(Minghui.org) A lo largo de la historia, el Himalaya ha sido la tierra de muchos cultivadores. La gente que vive allí lleva una vida simple, modesta y todos cantan y bailan. Ellos también veneran a Fo Fa. Casi un milenio atrás, en esta región había un cultivador llamado Milarepa. Mientras que muchos Fo y Pusas necesitaron reencarnarse durante muchas vidas y pasaron por muchas calamidades antes de obtener la Perfección, Milarepa logró la poderosa virtud en una sola vida y, más tarde, llegó a ser conocido como el fundador de la Vía Blanca del Budismo Tibetano.

Un día, Milarepa dio una conferencia sobre el Fa del Gran Vehículo [Mahayana] en una cueva de un acantilado de Nyanam, Tíbet. Entre los que asistieron, hubo discípulos como Rechungpa y Gampopa, así como discípulas, y hombres y mujeres limosneros. También había muchas dakinis o, literalmente, "mujeres que van al cielo" con el estado de Perfección de Luz del Arco Iris (dakini en sánscrito y MkhaihGro-ma en tibetano), y yoguis.

La noche anterior, Rechungpa tuvo un sueño en el que aparentemente había viajado a la Tierra Pura Dakini. Era una gran ciudad con edificios de cristales, enjoyados. Dentro de la ciudad, las personas vestían ropa celestial hermosa y collares de jade. Aunque todas sonrieron y saludaron a Rechungpa, ninguna le habló.

Una mujer joven, vestida de rojo, lo saludó amablemente: "Joven discípulo [del mismo maestro], ¿cuándo llegó aquí? ¡Bienvenido! ¡Bienvenido!". Rechungpa levantó sus ojos y vio que era su compañera de clase Bharima, con quien había estudiado el Fo Fa del gran maestro Tiphupa, en Nepal.

"Llegaste justo a tiempo", dijo Bharima. "Fo Akshobhya (uno de los cinco Fo Dhyani) está enseñando ahora aquí. Si estás interesado, le puedo pedir permiso para que te unas a nosotros".

Rechungpa le dijo emocionado: "He anhelado ver a Fo Akshobhya durante muchos años. Escuchar su enseñanza es una oportunidad preciosa. Por favor, pídeselo, en mi nombre".

Bharima invitó a Rechungpa a un banquete delicioso antes de encaminarse a su sermón. Se celebró en un gran palacio magnífico, donde Fo Akshobhya se sentó en un trono, en el centro. Lucía infinitamente sagrado, más allá de la imaginación humana. Un incontable número de deidades se habían reunido allí para escucharlo, tantas que parecía un océano inmenso. Era más grande que cualquier sermón que Rechungpa había presenciado anteriormente. Contemplando esta vista, se sentía indescriptiblemente feliz y emocionado. Su compañera le pidió que esperara para pedir permiso. Después de un tiempo, Rechungpa vio que Fo Akshobhya le sonrió. Al saber que el permiso le había sido concedido, Rechungpa se postró delante de él con veneración, [arrodillándose y tocando el suelo con la frente] y luego se sentó para escuchar las enseñanzas.

Ese día, Fo Akshobhya habló acerca de los caminos de vida de los Fo y Pusas anteriores, que eran muy conmovedores. Luego enseñó sobre las historias de Tilopa, Naropa y Marpa [maestros de linaje tibetano o del budismo del Himalaya]. Rechungpa nunca había escuchado descripciones tan detalladas y vívidas.

Cerca del final del encuentro, Fo Akshobhya dijo: "Entre todas las biografías, la más singular, grandiosa y conmovedora es la de Milarepa. Por favor, vengan mañana y voy a seguir con mi enseñanza".

Después, Rechungpa escuchó a varias personas comentando sobre esto entre sí. "¡Es difícil de imaginar que haya otras biografías aún más especiales y extraordinarias que estas!", dijo una persona.

"Las historias que escuchamos hoy sobre los Fo y Pusas fueron el resultado de sus procesos de cultivación durante numerosas vidas y cómo atravesaron innumerables calamidades. Pero Milarepa logró tal virtud poderosa en una sola vida. ¡Por esta razón es tan única!", respondió otra.

