(Minghui.org) Yo era una persona muy difícil de tratar antes de empezar a practicar Falun Dafa. Era egoísta y egocéntrica, autoritaria, mandona y menospreciaba a los demás.

Me diagnosticaron la enfermedad de Meniere a los 20 años. Sufría mareos intensos con vómitos y eczemas graves. Afortunadamente, me encontré con Falun Dafa. Todas mis enfermedades desaparecieron y desde entonces estoy libre de ellas.

Fui a trabajar a una clínica de medicina tradicional china en octubre de 2017, y fui responsable de las operaciones de la clínica, incluidas la programación de pacientes, la recepción y la concertación de citas de seguimiento. Según el personal de la clínica, no tenían muchos pacientes y sus ingresos medios mensuales oscilaban entre 20.000 y 30.000 yuanes (aprox. 2.700 y 4.050 USD).

Después de comprender las operaciones más básicas de la clínica, establecí nuevas normas para los miembros del personal. Una de ellas era que nadie podía llegar tarde al trabajo ni irse antes. Los empleados se mostraron muy cooperativos con esta nueva norma. Incorporé a los pacientes a un grupo de WeChat y les envié regularmente información sobre medicina tradicional china y prevención de enfermedades. También se informaba a los pacientes sobre temas como la gestión del estrés, el fortalecimiento del sistema inmunitario, las habilidades de afrontamiento y el equilibrio energético. Además comuniqué estos cambios a los médicos de la clínica.

En menos de un mes la clínica hizo grandes progresos y todo el mundo estaba muy ocupado. Los beneficios se multiplicaron varias veces y el propietario y los médicos estaban muy satisfechos.

No hicimos publicidad ni promoción; la mayoría de nuestros pacientes llegaron por el boca a boca, y muchos de ellos trajeron a toda su familia para los tratamientos. Nuestros médicos tienen una buena ética médica y excelentes aptitudes clínicas, nuestra reputación es muy buena y tenemos un flujo constante de pacientes a diario. Incluso durante la pandemia, nunca cerramos nuestra clínica.

Soy plenamente consciente de que sin el apoyo y el refuerzo de Shifu no habría sido posible conseguir todo esto. Me rijo por los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y me llevo muy bien con todos los miembros del personal. También colaboro con los demás para limpiar bien la clínica al final del día.

Recibo a los pacientes cuando llegan a la clínica y los acompaño a una sala de tratamiento donde se les proporciona un vaso de agua y una bata antes del procedimiento. Para los pacientes que recibían moxibustión (el tratamiento de calentar puntos específicos de acupuntura del cuerpo quemando moxa, o artemisa, cerca de la piel), controlaba a los pacientes en cada sala y me aseguraba de que estuvieran bien cubiertos y no sintieran frío mientras recibían los tratamientos. También me aseguraba de limpiar las cenizas a menudo para que los pacientes no se quemaran. La mayoría de ellos apreciaban mi amable gesto. Después del tratamiento, les preparaba una sopa caliente y les explicaba los siguientes pasos del proceso de tratamiento. En general, los pacientes están contentos e impresionados con nuestro servicio.

Mi atento servicio se ganó la confianza de los pacientes y sentó una buena base para que yo compartiera con ellos información sobre Falun Dafa. Les conté que practico Falun Dafa, que me atengo a sus principios y que me he beneficiado física y mentalmente de su práctica. También les conté por qué el Partido Comunista Chino (PCCh) persigue a Falun Dafa y por qué es importante abandonar el PCCh y sus organizaciones afines. Luego les insté a recitar "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia son buenos", que les ayudará en momentos de peligro. Apreciaron la información, especialmente durante la pandemia; algunos también la transmitieron a sus familiares y amigos.

La esposa del médico en jefe de masajes de nuestra clínica tiene unos 70 años y padecía una grave cardiopatía. Estaba postrada en cama y no podía cuidar de sí misma. El médico estaba muy preocupado; le hablé del poder curativo de Dafa y le sugerí que escuchara las conferencias de Shifu. Aceptó. En menos de seis meses, mejoró y no sólo fue capaz de cuidar de sí misma, sino también de ir a la compra y cocinar para su esposo.

Estoy profundamente agradecida por la gracia salvadora de Shifu. Pasé de ser una persona egoísta a una persona considerada, amable y cariñosa. No defraudaré a Shifu, y cultivaré y validaré diligentemente Dafa con mis palabras y acciones.