(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1995 y ahora tengo 60 años. Antes de cultivar Dafa, yo era muy competitiva. Aunque en apariencia no discutía con los demás, me enfadaba y estaba resentida con ellos.
Después de casarme, mi suegra, mi cuñada y mi cuñado a menudo conspiraban contra mí. A causa de todo ese resentimiento, desarrollé muchos problemas de salud, como artritis, insuficiencia cardiaca, dismenorrea frecuente, sarcoma abdominal (un tipo de cáncer) y rectificación de las vértebras cervicales. No podía levantarme sola y dependía de los demás para que me cuidaran. Incluso pensé en suicidarme a causa de mi mala salud.
Practicar Falun Dafa me ayudó a dejar atrás el resentimiento
Cuando mi madre celebró su cumpleaños en septiembre de 1995, viajé con mi hijo para ayudarla. Por aquel entonces, mi madre acababa de empezar a practicar Falun Dafa. Mientras charlaba con mi madre y mis hermanas sobre cosas que habían sucedido en el pasado, mi madre me escuchó y luego me contestó: «Estas cosas sucedieron porque tú le debías a esta gente de antes».
Yo respondí: «Siempre fui yo quien sufrió. Obviamente eran malos y estaban equivocados, así que ¿cómo podía estar en deuda con ellos?». Yo quería oír palabras de consuelo de mi madre, pero ella atribuyó estas cosas a que yo estaba en deuda con otros por lo que había hecho en el pasado. Estaba muy triste y me fui a casa después de cenar.
A la entrada de nuestra zona residencial había una librería infantil. Entré y pregunté a un empleado: «¿Tiene un libro de Falun Dafa llamado Zhuan Falun?». Me contestó: «Sí, aquí está el último ejemplar».
En casa, en cuanto abrí el libro Zhuan Falun, no pude dejarlo. Muchas preguntas de mi vida para las que había querido respuestas se resolvieron.
Tardé 24 horas en leer todo Zhuan Falun. Mi humor pareció cambiar de repente, me convertí en una persona diferente, y mi visión del mundo también cambió. Comprendí que mi situación actual se debía a que en el pasado había hecho cosas malas, había intimidado a otros y había herido a otras personas. Estaba pagando las deudas de yeli que había contraído.
Dejé atrás mis rencores y empecé a sentirme tranquila. También me recuperé de todas mis dolencias. Presenté Falun Dafa a toda mi familia política. Más tarde, mis suegros, mi cuñado, mi cuñada y su marido empezaron a cultivar Dafa.
Yendo a Beijing para validar Dafa
El Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a perseguir oficialmente a Dafa en julio de 1999. Fui a Beijing para defender Dafa. Nunca había salido de la ciudad donde vivía desde niña. Como era mi primer viaje a Beijing, me perdí completamente. Salimos tarde y estaba oscuro cuando llegamos a Beijing. Unos compañeros y yo encontramos un pequeño hotel, pero al principio se negaron a alojarnos porque no teníamos carné de identidad. Nos costó bastante convencerles, pero al final accedieron a alojarnos. Poco después, el recepcionista recibió una llamada y cambió de opinión, diciendo que no nos dejaría quedarnos pasara lo que pasara. Así que no tuvimos más remedio que marcharnos con nuestros hijos.
Por el camino, pasamos por una tienda y cada uno compró un abrigo grande de invierno. En aquella época, las carreteras a Beijing estaban fuertemente vigiladas y la gente perseguía a los practicantes por todas partes, así que nos quedamos una noche en Xiangshan. A la mañana siguiente vimos una montaña muy alta a la entrada del parque de Xiangshan. Había escalones muy altos en el acceso a la montaña, y me pregunté cuántos escalones habría. También había una placa horizontal en dicho acceso, en lo alto de los escalones, que decía «Jie Yin Fo». Al ver unos escalones tan altos, dijimos que, ya que habíamos llegado hasta aquí, subiéramos a echar un vistazo. Estábamos entusiasmados. Mientras subíamos peldaño a peldaño con lágrimas en los ojos, sentíamos la dificultad y la penuria de Shifu salvando a sus discípulos.