“¿Si una biografía tan preciosa quedaba enterrada, no sería una pérdida? ¿Si no le pedimos al Más Venerado Maestro que nos hable sobre esto, en beneficio de los seres conscientes, no cometemos un pecado nosotros, los discípulos? ¡Debemos orar sinceramente y pedirle al Fo que nos cuente esta biografía!", agregó otra persona.

“¿Dónde está el Venerable Milarepa actualmente?", preguntó la primera persona.

"¿El Venerable Milarepa? No está en Abhirati (La Tierra Pura del Fo Akshobhya). Probablemente está en la Tierra de la Eterna Luz Tranquila”, dijo otra persona.

Al escuchar estas palabras, Rechungpa pensó: "El Maestro está, obviamente, en el Tíbet. ¿Por qué dicen que está en la Tierra de la Eterna Luz Tranquila? Pero, a pesar de todo, parece claramente que estas palabras van dirigidas hacia mí. Debo pedirle al Maestro que hable sobre su biografía". Mientras pensaba esto, Bharima le tomó las manos amablemente y las sacudió suavemente. “¿Sí, has entendido, verdad?". Rechungpa se iluminó aún más claramente, y la sensación fue tan fuerte que se despertó sobresaltado.

Ya estaba amaneciendo. Rechungpa se sentía eufórico, pensando: "Aunque es precioso escuchar las enseñanzas de Fo Akshobhya, soy aún más afortunado por estar con mi Maestro. Creo que el Maestro me fortaleció al haberme permitido escuchar una conferencia de Fo Akshobhya. La gente de allí dijo que el Maestro se encuentra en la Tierra de la Eterna Luz Tranquila, mientras que nosotros pensamos que el Maestro se encuentra en el Tíbet. De hecho, el "cuerpo, habla y mente" del Maestro no son diferentes de los de otros Fo. Su poderosa virtud también es inimaginable. Solía pensar que el Maestro está solo en el Tíbet y que se ve como nosotros, viviendo una vida común. No sabía que el Maestro ya había alcanzado el estado de Fo con Fashen en todo el universo. Sus manifestaciones son aún más maravillosas. Debido a nuestro tremendo ye, vemos a un sabio como si fuera una persona común. ¡Es realmente un insulto al sabio! El sueño que tuve ayer por la noche no fue un sueño común. Mi compañera y las otras dakinis me dieron una pista para que le pida al Maestro que imparta lecciones. ¡Se las debo pedir al Maestro!". Teniendo esto en mente, Rechungpa tuvo una fuerte fe. Juntando y presionando las palmas de sus manos, veneró sinceramente a su Maestro.

En ese momento, su entorno de repente se iluminó. Varias hermosas dakinis, vestidas muy elegantes aparecieron en frente y caminaron hacia él. Una dijo: "Mañana habrá una lección sobre la biografía de Milarepa. Vamos a ir a escucharla".

"¿Quién será el que solicitará la lección?", preguntó otra dakini.

Una dakini le sonrió a Rechungpa y dijo: "¡Por supuesto, será el discípulo principal del Maestro!".

Varias dakinis también miraron a Rechungpa y sonrieron. Una dijo: "Pedirle al Maestro que hable sobre su biografía nos va a beneficiar tanto a nosotras como a los demás. No solo estamos muy ansiosas por conocer su biografía, sino que también ayudaremos, orando para que el Maestro nos conceda su compasión y nos hable sobre esto. Más tarde, también protegeremos su enseñanza en beneficio de las futuras generaciones de seres conscientes". Con esas palabras, las dakinis desaparecieron.

