todo cambió.

Un día pensé: "Hace mucho tiempo que no me ajustan la columna vertebral, y tampoco necesité inyecciones". Cada vez que tenía síntomas de estar enfermo, comprendía que estaba eliminando yeli. Mis enfermedades fueron desapareciendo poco a poco.

Aprendiendo a leer a partir de la lectura de Zhuan Falun

Como no sabía leer bien (por falta de educación), leía muy despacio, a veces letra por letra, luego palabra por palabra. Tardé mucho tiempo en terminar Zhuan Falun. Aun así, cada vez que tenía una pregunta, al abrir el libro veía la respuesta. Con el tiempo, conseguí un reproductor de MP3 y pude escuchar las conferencias. Esto me ayudó mucho y avanzó mi entendimiento. Leyendo Zhuan Falun aprendí a leer.

Prueba de lujuria

Tenía una casa en Buenos Aires, pero me mudé a Catamarca para cuidar a mi padre. Me quedé allí más de 10 años, hasta que falleció. Poco después de empezar a practicar Falun Dafa, me puse en contacto con los practicantes de Buenos Aires. Viajaba de un lado a otro llevando materiales para los nuevos practicantes en Catamarca. Después de que mi padre falleció decidí regresar a Buenos Aires porque me di cuenta de que no podía avanzar diligentemente solo.

En el proceso pude ver muchos apegos, a los afectos y a las cosas materiales. Poco a poco me fui desprendiendo de todo.

A lo largo del proceso he tenido muchas pruebas, pero sobre todo fue la prueba de la lujuria. Tanto en mis sueños como en mi vida diaria, seguí teniendo esta prueba durante mucho tiempo. Tenía pensamientos de estar con otra persona, a pesar de estar casado. Siempre rechacé el pensamiento y ahora estas pruebas ya casi no aparecen. Cuando aparecen, las reconozco inmediatamente.

Experimentar los milagros de Dafa

Hace varios años trabajaba en un lugar donde empezaba a las 6 de la tarde y terminaba a las 2 o 3 de la mañana del día siguiente. Tenía que esperar el autobús durante tres horas. No había mucho refugio en las paradas de autobús y hace mucho frío en invierno. Decidí comprarme una moto.

Todavía estaba aprendiendo a conducirla una mañana cuando volvía del trabajo. Atravesé un cruce y un autobús venía del otro lado a gran velocidad. No sabía qué hacer. Intenté parar pero los frenos de la moto no funcionaban. No tuve miedo. El único pensamiento que tuve fue decir: "¡Falun Dafa es bueno!"

Estuve a punto de chocar con el autobús, pero pasó por delante de mí y yo fui detrás. No me pasó nada. Sabía que Shifu me había salvado y se lo agradecí. Pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de lo ocurrido.

Casi diez años después, al recordar el momento en que estuve a punto de estrellarme, lo vivo a cámara lenta, como si lo estuviera viendo desde otra dimensión. Sentí como si estuviera suspendido en el aire y el autobús tuviera tiempo de pasar por delante de mí. En ese momento comprendí que Shifu me protegía porque tengo trabajo que hacer.

Un año después de aquel incidente, volvía a casa conduciendo con viento y lluvia muy fuertes. La carretera estaba llena de baches y me quedé dormido. La moto volcó y salí volando un par de metros. Aterricé en la acera. Podía sentir y oír el crujido en el brazo y la rodilla al aterrizar. Sentí como si me hubiera roto los huesos. Normalmente tardo mucho en levantarme. Pero esta vez, fue como si tuviera un resorte, inmediatamente salté y dije: "¡Practico Dafa! ¡Falun Dafa es bueno! ¡Zhen Shan Ren es bueno!".

Bajo mis ropas, sentí que la sangre corría por mi brazo y por mi rodilla. Lo ignoré, me acerqué a la moto y la levanté. Vi que estaba apagada, pero la llave estaba en la posición "on". Pensé: ¿Cómo puede estar apagada? Para apagarla hay que girar la llave. Cuando la encendí funcionaba bien. Recogí algunas cosas que se habían caído y volví a subirme a la moto. No me detuve a revisarme ni a quitarme el traje de lluvia. Mientras conducía, sentía cómo la sangre me corría por la pierna y el brazo.

Cuando llegué a casa me lo quité todo. Cuando me examiné, solo tenía un rasguño en el codo y otro en la rodilla, nada más. El traje de lluvia ni siquiera estaba roto.

Negar las tentaciones de apartarme de Dafa

Muchas veces aparecieron tentaciones de alejarme de Dafa y dejar la cultivación, pero nunca cedí.

