(Minghui.org) El emperador Huizong, el penúltimo emperador de la dinastía Song del Norte, disfrutaba de un estilo de vida lujoso y agotó los recursos del país en su búsqueda de entretenimiento. Esto arruinaría toda una dinastía. Los Jurchens lo acabaron capturando junto a su hijo y a la familia real, y se los llevaron a regiones remotas de China donde los humillaron. Este se considera uno de los capítulos más oscuros de la historia china.

La corrupción del emperador Huizong no se produjo de la noche a la mañana. El taimado Cai Jing, que fue su canciller durante 23 años, abusaba a menudo de su poder para complacer al emperador. Según la “Biografía de los traidores” en Song Shi (Historia de la dinastía Song), Cai recaudó riquezas de diversos particulares para la corte imperial. Esto llevó a la quiebra a muchas familias; se dedicó a todo tipo de corrupción, incluso vendió puestos oficiales, lo que a su vez condujo a la corrupción del gobierno.

Además, Cai utilizó su poder para atacar a sus oponentes y castigar a quienes tenían opiniones diferentes. Tres años después de convertirse en canciller, compiló listas de quienes se le oponían (309 en total) y se las presentó al emperador. Con la aprobación del emperador, Cai hizo que sus nombres se grabaran en una placa de piedra y la erigió en un lugar público cerca del palacio.

Además de sus principales oponentes políticos, la lista también incluía a eruditos de renombre como Su Shi y Huang Tingjian. Cai ordenó que se prohibieran sus obras literarias, y prohibió que incluso los hijos de sus familiares se convirtieran en funcionarios. Ordenó que todos los funcionarios estatales y de jurisdicción, exhibieran copias de la placa de piedra por todo el país para desprestigiar –y difamar– a estas personas.

Un gobernante le ordenó a Li Zhongning, un cincelador de Jiujiang, que replicara la placa. Pero este inmediatamente rechazó la solicitud y respondió: “Mi familia era pobre cuando yo era joven, así que aprendí técnicas de tallado de piedra para ganarme la vida. Más tarde, a menudo me pagaban con poemas de Su Shi y Huang Tingjian”, dijo Li.

“Aunque no he conocido personalmente a estos eruditos, me han beneficiado”, explicó el cantero. “Como la placa tiene sus nombres [para humillarlos], no puedo ser desagradecido y hacerles esto”.

El gobernador se conmovió y lo elogió: “Eres un hombre noble. Si tuviéramos más funcionarios honestos como tú en el palacio, las cosas serían diferentes”.

Han pasado varios cientos de años, pero todavía podemos aprender de la historia y de este cincelador.

Al igual que Cai Jing, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha arruinado el país, especialmente con sus violaciones de los derechos humanos y su corrupción de la moralidad. También ataca sistemáticamente a distintas voces mediante oleadas de campañas políticas, en particular a los estudiantes asesinados durante la Masacre de la Plaza de Tiananmen y las personas que sufren la persecución a Falun Gong.

Sin embargo, a diferencia de Cai, el PCCh sigue agotando los recursos de China, invirtiéndolos en reprimir a ciertos grupos. Después de inventar mentiras, las difunde a través de los medios de comunicación, los sistemas educativos, el mundo del entretenimiento y los canales diplomáticos. Y difama a grupos como Falun Gong. Uno de estos ejemplos es la farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen.

A pesar de los esfuerzos del PCCh, muchos chinos han visto y escuchado cosas acerca de los beneficios de practicar Falun Gong. Cuando reflexionan sobre las acusaciones del PCCh sobre lo sucedido, ven lagunas.

Por ejemplo, si la plaza de Tiananmen es tan enorme, ¿cómo es posible que agentes de policía aparecieran tan de repente en el lugar con extintores para apagar el fuego? ¿Cómo es posible que la pequeña Liu Siying cante una canción cuatro días después de que se le realizara una traqueotomía? Esto va tanto en contra del sentido común como de la medicina. Además, las enseñanzas de Falun Gong prohíben explícitamente matar y suicidarse, por lo que quienes lo hagan, en realidad, no están practicando Falun Gong.

Cuando reflexionamos sobre los acontecimientos que ocurren en China desde que el PCCh tomó el poder, nos damos cuenta de que este infundió lucha de clases, odio, mentiras y conflictos, todos son elementos propios de la ideología del comunismo. Por eso el Partido no puede tolerar valores tradicionales, como los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Gong.

Si nos remontamos a la historia, las malas acciones de Cai no solo contribuyeron a acabar con la dinastía Song del Norte, sino también con su propio futuro. Tras la invasión de los Jurchen, fue degradado cinco veces –en 1126–, y enviado a una zona remota. De camino a su lugar de exilio, Cai llevaba consigo muchos tesoros de oro y plata, pensando que tenía lo suficiente para sobrevivir. Pero sus malas acciones ya eran tan bien conocidas que la gente a lo largo del camino se negaba a venderle comida ni agua. Al final murió en la más absoluta miseria.

Confucio dijo una vez: “Si no planificas a largo plazo, puedes terminar preocupado en el corto plazo”. Al igual que el cincelador, deberíamos plantearnos lo que supone canjear nuestros principios morales por las ganancias a corto plazo, porque el precio puede ser demasiado alto.