(Minghui.org) Nota del editor: El objetivo de cultivar Dafa es alcanzar la iluminación y comprender el propósito fundamental de la vida en este mundo. Cada cultivador tiene sus propios motivos para iniciarse en la práctica. Tal vez algunos estaban convencidos de que esta práctica encierra el verdadero significado de la vida, mientras que otros llegaron después de ver a practicantes obtener beneficios que vienen con la cultivación. Pero después de un tiempo, algunos no perciben los beneficios que han obtenido debido a la práctica de cultivación y otros incluso se pierden en la fama, la fortuna y el afecto humano entre la gente común. En esta coyuntura, ¿seguirás cultivando? ¿Te preguntarás qué te impulsa a seguir cultivándote? ¿Seguirás teniendo fe en Dafa y hasta qué punto? Al final, depende de si uno puede considerarse verdaderamente un cultivador y si puede comprender verdaderamente: “el significado de la existencia de los Dafa dizi” (“Camina tu sendero rectamente”, Escrituras esenciales para mayor avance III)

 Este artículo puede ser diferente de los típicos artículos que los compañeros practicantes leen en Internet, pero siento que mi situación personal puede representar lo que otros practicantes pueden enfrentar, así que me gustaría compartirlo.

Perder la fe

La primera vez que oí hablar de Falun Dafa fue hace más de 20 años, cuando era estudiante de secundaria. La persecución aún no había comenzado, y yo tenía familiares que practicaban Falun Dafa. Lo seguí por interés, pero sólo empecé a practicar Dafa en serio unos años más tarde, cuando la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) estaba en su peor momento.

¿Por qué uno entra en la práctica de la cultivación de Dafa? Es importante identificar el motivo inicial de un practicante para hacerlo. Durante el corto período en que la locura del qigong golpeó a China, muchos de los que empezaron a cultivar sufrían de problemas de salud. Por supuesto, había también algunos cultivadores sanos y jóvenes que cultivaban simplemente porque creían en la bondad de Dafa.

Mientras trataba de identificar mis verdaderos motivos para convertirme en cultivador, descarté cualquier intento de curar enfermedades. Tenía poco más de 20 años, gozaba de perfecta salud y la idea de la muerte me parecía remota.

Sin embargo, mientras cultivaba, me asaltó una situación "molesta". En la cara interna de mis dos muslos aparecieron grandes manchas blancas que me producían un picor insoportable. Cada vez que me rascaba, se desprendían escamas blancas de piel, y de la piel rota rezumaba pus maloliente. Rascarme esta zona en público también era muy indecoroso.

Como practicante, intentaba ignorarlo, aunque mis padres me pillaban a menudo y me echaban una buena bronca. Pasaron tres años en un abrir y cerrar de ojos, pero el problema persistía, por bueno o malo que fuera mi estado de cultivación. Empecé a perder la confianza y a preguntarme: "¿Es real esta práctica? Se supone que Falun Dafa tiene capacidades milagrosas para curar problemas de salud. A mucha gente se le han curado sus dolencias, así que ¿por qué persiste la mía?".

El estado incurable de mi "enfermedad" me llevó a dudar de Falun Dafa. Sin embargo, seguía creyendo firmemente en las propiedades curativas del qigong. Poco a poco llegué a considerar Falun Dafa como cualquier otra práctica de qigong. Más tarde, cuando las exigencias profesionales empezaron a acumularse, dejé de practicar los ejercicios. Un día, cuando el incesante picor se hizo insoportable, visité el mayor hospital de nuestra capital de provincia. Un médico me recetó una medicación para dos semanas que me curó por completo. Después de eso, básicamente dejé de creer y dejé de practicar Dafa.

Un fragmento de pureza en tiempos difíciles

A pesar de haber abandonado la práctica de cultivación durante varios años, mi experiencia inicial me había hecho creer que Dafa seguía siendo el único camino de regreso para la gente en esta época de crisis. Como muchos otros sin educación ni respaldo social, busqué un empleo en las grandes ciudades, viviendo una vida incierta llena de penurias. Siempre que me sentía amargado, cansado o tratado injustamente, pensaba en los principios de Dafa. Cuando me relacionaba con los demás, solía recurrir a las enseñanzas morales de Dafa. Creía firmemente desde el fondo de mi corazón que no importaba qué tipo de organización fuera Falun Dafa, la práctica beneficiaba el carácter moral de las personas.

Para construir una vida mejor, trabajé duro y por fin obtuve el reconocimiento de mis jefes y compañeros por mi talento en mi campo profesional. Sin embargo, las largas horas de trabajo de oficina durante años me habían dejado una espondilosis cervical grave y los hombros congelados. En los ataques más graves, apenas podía levantar las manos por encima de los hombros. Los nervios de la columna estaban tan comprimidos que cada ataque me dejaba en cama durante días con mareos y náuseas.

