(Minghui.org) Tras cumplir cinco condenas en campos de trabajo forzado por un total de diez años, la Sra. Lang Dongyue, de Beijing, ha sido sentenciada recientemente a nueve años de prisión y a pagar una multa de 15.000 yuanes (2.093 USD) por practicar su fe, Falun Dafa, una disciplina espiritual también conocida como Falun Gong que ha sido perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Lang Dongyue fue detenida en la ciudad de Zhangjiakou, provincia de Hebei, el 14 de diciembre de 2021, dos años después de que se viera obligada a vivir fuera de casa para evitar la persecución. La policía la puso en detención penal en el Centro de Detención de la ciudad de Zhangjiakou y presentó el caso contra ella ante la Procuraduría del Distrito de Xuanhua en Zhangjiakou.

A pesar de sus dificultades económicas, el marido de la Sra. Lang, el Sr. Wang Lianyi, contrató un abogado para ella. Debido a la tensión mental provocada por la persecución, el 24 de abril de 2022 se desmayó en la calle cuando vio dos coches de policía estacionados frente al bufete de abogado que iba a visitar. Cuando se calmó, entró en el bufete con un amigo. Al día siguiente cayó muerto repentinamente en el jardín de su casa.

El Tribunal del Distrito de Xuanhua realizó una audiencia sobre el caso de la Sra. Lang el 8 de marzo de 2023. El juez Zhang Yuewu (+86-17703138633) le preguntó si era cierto lo que había dicho el Procurador Wu Hongfeng sobre sus últimos cinco periodos de trabajo forzado.

Lang sabía que Zhang esperaba oír un sí rotundo para poder utilizarlo como prueba de que era reincidente, como alegaba el procurador Wu. En lugar de responder directamente a la pregunta, contestó: "No he infringido ninguna ley por intentar ser buena y mejor persona. Las cinco penas de trabajo forzado que me impusieron por practicar Falun Dafa carecían de base legal y fueron erróneas. Quienes impusieron esos castigos infringieron la ley, no yo".

El abogado de la Sra. Lang se hizo eco de sus declaraciones y defendió su inocencia. Incapaz de refutar las declaraciones de la defensa, el juez Zhang levantó la sesión e informó que reanudaría el juicio el 28 de marzo de 2023. No quedó claro si llegó a convocarse una segunda audiencia.

Recientemente se ha sabido que Zhang condenó a la Sra. Lang a nueve años y le impuso una multa de 15.000 yuanes (2.093 USD). Se está investigando la fecha exacta de la sentencia. Lang presentó un recurso de apelación.

Persecución en el pasado

La Sra. Lang comenzó a practicar Falun Dafa en junio de 1998 y reconoce que esta práctica le ha ayudado a eliminar el asma y la dermatitis. Como se negó a renunciar a Falun Dafa, fue condenada a cinco años de trabajo forzado, cuatro de ellos en el Campo de Trabajo Forzado para Mujeres de Beijing y uno en el Campo de Trabajo Forzado de Masanjia, en la provincia de Liaoning.

Durante su reclusión, la Sra. Lang recibió constantes palizas, descargas eléctricas y fue colgada por las muñecas. Las reclusas la torturaban mientras la alimentaban a la fuerza. Una vez le quitaron la ropa, la presionaron contra el suelo de cemento mojado, le taparon los ojos, le abrieron la boca y la alimentaron a la fuerza. A veces la alimentaban con agua fría mezclada con drogas desconocidas. Durante las sesiones de alimentación forzada le arrancaron varios dientes.

Además de alimentarla a la fuerza, las reclusas le hacían pasar hambre y le prohibían beber agua para torturarla. A veces no la dejaban ir al baño ni dormir. En cuanto se dormía, las reclusas le echaban agua fría.

En una ocasión, las reclusas le golpearon el pecho con tanta fuerza que casi se asfixia. A veces la pisoteaban mientras llevaba tacones altos. En otra tortura, la obligaron a caminar con zapatos mucho más pequeños que sus pies.

Las reclusas también agredieron sexualmente a la Sra. Lang pinchándole los genitales con el mango de un matamoscas o un cepillo de dientes. Después no pudo caminar.

Como la Sra. Lang gritó "Falun Dafa es bueno" para protestar por la persecución, los guardias obligaron a las reclusas a quitarle los pantalones, arrancarle la compresa que llevaba puesta y metérsela en la boca. Cuando continuó resistiéndose a la persecución, los guardias encontraron una compresa usada en el baño y se la metieron en la boca. Cuando le brotó sangre de la boca, los guardias le tiraron de la cabeza hacia atrás para impedir que saliera.

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