Mi familia desciende de nativos del norte de Argentina. Mi pueblo natal es muy pequeño, todos se conocen y la comunidad aborigen es muy fuerte. Existe toda una organización en la que hay un Cacique, que se supone que dirige y guía a la comunidad. Pero hoy ese papel solo se utiliza para obtener poder y riqueza.

Durante mucho tiempo, el Cacique de nuestra comunidad me buscó e insistió en que ocupara su puesto, ya que, en realidad, yo era el heredero legítimo. Me dijo que si aceptaba el cargo recibiría grandes beneficios del gobierno, dinero y tierras. Pero siempre me negué.

Después de que empecé a practicar Falun Dafa, el cacique volvió a buscarme e insistió. Una vez más me negué. Esa noche tuve un sueño en el que una enorme imagen brillante venía del cielo hacia mí y quería llevarme con ella. Me negué a ir e inmediatamente el ser, que era gigantesco e irradiaba luz, se marchó.

Recordé lo que nos dijo Shifu:

“Cuando veas a un ser iluminado de cualquier otro sistema de vía, no muevas tu corazón, simplemente cultívate en una vía. «No importa qué fo, qué dao, qué deidad o qué demonio sea, que ninguno piense que podrá mover mi corazón», así definitivamente hay esperanza de que tengas éxito.” (Sexta Lección, Zhuan Falun)

Unos días más tarde, cuando volví a encontrarme con el Cacique, estaba con el chamán de la comunidad. El chamán estaba furioso conmigo. Me di cuenta de que el ser que vi en el sueño era el espíritu de ese chamán. Estaba enfadado conmigo porque me negué a seguirlo y en su lugar elegí el camino de Falun Dafa.

Desde entonces, no volvieron a buscarme ni a insistir en que me convirtiera en el Cacique.

No me arrepiento ni por un segundo de haber rechazado todos esos beneficios materiales que me correspondían por nacimiento. Lo que gané con la cultivación de Dafa y las enseñanzas de nuestro Shifu no tiene precio.

Validando Dafa

Siempre trato de participar en los proyectos de validación de Dafa o en las actividades de aclaración de la verdad, como la distribución de revistas, la distribución del periódico The Epoch Times, ir al Barrio Chino o a la embajada china, etc. Pero muchas veces me relajé, dejé de estudiar el Fa, pensando: "Está bien, continuaré mañana" o "Mañana terminaré de leer". Estaba flojeando, pero no me daba cuenta.

Pero gracias a la coordinadora y a los demás practicantes, alguien se pone en contacto conmigo y me pregunta: "¿Estás ocupado? ¿Puedes ayudar en esta actividad o proyecto?". Inmediatamente me despierto y recuerdo que estamos aquí para validar a Dafa y salvar a la gente.

He sido muy terco. No tengo un buen entendimiento de la cultivación, porque el yeli que tenía no me permitía entender. Como leía despacio, solía dormirme mientras leía. Pero perseveré, y siempre trato de seguir mi entendimiento según Dafa.

Recuerdo que durante una promoción de Shen Yun, estaba en casa arreglando el coche. Un practicante me llamó por teléfono y me pidió que le ayudara. Lo dejé todo porque sabía que era más importante. En otra ocasión me llamaron para ver si podía cortar el pelo a algunos miembros del equipo de Shen Yun. Dije que sí enseguida, aunque hacía tiempo que había perdido todas mis máquinas y artículos para cortar el pelo. Solo tenía una máquina de cortar el pelo de mala calidad que no era profesional. Fui de todos modos y el resultado fue positivo.

Esa experiencia me dio otro empujón para continuar. Nunca pensé en abandonar Dafa, nunca se me pasó por la cabeza. Pero si no estudias el Fa, poco a poco te alejas, te relajas e inadvertidamente dejas de cultivarte.

Conclusión

Estoy inmensamente agradecido a Shifu y a todos los practicantes por proporcionarme un ambiente de cultivación tan bueno, por su preocupación constante por mi estado de cultivación y por tener siempre en mente cómo yo, un hombre de 69 años sin educación formal, podría ayudar, con lo que considero pocas habilidades, a validar el Fa.

Los arreglos que Shifu hizo en mi vida para obtener el Fa fueron perfectos. No tengo palabras para describir lo agradecido que estoy por su infinita benevolencia.

Gracias Shifu por tu salvación, gracias por permitirme cumplir mi voto. Lo que Shifu hizo por mí no tiene precio. Y continuaré así, firme en Dafa hasta el final.

(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Cultivación de Falun Dafa de Argentina 2022)