Cuando Rechungpa se despertó otra vez, ya era plena luz del día. "Es evidente que las dakinis me están animando para que le pida al Maestro que imparta sus enseñanzas". Se presentó felizmente ante el Venerable Milarepa, para hablarle. Después de postrarse en reverencia, se arrodilló ante el Venerable Maestro y le suplicó juntando las palmas de sus manos y presionándolas en frente de su pecho: "Venerado Maestro, innumerables Fo en el pasado tuvieron varias manifestaciones y todo tipo de logros inimaginables para salvar a la gente. Sus preciadas biografías han estado circulando en este mundo para bendecir a la gente y promover el Fo Fa. Maestros como Tilopa, Naropa y Marpa también han articulado sus biografías, que fueron legadas a la gente mundana para que se cultive. Ahora tenemos la esperanza que el Maestro extienda su compasión y nos hable sobre su pasado, tanto en beneficio de los discípulos, como de los seres conscientes del futuro".

El Venerable Milarepa lo escuchó y le dijo pacíficamente: "Rechungpa, tú ya sabes mucho acerca de mí. Pero, ya que preguntaste, te responderé”.

"Soy descendiente de una tribu en Kyungpo y mi predecesor es José. Solía hacer obras malas, y más tarde hice obras buenas. Ahora, he dejado de hacer obras buenas o malas. Todas las cosas con intención quedan en mi pasado, y tampoco las haré en el futuro. Explicar estas cosas detalladamente haría que muchas personas lloraran amargamente, y a mucha gente le traería gran alegría. Es algo muy extenso y se puede omitir. Deja que un anciano como yo descanse tranquilamente".

“¡Maestro!", Rechungpa se arrodilló en el suelo y continuó suplicando.

"¿Nos podría explicar cómo se cultivó diligentemente, cómo buscó el Fo Fa y mejoró hasta lograr la Perfección y la iluminación? Usted es descendiente de Kyungpo y su ancestro fue José. Entonces, ¿por qué su apellido se volvió Mila? ¿Por qué primero hizo obras malas y más tarde hizo obras buenas? Por favor, también cuéntenos esas historias que harían que la gente llore o se alegre. Esta petición no es solo mía, sino también de los demás discípulos, así como de los limosneros, todos anhelamos escucharlo. Por favor, extienda su compasión".

"Ya que lo están pidiendo de esta manera, no tengo ningún secreto, y se lo contaré", dijo lentamente el Venerable Maestro con una sonrisa. "Mis antepasados eran nómadas del clan Kyungpo de la región norte. Mi tatarabuelo era José, hijo de un Lama de la Vía Roja. Siendo un practicante que salmodia versos apoyado por deidades, sus encantamientos tenían grandes poderes. Cierto año, hizo una peregrinación al recóndito Tíbet. Viajó a un lugar del norte del Tíbet, llamado Chungpachi, donde encontró personas que padecían una plaga causada por los demonios. Como sus encantamientos eran extremadamente poderosos y eliminaron a muchos demonios, cada vez más gente empezó a creer en él. Los lugareños le pidieron que se quede, por lo que se estableció allí y, más tarde, comenzó una familia”.

"Un fantasma apareció allí otro año, para lastimar a la gente. Había una familia que no creía en Lama José para nada. El fantasma le causaba problemas a esta familia: su ganado moría o huía, y las personas se enfermaban y veían fantasmas durante el día. Estas amenazas sucedían a diario. Ninguno de los médicos invitados por esta familia pudo curar sus enfermedades. Ninguno de los lamas llamados a derrotar el fantasma tuvo éxito y, en cambio, los dejó exhaustos después de luchar en su contra. Al final, ya no había nada que la familia pudiera hacer. Un amigo les dijo: “Tienen que ir a buscar al Lama José. ¡Los demás no pueden lograrlo!'.

"Un familiar dijo: 'Mientras exista la posibilidad de curar la úlcera, incluso el aceite de perro puede considerarse. Está bien, lo invitaremos'".

"Entonces, la familia envió a alguien para invitar al Lama José".

"Antes de que Lama José llegara a la carpa de la familia, vio al fantasma de lejos. El fantasma vio a José y comenzó a huir. El poder divino de Lama José emergió, y lo llamó en voz alta: '¡Fantasma! Yo, Kyungpo José, me especializo en beber sangre de demonios y tensar sus tendones. ¡Si tienes valor, quédate allí y no te alejes!'".

