(Minghui.org) El Centro de Detención de la ciudad de Cangzhou, provincia de Hebei, está situado en el lado este de la ciudad. Aunque el exterior de la instalación ha sido objeto de una amplia renovación, el interior, al que solo se puede acceder tras atravesar cinco puertas, sigue igual que hace 30 años, con unas condiciones de vida muy pobres. Los reclusos y los practicantes de Falun Gong detenidos en esta instalación se ven sometidos a todo tipo de abusos.
Registros corporales humillantes
Al entrar en el centro de detención, a todos los detenidos se les corta el pelo muy corto. Los guardias también los registran desnudos en el vestíbulo. Después de que se les asigna a diferentes celdas, los reclusos jefes de las celdas los vuelven a registrar desnudos. Además, los guardias también van a cada celda y registran desnudos a todos dos veces al día; Todos los detenidos se ven obligados a apoyar las manos sobre la cama y a levantar las piernas para que los guardias puedan ver si tienen heridas en los pies. Incluso cuando alguien vuelve a la celda después de reunirse con sus abogados o de ser interrogado por la policía, también es sometido a registros corporales. Si alguien intenta resistirse a los registros humillantes, los guardias lo insultan verbalmente.
Condiciones de vida deplorables
Las camas del centro de detención son grandes y pueden dormir 20 personas en cada una. Pero a menudo 40 personas tienen que compartir una cama. Tienen que dormir de lado y no pueden darse la vuelta. Los guardias tienen muchas otras exigencias sobre las posturas para dormir: los detenidos no pueden cubrirse la cara durante el sueño, ni pueden colocar los brazos cerca de la cabeza o doblar las piernas. Si violan las reglas, se les despierta para corregir sus posturas.
Además de compartir una cama, los 40 detenidos también tienen que compartir un grifo de agua y un baño. A menudo hay largas colas para lavar la ropa, ducharse o lavar los platos.
A la mayoría de las personas, incluidos los reclusos comunes y los practicantes de Falun Gong, no se les permite escribir o llamar a sus familiares. Cuando sus familias les llevan ropa, la ropa tiene que ser solamente blanca o negra.
Una vez, un practicante de Falun Gong fue alimentado a la fuerza durante más de 40 días después de realizar una huelga de hambre para protestar contra la persecución.
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