(Minghui.org) Una ingeniera ambiental jubilada de unos 80 años sobrevive vendiendo materiales de reciclaje que encuentra en los contenedores de basura, después de que su pensión, su única fuente de ingresos, le fuera suspendida durante casi diez años, simplemente por su fe en Falun Gong.
La Sra. Wu Xiulan, de 80 años, se jubiló en 2002 tras trabajar 34 años en diversos puestos en el gobierno de la ciudad de Jinzhou, la Oficina de Construcción y el Instituto de Protección Ambiental. Fue arrestada el 13 de mayo de 2015 mientras colocaba carteles autoadhesivos sobre Falun Gong. Posteriormente fue sentenciada a dos años de prisión. A partir de abril de 2016, la Oficina de Recursos Humanos y Seguridad Social de la ciudad de Jinzhou le suspendió la pensión. Tras ser liberada en mayo de 2017, se puso en contacto con ellos y exigió la restitución de los pagos, pero sin éxito.
La Sra. Wu fue arrestada de nuevo el 5 de julio de 2019, cuando acudió a casa de un familiar para pedir dinero prestado. Le impusieron otra sentencia de tres años y fue liberada en julio de 2022. Posteriormente, continuó solicitando la restitución de su pensión, sin éxito.
La persecución financiera le causó enormes dificultades, quien no tiene hijos que la cuiden. No podía permitirse reparar las ventanas o la calefacción en mal estado, ni el lavabo y el balcón que goteaban. A menudo temblaba en el frío del invierno.
El 3 de marzo de 2025, la Sra. Wu presentó una demanda administrativa ante el Tribunal de Ferrocarriles de Jinzhou, exigiendo que la Oficina de Recursos Humanos y Seguridad Social de la ciudad de Jinzhou y la Oficina de Finanzas le devolvieran la pensión que le habían retenido durante los últimos nueve años y le reanudaran la prestación por jubilación.
En su denuncia, escribió: “Tengo 80 años. No tengo hijos. Según la tradición china y la Ley de Protección de los Derechos Sociales, la sociedad debería respetarme y protegerme. Al menos, mi sustento básico debería estar protegido. Pero desde abril de 2016, no he recibido ni un céntimo de mi pensión. No tengo otros ingresos y solo puedo depender de las contribuciones de personas de buen corazón. Nunca imaginé estar en una situación financiera tan desesperada después de haber trabajado durante 34 años. ¡Qué triste que esté luchando por sobrevivir en mi vejez y corriendo de un lado a otro para buscar mi pensión ganada con tanto esfuerzo!”.
Sin embargo, la jueza Fang Xu se negó repetidamente a aceptar su caso, con la excusa de que había presentado la denuncia contra la agencia equivocada.
Sin otra fuente de ingresos, la Sra. Wu se vio obligada a recolectar materiales de reciclaje de desecho y luego venderlos. A veces, algunos amigos le donaban comida y sus vecinos también le daban sus cajas de cartón o botellas de agua de plástico. Para la Sra. Wu, incluso la más mínima ayuda de personas bondadosas era apreciada en comparación con el trato que recibía de las autoridades comunistas.
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