Muchos años después, cuando mencioné esta parte del viaje a otra practicante, me dijo: «Allí no hay tal montaña, ni una placa que diga “Jie Yin Fo”. Probablemente Shifu te alentó para avanzar, o tal vez fuiste a otra dimensión». Sólo entonces llegué a comprender que el benevolente Shifu ha estado animando a cada uno de sus discípulos.
Shifu me ayudó a escapar del peligro
Las autoridades me localizaron en 2004. Cuando llegué a casa, escuché que alguien aporreaba la puerta. Sabía que era extraño, así que llamé a mi marido y le dije que viniera enseguida a casa. Intenté calmar mi mente para enviar pensamientos rectos, pero no pude, así que pedí ayuda a Shifu. En ese momento, me vino a la mente el pensamiento «márchate». Mi apartamento estaba en un piso alto. Había policías en la puerta y otros abajo, en la entrada del edificio. ¿Cómo podía irme? Miré por la ventana e intenté decidir si debía salir por ella. Me acerqué a una ventana del edificio de al lado, intenté explicar rápidamente la situación e hice señas al vecino para que abriera la ventana y me dejara entrar. Entendió y abrió la ventana. Le expliqué brevemente la situación y le di las gracias por hacer una buena obra. Le dije que sería bendecido.
Salí rápidamente de su edificio. Como la comunidad tenía forma de U y sólo había una salida, no tuve más remedio que adentrarme en ella. Al final había un muro. Me subí a un montón de escombros y lo sobrepasé. Vi que estaba en el patio de alguien, pero no había nadie. Abrí la verja y salí. Enfrente había aparcado un taxi. El conductor abrió la puerta y me dijo: «Date prisa y sube. ¿Adónde vas?».
Cuando subí al taxi, se me llenaron los ojos de lágrimas. Di las gracias a Shifu por salvar a su discípula una vez más.
Más tarde, un agente de policía me preguntó: «Te hemos bloqueado la puerta. ¿Cómo te has escapado?». Para proteger al vecino que me abrió la ventana, le dije: «Es un secreto».
El milagro de encontrar la casa de otro practicante para formar un solo cuerpo
Un practicante quería aprender a navegar por Internet en 2009, así que fui a su casa para enseñarle cómo hacerlo. El tiempo apremiaba y tuve que marcharme tras terminar la tarea. Antes de irme, me dijo con lágrimas en los ojos: «Volveremos a vernos». En aquel momento, no sabíamos cómo ponernos en contacto de forma segura a través del correo electrónico. Desde que comenzó la persecución, él y su esposa se habían estado cultivando solos. Por eso, tenía muchas ganas de volver a relacionarse con otros practicantes. Yo también le dije: «Volveremos a vernos».
Poco más de un año después, recordé cómo me había despedido con lágrimas en los ojos. Así, preparé algunos materiales: los nuevos artículos de Shifu y el Semanario Minghui. Luego me dirigí a su casa. Pero cuando llegué a su comunidad, olvidé dónde estaba su apartamento. Recordé que estaba en el primer piso y que había un pequeño patio y barandillas verdes, pero no pude encontrarlo. Pedí ayuda a Shifu: «Shifu, por favor, ayúdame. Dame una pista de adónde debo ir». Con ese pensamiento, antes de dar un solo paso, su patio apareció ante mis ojos. Estaba muy emocionada. Gracias, Shifu, por proteger a tus discípulos en todo momento.
Cuando llamé a su puerta, la abrió, me vio y se echó a llorar. Me dijo: «Sabía que volverías». Su esposa sostuvo en sus brazos los nuevos artículos de Shifu y el Semanario Minghui y también lloró. Agradecimos al Shifu por dar a sus discípulos otra oportunidad de cultivarse juntos diligentemente y seguir al Shifu para rectificar el Fa.
