(Minghui.org) La Prisión de Mujeres de la provincia de Jilin, ubicada en el municipio de Lanjia, ciudad de Changchun, ha sido utilizada para encarcelar a practicantes de Falun Dafa desde que el Partido Comunista Chino lanzó la persecución a la antigua disciplina espiritual en julio de 1999.

Según la información disponible recopilada por Minghui.org, al menos 29 practicantes detenidas en Jilin han muerto como resultado del abuso que sufrieron en la prisión, y muchas más están siendo abusadas física y verbalmente a diario.

La dirección de la prisión permite y autoriza a las prisioneras a golpear a las practicantes de Falun Dafa sin consecuencias (nota del traductor: para las perpetradoras). Para obtener sentencias reducidas y otras recompensas, las prisioneras a menudo torturan a las practicantes en un intento de obligarlas a renunciar a su fe. Las matan de hambre, las congelan, las golpean, las privan del sueño, se niegan a dejarlas lavarse y las obligan a sentarse en un pequeño taburete sin moverse durante largos períodos de tiempo.

La información más reciente obtenida por el sitio web Minghui.org muestra que las autoridades penitenciarias todavía torturan a las practicantes. En abril de 2023, la dirección obliga a las practicantes a confeccionar manualmente extensiones de pestañas, lo que supone un trabajo muy laborioso. Si una practicante no logra terminar la cantidad de trabajo designada, se le obliga a sentarse quieta en un pequeño taburete esa noche.

Para no tener sobras después de las comidas, los trabajadores penitenciarios reparten mucha comida a los que están al frente de la fila y son castigados si no pueden terminar la comida. Los que están al final de la fila reciben poca comida y a menudo pasan hambre.

Ni Xiaohong es una guardia que tiene mucha experiencia en torturar a las practicantes y hacerlas renunciar a su fe. De vez en cuando va al octavo pabellón, donde están encarceladas y torturadas la mayoría de las practicantes, para ayudar en la persecución. Contrató a una expracticante, que renunció a su fe a cambio de su liberación, para trabajar en el octavo distrito del 17 de abril al 17 de mayo de 2023 para lavarles el cerebro a las practicantes firmes. Se ordenó a las practicantes que escribieran declaraciones difamando a Falun Dafa. Si una practicante no escribía su informe a satisfacción de los guardias, era abusada físicamente y tenía que continuar escribiendo el informe de pensamientos hasta que los guardias estuvieran satisfechos.

La Sra. Jin Min, residente de la ciudad de Jilin, provincia de Jilin, fue sentenciada el 28 de agosto de 2022 a una pena de seis años por practicar Falun Dafa. La torturaron tan brutalmente que perdió la capacidad de hablar. Un guardia le clavó la boca con una linterna mientras le daba drogas y la acusó de fingir ser muda. Como se negó a firmar las declaraciones de renuncia a su fe, las reclusas la obligaron a permanecer sentada en un pequeño taburete todo el día. En ese momento padecía una grave enfermedad de la piel que le provocaba picazón en todo el cuerpo y no le permitieron buscar tratamiento.

La Sra. Jin fue arrestada el 11 de septiembre de 2020 por contarle a un taxista sobre la persecución del régimen comunista a Falun Gong. Finalmente se permitió a su familia visitarla el 22 de marzo de 2023, dos años y medio después de su arresto. Solicitaron su libertad condicional por motivos médicos porque padecía diversas afecciones médicas, pero la solicitud fue negada. Después de que una de sus hermanas expusiera su persecución en el sitio web Minghui.org, las autoridades penitenciarias revocaron el derecho de visita de la hermana.

La Sra. Song Yanqun, profesora de inglés de la ciudad de Shulan, provincia de Jilin, siguió siendo una practicante firme y se negó a cooperar con los guardias y renunciar a su fe. A varias prisioneras se les ordenó vigilarla las 24 horas del día y la obligaron a permanecer sentada en un pequeño taburete durante más de diez horas todos los días. Como resultado, la carne de sus nalgas se rompió y se infectó. El guardia no le permitió cambiarse la ropa interior. En invierno se le prohibió usar calcetines para mantenerse abrigada. Un guardia le pisó los dedos de los pies a propósito y le echó agua helada.

Zheng Dan, una reclusa que participó activamente en la tortura de las practicantes, una vez empujó a la Sra. Song descalza al baño y le echó agua fría durante el invierno. La Sra. Song no podía dejar de temblar y, como resultado, desarrolló hipotermia.

Las torturas afectaron la salud de la Sra. Song. Su cabello se volvió gris y ralo, y su espalda se encorvó. Le costaba mucho caminar. A pesar de su sufrimiento, continuó diciéndoles a los guardias que Falun Dafa estaba siendo agraviado y los guardias la amenazaron con ponerla bajo control estricto.

Fue puesta en libertad condicional por razones médicas de la Prisión de Mujeres de Jilin el 20 de enero de 2014, casi al final de su sentencia de 12 años. En ese momento pesaba alrededor de 66 libras (32 kg) y muchos de sus órganos funcionaban mal como resultado de la tortura.