(Minghui.org) Un exguardia de prisión que cumplía cinco años de prisión por su fe en Falun Gong sufrió la ruptura del bazo tras ser golpeado por los reclusos.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
El señor Dai Qihong, de la ciudad de Mudanjiang, provincia de Heilongjiang, fue detenido durante una redada policial el 25 de junio de 2019 y condenado a cinco años en la Prisión de Hulan en octubre de ese año.
Desde que estalló la pandemia en 2020, las autoridades penitenciarias ordenaron una persecución aún más estricta a los practicantes de Falun Gong encarcelados. Muchos han sido obligados a sentarse en pequeños taburetes durante todo el día y no se les permite moverse. Los que se niegan a renunciar a su fe en Falun Gong son recluidos en régimen de aislamiento y se les niega las visitas familiares.
El 29 de septiembre de 2022, el Sr. Dai se negó a hacer el turno de noche haciendo guardia, por lo que fue golpeado por los reclusos de la misma celda. Sufrió fuertes dolores abdominales y quedó incontinente. Hacia la medianoche, los reclusos Gao Fenglong y Zhang Gang lo sacaron de la cama, le dieron patadas en el pecho y el abdomen y lo golpearon con un zapato. Los mismos reclusos habían golpeado al Sr. Dai muchas veces en el pasado y le habían quemado las manos con cigarrillos.
Al día siguiente, el Sr. Dai luchaba con un dolor abdominal intensificado. Su rostro estaba pálido y entró en estado de shock. Los guardias lo llevaron al hospital y el médico comprobó que sufría un shock hemorrágico debido a la rotura del bazo. Como el daño en su bazo era irrecuperable, el médico realizó un procedimiento para extirparlo. El Sr. Dai fue llevado de vuelta a la prisión el 8 de octubre.
Antes de su última condena, el Sr. Dai, exguardia de la Prisión de Mudanjiang, fue detenido el 20 de marzo de 2008 y condenado a cinco años en la Prisión de Jiamusi. Ambas prisiones están en la provincia de Heilongjiang. Soportó salvajes palizas, alimentación forzada, y fue colgado rutinariamente por las muñecas y electrocutado con picanas. Los guardias también le privaron del sueño y le obligaron a sentarse en un pequeño taburete durante largas horas. Sufrió heridas en todo el cuerpo y quedó demacrado.
Su esposa se divorció y lo despidieron de su trabajo mientras estaba encarcelado. Tras su liberación, quedó en la indigencia.
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Categoría: Hechos de la persecución
