(Minghui.org) Soy un discípulo de Dafa de diez años. Mi madre me enseñó a seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia desde que era pequeño. Con la protección de Dafa, he crecido sano y feliz.
Cultivar el xinxing sin vacilar
Hoy en día no es raro que los niños digan palabrotas. Tal vez piensen que es normal, pero yo lo considero muy desagradable. Los chicos traviesos de mi clase me pusieron muchos motes feos, en los que añadían palabrotas. Salvo unos pocos compañeros, la mayoría de los más de 50 alumnos de la clase me llamaban por esos apodos. Estos apodos cambiaban cada pocos días, siendo sustituidos por otros aún más desagradables. Recordé el Fa de Shifu y lo soporté. El niño que se sentaba detrás de mi pupitre me tiraba del pelo todos los días. Seguí el Fa de Shifu y miré hacia dentro, y entonces dejó de tirarme del pelo.
Dos compañeros de mi grupo eran perezosos y no hacían el trabajo cuando les tocaba limpiar la clase. En cada ocasión me sentía obligado a hacer también sus tareas. Acabé haciendo yo solo el trabajo de tres. Hice sus tareas durante todo un semestre. Cuando mi madre se enteró, se conmovió. Le dije: «No importa quién limpie nuestra clase. No me ofendo». Sé que ser el pequeño discípulo de Shifu no es fácil. Todo debe hacerse de acuerdo con el Fa.
Enviando pensamientos rectos, eliminando espíritus malignos
Nuestra escuela izaba la bandera nacional todos los lunes. Cada vez que se hacía, yo enviaba pensamientos rectos. Una vez, durante la ceremonia de izado de la bandera, se añadió otro acto. El director pronunció un discurso sobre algunos asuntos relacionados con el Partido Comunista Chino ( PCCh ). Cerré los ojos y envié fuertes pensamientos rectos, para no dejar que perjudicara a los alumnos y profesores.
De repente oí un «wow», abrí lentamente los ojos y vi que la bandera se caía. La cadena que sujetaba la bandera se rompió. Fue verdaderamente increíble.
El 4 de abril es el Festival Qingming [una celebración de la primavera, a veces también llamada Día de la Conmemoración China, un festival tradicional en China]. El día anterior, la escuela celebró una actividad para honrar a los antepasados comunistas, y se iba a izar la bandera. Pensé que algún dirigente iba a volver a hablar de esas cosas relacionadas con el PCCh, así que seguí enviando pensamientos rectos mientras salía por la escalera. Cerré los ojos y vi a un dragón rojo luchando contra un grupo de dioses. El dragón rojo fue destruido rápidamente. Cuando abrí los ojos, vi a un dragón dorado enroscado alrededor del asta de la bandera, con su garra tocando ligeramente la cadena que sujetaba la bandera, la bandera se deslizó hacia abajo. Por más que el abanderado intentaba izarla, la bandera no podía levantarse. Más tarde, al ver que la bandera no subía, los responsables de la escuela utilizaron un imán para izarla.
A veces, cuando hacía mal tiempo los lunes, el izado de la bandera se hacía en el interior. Entonces, usaban la bandera nacional que colgaba de la pared de la clase. Cada vez que pasaba, enviaba pensamientos rectos hacia la bandera. Una vez oí un crujido y la bandera se cayó (aunque estaba clavada en la pared). Más tarde, me enteré de que las banderas de otras aulas también se habían caído. El colegio no volvió a colocarlas en su sitio.
El mástil de nuestra escuela seguía arqueándose cuando se izaba la bandera en el exterior. No importaba cuántas veces los responsables de la escuela llamaran a la gente para arreglarlo y cuántas veces lo soldaran, el mástil seguía arqueándose cuando se izaba la bandera. Durante nuestras clases de educación física, por muy fuerte que fuera el viento, el mástil permanecía inmóvil. Los responsables de la escuela temían que el mástil se cayera durante la ceremonia de izado de la bandera, así que no dejaban que los alumnos se acercaran a él. Cada vez que se izaba la bandera, yo enviaba pensamientos rectos. Incluso cuando no había viento, el mástil se balanceaba descontrolado. En la escuela se celebraban ceremonias de izado todos los lunes, y siempre la bandera se caía o se enrollaba en el asta. De martes a viernes, el mástil permanecía sin nada.
El año pasado, cuando el PCCh organizó una campaña de firmas en Internet, fui con mi madre a enviar pensamientos rectos todos los días. Cada vez, Shifu me animó mostrándome algo. Al principio de la campaña de recogida de firmas por Internet, durante una sesión de envío de pensamientos rectos, vi a hombres y mujeres de diversas industrias haciendo largas colas para el Infierno, con pequeños demonios registrándolos en la entrada. Después, le dije a mi madre que necesitábamos enviar pensamientos rectos rápidamente y aclarar la verdad, ya que mucha gente había sido engañada por el PCCh.
Durante las sesiones horarias de envío de pensamientos rectos, vi a un gran grupo de dioses luchando contra demonios. Había muchos dioses, en una fila interminable que se extendía hasta perderse de vista. La escena era magnífica, y el poder inmenso. Una vez, cuando mi madre y yo nos perdimos el momento de enviar pensamientos rectos, sólo pude ver a unos pocos dioses luchando contra demonios cuando envié pensamientos rectos. Una vez, vi a Laozi y Confucio, que estaban leyendo junto a un bosque de bambú. La escena era muy hermosa. Mi madre me preguntó cómo sabía que eran Laozi y Confucio. Le dije que sus nombres estaban escritos a su lado. A veces podía ver dragones y fénix, y a veces, podía ver el mundo celestial brillando con luz dorada.
Los discípulos de Dafa no deben menospreciarse a sí mismos
El primer día del Año Nuevo Lunar, después de comer, mi madre me llevó a casa de un practicante para ver una representación de Shen Yun, pero cuando llegamos había problemas con la instalación y la señal, así que no pudimos verla. Me llevé una gran decepción. Llegaron muchos practicantes, entre ellos niños que acababan de empezar a practicar Dafa, y otros que habían dejado de practicarla pero aún tenían algunos pensamientos rectos sobre Dafa, y querían ver Shen Yun. Había más de 20 personas en la sala, esperando para ver a Shen Yun. Nos preguntábamos qué hacer con tan mala señal. Un practicante anciano sugirió: «No es fácil que nos reunamos. Aprovechemos esta oportunidad para aprender unos de otros». Así comenzó una pequeña conferencia improvisada de intercambios sobre el Fa, y cada cual compartió –por turnos– sus experiencias de cultivación y sus puntos de vista.
En ese momento, cerré los ojos y vi una habitación llena de seres celestiales discutiendo asuntos. El fondo se volvió amarillo, y ya no era la simple salita en la que estábamos. La escena sagrada y solemne me conmovió profundamente.
Compañeros practicantes, no importa en qué etapa de cultivación estén, ¡sigan esforzándose y no pierdan esta oportunidad!
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