Aclarando la verdad a mis compañeros de clase
Uno de mis excompañeros de clase se puso en contacto conmigo en 2019, después de más de 40 años, y me dijo: «Te he estado buscando durante mucho tiempo y finalmente me puse en contacto contigo. Hay varios compañeros más que también quieren verte». Pensé: «Shifu lo ha arreglado para que los salve». Inmediatamente decidimos reunirnos en un restaurante. Llevé materiales para aclarar la verdad, envié pensamientos rectos y pedí a Shifu que me fortaleciera.
Cuando llegué, todos estaban ya sentados. Aquella compañera se levantó y dijo a todos: «Hoy ella ha traído un regalo para todos». Esto me ayudó a romper el hielo. Les dije que el Cielo eliminaría al PCCh y les conté los hechos básicos sobre Falun Dafa. También les ayudé a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Una compañera incluso me preguntó: «¿Vendrás a verme? Quiero que hables con mi esposo».
Mi cuñada vuelve a la cultivación
Mi cuñada empezó a cultivar Dafa en 1994 y compartió el Fa con su familia. Alrededor de una decena de miembros de nuestra familia empezaron a practicar. Hemos continuado cultivando, excepto ella. Ella no siguió cuando comenzó la persecución.
Shifu mencionó un «gran Juicio Final» en su conferencia «Enseñando el Fa en el Fahui internacional de Gran Nueva York 2009». Yo le dije: «Muchos miembros de nuestra familia todavía cultivan Dafa. Pero tú renunciaste, y no podemos dejarte atrás. Cuando vinimos por primera vez al mundo, firmamos una promesa a Shifu, usando nuestras vidas como garantía para ayudar a Shifu a rectificar el Fa. También acordamos entre nosotros que despertaríamos a quien estuviera perdido. Una vez nos despertaste a todos, pero ahora estás perdida. Debo mantener mi promesa y despertarte. Mi cuñada, por favor regresa. Vayamos juntos a casa con Shifu».
Ella dijo: «Sé que Dafa es bueno y apoyo a tu hermano».
Le dije: «No se trata de eso. No se trata de que si sabes eso, estarás bien. Eres una practicante de Dafa en el período de la rectificación Fa. Si no lo haces bien, tendrás que enfrentarte al juicio en el futuro». Entonces aceptó volver a cultivarse. Sin embargo, poco después, volvió a vivir una vida ordinaria.
Después de que Shifu publicó el artículo El xiulian de DAFA es serio, fui a verla y compartí con ella sobre esto. El yeli de pensamiento detrás de ella todavía trataba de arrastrarla, haciéndole insinuar que no quería volver a la cultivación. Le dije: «Nadie puede bloquear tu camino. Mientras quieras cultivarte, Shifu cuidará de ti. Cuñada mía, por favor, vuelve. Por favor, dame la oportunidad de cumplir la promesa que te hice».
Esa vez, su expresión cambió. Dijo: «Volveré para cultivar con todos ustedes». Cuando se fue a casa, tiró todos sus medicamentos. Luego leyó un capítulo de Zhuan Falun por la mañana y otro por la tarde. Gracias, Shifu, por darle la oportunidad de salvarse.
Mis suegros se han salvado
Mi hijo, que ahora tiene 40 años, ha estudiado el Fa desde que era niño. Aunque sólo practicaba de vez en cuando, comprendía los principios de Dafa. Cuando tenía 30 años, estaba ocupado todos los días y nunca estaba en casa. Su sueldo no le alcanzaba para cubrir sus gastos y me pedía dinero constantemente. Por las conversaciones que mantenía con él, me enteré de que podía estar saliendo con alguien, pero nunca la traía a casa. Más tarde supe por sus compañeros de clase que su novia estaba divorciada y tenía una niña de siete u ocho años.