"Con estas palabras, se apresuró al fantasma. El fantasma temblaba de miedo y gritaba: '¡Aterrador! ¡Terrorífico! ¡Mila! ¡Mila!’ (En tibetano, la representación fonética de "Mila" expresa la sensación de premonición de ver a un gigante).

"José alcanzó al fantasma, que se encogió sin atrever a moverse. Dijo en una voz temblorosa: ‘Estimado Lama, no me he atrevido a ir a los lugares en donde has estado. Nunca habías estado aquí, así que me animé a venir. Por favor, ¡perdona mi vida!'".

"Lama José le ordenó al fantasma que prometiera que dejaría de dañar a la gente. El fantasma no tuvo ninguna otra opción que hacer el voto. Entonces, Lama José lo dejó irse".

"Más tarde, el fantasma se apoderó del cuerpo de otra persona y dijo: '¡Mila! ¡Mila! ¡Esta persona es demasiado poderosa! Nunca estuve tan asustado en toda mi vida. ¡És tan poderoso! ¡Mila! Mila!’".

"Debido a esto, Lama José se volvió más famoso y la gente le dio el apodo de Lama Mila, para mostrar su respeto. Más tarde, se volvió el apellido de la familia. Así, el nombre de Lama Mila llegó a ser ampliamente reconocido.

"Kyungpo José tuvo solo un hijo y dos nietos. El primer nieto, Mila Doton Sengge tuvo un solo hijo, llamado Dorje Sengge".

"Dorje Sengge tenía un talento natural para apostar, y disfrutaba especialmente de lanzar los dados. Sus habilidades eran excelentes y siempre ganaba cuando lanzaba los dados".

"Cierto año, un impostor errante llegó a Chungpachi. Era bueno en las apuestas y podía ganarse la vida de esto. Después de ganar mucho dinero y escuchar que a Dorje Sengge le gustaba apostar, lo invitó a una apuesta de dados".

"El primer día, para probar las habilidades de Dorje Sengge, el impostor solo hizo una pequeña apuesta e intencionalmente dejó que ganará Dorje Sengge. Al día siguiente, mostró sus habilidades y le ganó a Dorje Sengge fácilmente. Como nunca antes había experimentado una derrota, Dorje Sengge se molestó y le dijo al impostor: 'Mañana voy a recuperar todo mi dinero. ¿Te atreves a apostar conmigo otra vez?'".

''¡Por supuesto!', contestó el impostor con indiferencia".

"En el tercer, cuarto y quinto día, el impostor perdió las apuestas, ya sea intencionalmente o por mala suerte".

"Después, el impostor lo desafió a una apuesta decisiva: '¡Dorje Sengge! Últimamente he perdido a diario, por lo que te propongo que, mañana, los dos apostemos todas nuestras propiedades, ganado, tierra, lana, dinero y joyas. Con los aldeanos como testigos, firmaremos un acuerdo para una apuesta final, y ninguno de nosotros podrá hacerse para atrás, independientemente de quién gane. ¿Quieres hacerlo?'".

"Dorje Sengge aceptó sin dudarlo".

"Al día siguiente, los aldeanos verificaron sus apuestas y se quedaron a observarlos. Los dos estaban muy nerviosos cuando lanzaron los dados. Al final, Dorje lo había perdido todo".

"Bajo estas circunstancias, Dorje Sengge no tuvo ninguna otra opción que dejar su ciudad natal y a los miembros de su clan, para vagar. Su padre, Doton Sengge, lo llevó a asentarse en un pequeño pueblo llamado Kyangatsa. Muy hábil en los encantamientos, Doton Sengge podía derrotar demonios y curar enfermedades. Pudo ganarse la vida de estas habilidades y logró tener un ingreso estable. Dorje Sengge cambió y dejó de apostar por completo. Trabajó duro en su negocio, transportando lana al sur para venderla en el invierno, y comerciando ganado con nómadas del norte en el verano. También viajó a diferentes lugares para hacer pequeñas transacciones. Su trabajo duro fue recompensado y logró acumular una fortuna nuevamente".

