(Minghui.org) China es conocida como shenzhou (una tierra divina) por su larga y rica historia espiritual. Pero las cosas han cambiado drásticamente en las décadas desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomó el poder en 1949.

Durante la infame Revolución Cultural, innumerables templos, monasterios taoístas, iglesias y sitios históricos fueron demolidos. En los últimos años, algunos de los sitios culturales que sobrevivieron se han convertido en destinos turísticos con fines de lucro. Estos eventos han alejado aún más al público en general de los valores tradicionales.

Nos gustaría volver a contar la historia y el legado de China, con la esperanza de encontrar nuevas perspectivas sobre la humanidad, nuestra sociedad y más.

La historia comienza con el Emperador Amarillo

El camino espiritual documentado más antiguo fue el del Emperador Amarillo, hace 5.000 años. Tras escuchar sobre Guang Chengzi, un antiguo sabio que practicaba la cultivación, el Emperador Amarillo lo visitó para preguntarle sobre la esencia del Tao. «No prestes atención a lo que ves ni a lo que oyes —aconsejó Guang—; simplemente mantén tu alma tranquila. De esta manera, tu cuerpo se rectificará naturalmente hacia la serenidad y la pureza. Sin sobrecargar tu cuerpo ni consumir tu esencia, alcanzarás la longevidad».

Iluminado por estas palabras de Guang, el Emperador Amarillo visitó a otros sabios y continuó aprendiendo. Después de cultivarse diligentemente, finalmente alcanzó la perfección. Él escribió el Canon Interno del Emperador Amarillo, la obra fundamental de la medicina china.

Otro sabio muy conocido fue Lao Zi, generalmente considerado el fundador del taoísmo. Su texto clásico, el Tao Te Ching, ha inspirado y aportado sabiduría a las personas durante generaciones. «El ser humano sigue a la tierra, la tierra sigue al cielo, el cielo sigue al Tao, y el Tao sigue a la naturaleza», escribió.

Lao Zi enseñó que uno debía «abandonar las tácticas y renunciar al interés material». Con el tiempo, uno sería capaz de «mantener la modestia» y «ser menos egoísta y codicioso».

Lao Zi y Confucio vivieron en la misma época, al igual que Sakya Muni en la India. Durante este período, entre los siglos VIII y III a. C. (denominada Era Axial por el filósofo alemán Karl Jaspers), Sócrates y Platón fueron filósofos en la antigua Grecia. Los sabios Lao Zi, Confucio y Sakya Muni desarrollaron los pilares fundamentales de la cultura oriental —el budismo, el daoísmo y el confucianismo— mientras que Sócrates y Platón contribuyeron significativamente al progreso de la civilización occidental.

Desde el Emperador Amarillo hasta Lao Zi, la ideología del Dao y el daoísmo se integraron profundamente en la cultura china. Durante la dinastía Han, el confucianismo fue adoptado como doctrina oficial y dominó los exámenes imperiales a partir de entonces. Al mismo tiempo, el emperador Ming de la dinastía Han invitó al budismo a China, lo que enriqueció aún más la civilización china durante los últimos 2.000 años.

La leyenda de Ge Hong

Ge Hong, es una figura legendaria de la dinastía Jin, no solo tuvo éxito en la práctica de la cultivación, sino que también dominó la medicina china y la alquimia. Sus principales escritos incluyen Baopuzi (un clásico daoísta), Zhou Hou Jiu Zu Fang (una colección de recetas de medicina tradicional china) y Leyenda de los Inmortales.

En Baopuzi, Ge reconoció que existían personas que cometían malas acciones en nombre del daoísmo. Esto generó confusión y desalentó a quienes buscaban sinceramente el Dao. Sin embargo, también señaló que no se debía perder la fe, porque las deidades realmente existían y cultivarse hacia lo divino era un camino posible.

Algunos lo desestimaban, diciendo que los seres divinos no existían porque no podían verse. Ge discrepó y escribió:
«El cielo y la tierra son ilimitados, y el asombro no tiene fin... Solo porque no veas a los seres divinos, no puedes decir que no existen».

De hecho, existen muchos registros sobre seres divinos. El historiador Liu Xiang de la dinastía Han documentó más de 70 de ellos en Liexian Zhuan (Biografías de Inmortales). Liu era un erudito serio, y sus escritos eran confiables.

Las leyendas de los inmortales también pueden encontrarse en las historias oficiales. Por ejemplo, el Libro de la Dinastía Han Posterior incluye tales relatos, como el de Fei Changfang, cuyo maestro poseía habilidades extraordinarias. Otro personaje fue Zhang Kai, quien dominaba la medicina china y era capaz de crear niebla que cubría un área de varios kilómetros cuadrados.

(Continuará)