Me quedé atónita. Estaba perpleja y no pude calmarme durante varios días. No podía aceptarlo. Todos mis apegos se dispararon y no podía entender el Fa que leía. Después de un tiempo, pude calmarme y pensé: «Soy una practicante. ¿Qué estoy haciendo? ¿No es esto sentimentalismo? Debe haber algo que debo eliminar». Cuando pensé en el hecho de que la hija de la novia y yo no éramos parientes, ¿no estaba mi punto de partida basado en el lado humano? Debería salir de eso y verlo desde el Fa. Tanto si éramos parientes como si no, el hecho de que nos conociéramos se reducía a una relación predestinada. Después de pensarlo, le dije a mi hijo: «¿Por qué no las traes? Esta relación surgió por una buena relación predestinada».
Quería salvar a mi nieta. Un día vino y me dijo: «Abuela, quiero ver la tele». Le contesté: «Espera un momento, quiero ponerte un vídeo antes de que veas la tele, ¿bueno?».
Le puse un vídeo en el que se hablaba de renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Después de verlo, dijo: «Abuela, quiero renunciar a los Jóvenes Pioneros». Esta vida se salvó.
Ahora es como si fuéramos parientes. Pasó el pasado Año Nuevo Chino en casa de su abuela. En la víspera del Año Nuevo Chino, me llamó para desearme un feliz Año Nuevo Chino. También me dijo: «¡Abuela, quiero ir a tu casa a celebrar el Año Nuevo Chino!».
Le dije: «¡Cuando vengas el primer día del Año Nuevo, la abuela te dará un gran sobre rojo!». Ella se alegró y dijo: «¡Gracias, abuela!».
El suegro de mi hijo es miembro del Partido y fue profundamente envenenado por el PCCh. Cuando mi hijo le aclaró la verdad sobre Dafa, él respondió: «Si sigues así, tendré que demandarte».
Cuando escuché esto, le dije a mi nuera: «¿Puedes arreglar que conozca a tus padres?». Ella respondió: «No quiero que te reúnas con ellos porque discutirían contigo».
Le dije: «Si quieren hacerlo, tenemos que afrontarlo. Pero al menos danos la oportunidad de conocernos».
Frunció el ceño y dijo: «De acuerdo».
Comprendí que temía que nos peleáramos y se encontrara en una situación difícil. Le dije: «No te preocupes, no me lo tomaré a pecho».
Cuando nos conocimos, su reacción fue totalmente inesperada. En cuanto entré por la puerta, el suegro de mi hijo me dijo: «¿Por qué no has venido antes? Por favor, enséñame a hacer los ejercicios». Me quedé muda y no supe qué decir. Les aclaré la verdad y le ayudé a renunciar al PCCh. Pero cuando nos íbamos, me di cuenta de que la suegra de mi hijo tenía un aspecto sombrío y se negó a despedirnos.
Cuando llegué a casa, se lo comenté a una practicante. Me dijo que quería acompañarme a visitarlos. Así que tomé un ejemplar de Zhuan Falun y un vídeo de Shifu enseñando los ejercicios y nos fuimos. La cara de la suegra era tan sombría como la última vez. Le enseñamos al suegro de mi hijo cómo hacer los ejercicios y estudiamos con él un capítulo de Zhuan Falun. Mientras hablábamos con la suegra de mi hijo, nos centramos específicamente en sus malentendidos sobre Dafa. Al final, dijo: «¿Puedo tener también un ejemplar de Zhuan Falun? Es un libro que enseña a la gente a ser buena. Por favor, ayúdame también a renunciar». Así, mis dos suegros se salvaron.
Gracias, Shifu, por cuidar de tus discípulos y sus familias.
Copyright © 1999-2025 Minghui.org. El contenido de esta página puede reproducirse con atribución.