Durante este período, aunque me venía a la mente la idea de reanudar la práctica de Dafa, me frenaba el pensamiento de que la práctica podía fortalecer el cuerpo y curar dolencias menores, pero sería inútil ante enfermedades crónicas. Pero un día sentí un dolor insoportable en el hombro mientras trabajaba solo en mi oficina, y finalmente decidí: "¡Qué más da! Tal vez practicar pueda ayudar a aliviar mi dolencia". En cualquier caso, es un ejercicio físico que puede ayudar a estirar mis músculos y huesos". Me puse en posición para sostener la Rueda del Fa en el segundo ejercicio y lo hice durante unos 15 minutos, hasta que sudé abundantemente.

Volví a practicar los ejercicios, pero esta vez con el objetivo de mejorar mi salud. Acababa de empezar mi nuevo negocio y pensé: "Si mi salud es mala, ¿cómo voy a aguantar el agotador proceso de empezar un negocio desde cero? Tengo que practicar". Los artículos de intercambio de experiencias que leí en Internet describían en su mayoría cómo practicantes gravemente enfermos se curaban rápidamente tras leer unos pocos pasajes del Fa o tras aprender los ejercicios. Llegué a la firme convicción de que a mi cuerpo no le pasa nada. La situación de cada persona es diferente, y el tiempo necesario para eliminar el yeli también es diferente.

A pesar de practicar durante un tiempo, mi espondilosis cervical apenas mejoró. El dolor insoportable me impedía entrar plenamente en un estado meditativo. Sin embargo, en el pasado, podía meditar profundamente y sentirme como si estuviera sentado dentro de una cáscara de huevo, y no me dolían las piernas, aunque meditara durante más de hora y media.

Empecé a buscar en mi interior. ¿No estaba cultivando con suficiente diligencia? Empecé a pensar en formas de estudiar mejor el Fa, como copiar las enseñanzas a mano para fortalecer mi concentración y eliminar los pensamientos que me distraían. Sin embargo, a pesar de dedicar tiempo y esfuerzo a ello, empezaron a dolerme aún más los hombros y el cuello. Parecía que este método no era tan eficaz como habían descrito algunos artículos de divulgación.

Mi confianza se tambaleó, pero rápidamente detuve la espiral de pensamientos y me recordé a mí mismo las palabras de Shifu: 

“no lo pierdan fácilmente solo por haberlo obtenido fácilmente”. (Sexta Lección, Zhuan Falun)

En el fondo de mi corazón, me quedaba el pesar de no haberme curado ni siquiera después de practicar Falun Dafa. Pero sabía con certeza que, en el fondo, mi cuerpo seguía en buenas condiciones, ya que no había padecido ninguna enfermedad durante muchos años.

Cuando empecé a aumentar la intensidad en mi trabajo, a menudo se me agudizaban los dolores en las vértebras cervicales. La falta de riego sanguíneo en el cerebro me dejaba mareado la mayor parte del tiempo, y la práctica de los ejercicios apenas me aliviaba. Para sobrellevar los síntomas, recurrí a los masajes tradicionales y al Tui Na (una forma de shiatsu), que tuvieron algunos efectos beneficiosos. Aunque seguí cultivando Dafa, mi aprecio por la práctica empezó a disminuir.

Envidiaba a los compañeros que habían experimentado milagros mientras cultivaban, como la curación de enfermedades con sólo practicar los ejercicios o ver y oír cosas de otras dimensiones. Esos practicantes parecían destinados a disfrutar de un destino especial en la vida. Cuando se trataba de promover y validar la Ley, a veces pensaba: "Ya que la enfermedad de esa persona fue curada por la práctica de Dafa, ¿no debería reconocer a su benefactor? ¿No tiene el deber de contar este milagro a otros?

Si una persona que antes era estúpida y torpe se hizo inteligente y capaz después de practicar, si el ambiente familiar y laboral de una persona mejoró debido a la cultivación, ¿no es natural contar a otros sobre su buena fortuna? Entonces, ¿por qué hay practicantes que todavía no pueden dar un paso adelante para validar el Fa?".

