(Minghui.org) La Prisión de Qianjin en Beijing, también conocida como la Prisión de Chad, está situada en la granja de Qinghe en el distrito de Ninghe, Tianjin. Está bajo la administración de la Subdivisión de Qinghe de la Oficina de Administración Penitenciaria de Beijing. Desde el año 2000, un gran número de hombres practicantes de Falun Gong han sido detenidos allí y la mayoría de ellos fueron condenados a largas penas de prisión, de entre cinco y once años. Los guardias de la prisión instigan a los reclusos a torturar a los practicantes para conseguir una reducción de sus penas de prisión.

Entre los métodos de tortura utilizados habitualmente en la prisión se incluyen palizas, descargas eléctricas, privación del sueño, hambruna y denegación del acceso a los baños, así como diversas tácticas de lavado de cerebro. El guardia Liu Guanghui fue ascendido a subdirector de la prisión por su participación activa en las torturas. 

Introdujo el método de tortura de obligar a los practicantes a sentarse en un pequeño taburete de plástico durante largas horas sin moverse Como resultado, a muchos practicantes les supuraron las nalgas.

El primer y el tercer pabellón están destinados principalmente a practicantes de Falun Gong detenidos. El primer pabellón es para los practicantes que se negaron a renunciar a Falun Gong. Un guardia llamado Gao Chuang amenazó a los practicantes con extraerles los órganos internos y anunciar al mundo exterior que habían muerto por practicar Falun Gong. Para cada comida, los practicantes suelen recibir sólo dos trozos de pan y un poco de agua. No sólo pasan hambre, sino que también se les priva de sueño.

Después de obligarles a renunciar a Falun Gong contra su voluntad, les trasladan al tercer pabellón. Wang Zicheng, que cumple una condena de 5,5 años, está retenido en el tercer pabellón. La prisión le ha negado la correspondencia con su familia y las visitas durante más de un año. También hace más de un año que su familia no puede hacerle ingresos en efectivo para que compre en la cárcel artículos de primera necesidad. Su estado de ánimo es bajo y también padece algunas dolencias físicas debidas a la tortura y a la angustia mental. Antes de su última condena, ya había cumplido tres condenas por un total de 14 años.