(Minghui.org) Cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) ordenó la persecución a Falun Dafa en 1999, se guió por tres políticas: “Arruinar su reputación, arruinarlos financieramente y destruirlos físicamente”. Para justificar la persecución y poner a la gente en contra de los practicantes de Dafa, el PCCh elaboró propaganda para difamar a Dafa, como “La farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen” y las “1.400 muertes”.
Además de utilizar los medios de comunicación controlados por el Estado para difundir la propaganda en China, el PCCh también exportó la persecución a Occidente a través de sus propios portavoces en el extranjero, infiltrándose en los medios de comunicación occidentales habituales y contratando a sus agentes secretos fuera de China.
En los últimos años, los agentes secretos del PCCh han atacado públicamente a Dafa en las redes sociales. Antiguos practicantes y antiguos intérpretes de Shen Yun que se pasaron al lado oscuro también han difamado a Dafa. Aunque todo esto es parte de los esfuerzos del PCCh para lavar el cerebro de la gente fuera de China, también hay muchos practicantes que cayeron en esa propaganda y comenzaron a cuestionar a Dafa y a Shifu. Nada ocurre por casualidad. Me gustaría recordar amablemente a los compañeros practicantes que necesitamos examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos afectados por esa propaganda y si son nuestros apegos los que han invitado a que sucedan tales incidentes.
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Categoría: Opinión y análisis