"Dorje Sengge se casó, más adelante, con una hermosa muchacha local. Tuvieron un hijo llamado Mila Sherab Gyeltsen (el padre de Milarepa)".

"En aquel momento, Doton Sengge era ya muy viejo. Se enfermó y murió. Como resultado de muchos años de duro trabajo, Dorje Sengge poco a poco se había vuelto rico. Había invertido mucho dinero para comprar un campo fértil en forma de triángulo, al que llamó El Triángulo Orma. También había comprado una casa grande en la vecindad".

"Cuando Sherab Gyeltsen cumplió 20 años, se casó con Nyangtsa Kargyen (la madre de Milarepa). Nyangtsa Kargyen provenía de una familia rica local. Ella era inteligente y capaz. Toda la familia llevaba una vida feliz y próspera".

"Después de un tiempo, ellos construyeron una mansión de tres pisos junto al Triángulo Orma, con cuatro pilares y ocho vigas. Al lado de la mansión, añadieron un granero grande y una cocina".

"Para entonces, los familiares en la ciudad natal de Mila Doton Sengge habían oído hablar de la riqueza de Dorje Sengge de Kyangatsa. Yungdrung Gyaltsen y Khyungtsa Paldren, los primos de Sherab Gyeltsen, que eran hermano y hermana, también se trasladaron a Kyangatsa. Sherab Gyeltsen realmente apreciaba a sus parientes e hizo todo lo que pudo para ayudarles. Les prestó dinero y les enseñó cómo hacer negocios. Poco tiempo después, los primos también se volvieron ricos.

"El tiempo pasó rápidamente. Varios años más tarde, Nyangtsa Kargyen quedó embarazada. En aquel momento, Sherab Gyeltsen había comprado mucha mercancía desde el sur y se había ido al norte para hacer comercio con los nómadas.

"Yo nací el 25 de agosto (en 1052 D.C.). Mi madre envió de inmediato a alguien para entregarle una carta a mi padre, Sherab Gyeltsen. Ella escribió: ‘He dado a luz a un niño. Por favor, vuelve a casa, dale un nombre y prepárate para una fiesta con los aldeanos del pueblo. También se aproxima la cosecha de otoño. Por favor, regresa pronto a casa'".

"En poco tiempo, el mensajero entregó la carta y también le hizo una descripción detallada del recién nacido y de la situación de la familia, animando a mi padre que regresara para darme un nombre y celebrar. Mi padre se sentía especialmente complacido. Dijo con una sonrisa: '¡Maravilloso! ¡Excelente! Ya tengo un nombre para el bebé. Cada generación de nuestra familia Mila ha tenido siempre solamente un niño. Me siento extremadamente contento que nosotros tenemos un hijo otra vez. ¡Su nombre será Topaga (una alegría al oír)!'".

"Por lo tanto, el padre terminó apresuradamente su negocio y volvió a casa, dándome el nombre de Topaga. Después, fui creciendo y me gustaba cantar. Todos los que escuchaban mi voz quedaban encantados. Ellos decían: 'Topaga, es una alegría escucharte. ¡Este nombre es perfecto para ti!'".

"Cuando tenía cuatro años, mi madre dio a luz a una niña y la nombró Peta. Recuerdo que cuando éramos niños, mi hermana y yo estábamos siempre vestidos con la mejor ropa de satín, y llevábamos joyas decorativas en todo el cabello. Las personas que nos visitaban eran ricas y poderosas. También teníamos muchos sirvientes".

"En aquel tiempo, la gente de Kyangatsa hablaban a menudo entre ellos: 'Estos nómadas son ahora muy ricos. Tienen afuera una ganadería y un campo, mientras que adentro tienen más granos de lo que pueden comer y más ropa de la que pueden usar. ¡Son tan afortunados!'. Nos admiraban y nos envidiaban. Pero esta dichosa vida no duró mucho antes de que mi padre Mila Sherab Gyeltsen falleciera".

Rechungpa le preguntó: "Maestro, después de que su padre falleció, ¿sufrió mucho? Escuchamos que su experiencia fue la más dura. ¿Podría hablarnos acerca de esto?".

(Continuará)

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