Yo soy una de esas personas que no puede salir a validar el Fa, porque mis "enfermedades" no se curan a pesar de practicar Dafa. Sin embargo, aparte de estas enfermedades, debo reconocer que, por lo demás, mi cuerpo se mantiene en buena forma. No sufro de enfermedades como la gripe estacional. Además, con tantas enfermedades que se extienden por todo el país hoy en día, ¿quién no estaría interesado en mantenerse sano? En el pasado, había hablado brevemente de las bondades de Dafa a algunos parientes y, después de descubrir este punto de vista, empecé a hacer planes para explicar más sistemáticamente las bondades de Dafa a mis parientes. Pero en este momento, fui golpeado por una tribulación mayor. 

Enfrentar más tribulaciones, es dar un paso frente a nuestro yeli

A medida que mi "yeli de enfermedad" se prolongaba sin ninguna mejora, mi confianza disminuyó y dejé de pensar que podía hacer lo que decía Shifu:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer” (Novena Lección, Zhuan Falun)

En cuanto a los que afirmaban haberse curado tras practicar los ejercicios o recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno", no podía evitar preguntarme si sus milagros eran casualidad o se debían a un diagnóstico erróneo. Seguía creyendo que el qigong podía curar enfermedades, así que gradualmente volví a la mentalidad de tratar a Dafa como cualquier otro ejercicio de qigong.

Siempre he querido situar a Dafa como lo más importante en mi vida. He trabajado duro para lograrlo, pero me ha resultado difícil conseguirlo mediante esfuerzos externos.

Hace un año, tras leer las enseñanzas de Shifu sobre la mortalidad causada por la epidemia de COVID-19 en China, mi incomprensión básicamente hizo añicos la poca fe que me quedaba. Me negué a estudiar el Fa, pero seguí practicando los ejercicios. Durante este período, adquirí muchos hábitos de la gente común e hice muchas cosas que violaban las enseñanzas del Fa.

Si una persona deja de cultivarse, volverá a ser una persona corriente. El yeli que Shifu eliminó originalmente le será devuelto. Poco después, desarrollé tinnitus. Los síntomas empezaron siendo leves, pero luego se agravaron, se extendieron de un oído al otro y perturbaron gravemente mi sueño. Durante los ocho primeros meses, pasé el 90% del tiempo de la noche despierto, y los síntomas no empezaron a mejorar hasta el noveno mes. Como consecuencia, mi oído izquierdo perdió audición. Además, el dolor en los nervios de la columna cervical, que había experimentado una gran mejoría, pareció desplazarse de repente a la columna torácica, lo que me provocó un nudo en la garganta y afectó a mi capacidad respiratoria. La falta de aire me despertaba muchas veces por la noche, lo que empeoraba mí ya de por sí mal sueño. Estas condiciones me torturaban tanto que estuve tentado de suicidarme.

Después de considerar subconscientemente retomar la práctica, decidí considerarme un verdadero cultivador y esforzarme al máximo para cumplir los requisitos de Dafa. En el último año, he memorizado el contenido de Zhuan Falun dos veces. Aunque mi tinnitus no ha cambiado, la calidad de mi sueño ha mejorado.

Una vez pregunté en broma a mi esposa: "Si después de practicar diligentemente los ejercicios durante dos horas y estudiar el Fa durante una o dos horas cada día, tu enfermedad sigue igual a pesar de todo tu esfuerzo, ¿seguirías cultivando?". Mi esposa sólo sonrió con impotencia, mostrando su incomprensión ante mis continuos esfuerzos, e indicándome que se habría dado por vencida y habría explorado otras vías. Mantenemos una estrecha relación y, en un momento dado, estuve a punto de convencerla de que practicara Falun Dafa.

A veces me pregunto qué bendiciones he recibido por practicar Falun Dafa. No importa lo mal que me haya cultivado, mi estado sigue siendo mejor que el de una persona común. Mis amigos y parientes que no practican Dafa fuman, beben, juegan a las cartas y se quedan despiertos hasta tarde, pero siguen teniendo una salud razonablemente buena. Yo me abstengo de todos estos malos hábitos, me levanto temprano cada mañana o hago tiempo al anochecer para practicar los ejercicios, y sin embargo he acabado en esta condición. ¿Cómo puedo convencer a la gente de que "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno" y cómo puedo validar el Fa?

A pesar de todo, me niego a ser pesimista. Mis parientes, que todavía cultivan Dafa, no toman ningún medicamento desde hace más de 20 años. Además, vivir la vida de una persona común y corriente es un sin sentido. Después de un período de profunda contemplación, confirmé mi deseo de volver a mi verdadero hogar y cultivar Dafa. Sigo convencido de que el cultivarse es bueno y no hay nada malo en tomar este camino.

No importa la manifestación de cada tribulación o el número de veces que he cuestionado mi alma, vuelvo a la misma conclusión: Sigo queriendo ser un verdadero discípulo de Dafa.

(Artículo seleccionado para celebrar el Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)