(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Shenyang detenida durante 6 años por su fe, ha estado sufriendo de problemas dentales, sin embargo, la prisión se ha negado a prestarle atención médica, citando que su familia no ha depositado suficiente dinero en su cuenta de prisión.

La Sra. Shu Yu fue detenida el 21 de febrero de 2014 por negarse a renunciar a Falun Gong, una disciplina espiritual que es perseguida por el régimen comunista chino desde hace 17 años. Más tarde fue condenada a 6 años y trasladada a la prisión de mujeres de  la provincia de Liaoning el 29 de abril del año pasado.

Esta no es la primera vez que ha sido atacada por su fe. Fue despedida de su trabajo como directora de recursos humanos de la sucursal de Dadong del Banco de Industria y Comercio poco después de que la persecución a Falun Gong comenzara en julio de 1999.

La Sra. Shu fue detenida en 2001 y se la condenó a dos años de trabajo forzado. Se puso en huelga de hambre para protestar por la detención ilegal, pero fue sometida a una tortura brutal. El campo de trabajo forzado la liberó cuando estaba al borde de la muerte. Después de recuperarse, tuvo que esconderse para evitar ser llevada de vuelta en custodia.

La policía nunca dejó de buscarla, obligándola a moverse de un lugar a otro. Detuvieron a su hermano menor, el Sr. Shu Dong a finales de enero de 2014 (durante la temporada de vacaciones del Año Nuevo chino) y lo retuvieron durante aproximadamente una semana. Su suegro estuvo mentalmente afectado por su detención y falleció poco tiempo después.

Aunque el Sr. Shu no dio a conocer el paradero de su hermana, la policía se las arregló para seguir su rastro tan sólo unas semanas más tarde. Ellos irrumpieron en su lugar de alquiler el 21 de febrero de ese año, cuando no estaba en casa.

La Sra. Shu regresó a su casa cuando la policía la buscaba ahí. La golpearon tanto que le rompieron un brazo.

Ella había tenido la intención de apelar su sentencia de prisión, pero su familia tenía dudas debido a la intimidación de las autoridades locales. En el momento en que acordaron contratar a un abogado, ya había pasado el plazo de apelación.

Teniendo la experiencia personal del tratamiento del régimen chino hacia practicantes de Falun Gong, la Sra. Shu no era optimista acerca de su encarcelamiento por seis años.

Cuando su abogado se reunió con ella antes de su internamiento en la cárcel, le pidió que le dijera a su familia lo siguiente: "Si alguna vez pierdo la vida en la cárcel, por favor sepan que debió ser el resultado de la tortura y el abuso, ya que nunca cometería suicidio. Por favor, no permitan que la policía incinere mi cuerpo. Deben buscar justicia para mí!".

La Sra. Shu estaba pálida cuando su familia la visitó recientemente. Se quejaba de su dolor de dientes, pero la prisión se ha negado a darle atención médica. Su familia se preocupa de que esto puede ser sólo el comienzo de su extenso sufrimiento.