[Minghui Net] Lu Fulian y Lang Dongyue fueron brutalmente golpeadas y alimentadas a la fuerza con drogas desconocidas en el campo de trabajo forzado para mujeres de Beijing. La alimentación forzada fue tan violenta que les rompieron algunos dientes. Las dos mujeres son campesinas del distrito de Yanqing, un barrio de las afueras de Beijing. Fueron arrestadas y torturadas por su creencia en Falun Gong.

 

Lang Dongyue

 

Lu Fulian

 

Lagn Dongyue detenida y torturada repetidas veces 

Lang Dongyue fue arrestada en enero de 2007 por su creencia en Falun Gong. La policía la tiró al suelo pisándole el cuello, hasta el punto de casi ahogarla. Un policía saltó sobre su pecho, causándole un trastorno en el esternón. Durante mucho tiempo no pudo respirar con normalidad debido al dolor en el pecho.

Más tarde fue enviada al campo de trabajo forzado para mujeres de Beijing, donde la guardia Fu Zhiqi instigó a las reclusas para que tiraran a Lang al suelo e intentaran alimentarla por la fuerza con algunas drogas desconocidas. Esta se rompió los dientes intentando detenerlas. Luego utilizaron un objeto de hierro para mantener su boca abierta, y varios dientes quedaron sueltos como consecuencia.

Debido a que se negó a ser “transformada”, estuvo detenida en una división especial de persecución intensa. Las guardias Li Shoufen y Zhang Mianmian ordenaron a cuatro o cinco reclusas que le llenaran la boca con un trapo sucio que se había utilizado para limpiar el suelo del baño, para después sacárselo con movimientos violentos. Como consecuencia sus dientes delanteros inferiores se soltaron aún más y terminaron cayéndose poco después. Dos de sus molares también se rompieron durante la alimentación forzada, haciéndole muy difícil comer apropiadamente.

Más tarde fue enviada al conocido campo de trabajo forzado de Masanjia. Cuando fue liberada, en julio de 2009, no era más que piel y hueso. Ya no podía mover las manos, así que no podía cuidar de sí misma.

Debido a que se negó a renunciar a su creencia en Verdad-Benevolencia-Tolerancia, ha estado encarcelada cinco veces en campos de trabajo forzados y ha estado detenida un total de diez años.

Lang había sufrido de asma y tiña desde su infancia. Los efectos a largo plazo de estas enfermedades le habían provocado ser incapaz de hacer ningún trabajo en el campo. Sin embargo, después de comenzar a practicar Falun Gong en junio de 1998, sus síntomas desaparecieron y disfrutó de una salud perfecta hasta que comenzó a sufrir el grave abuso a manos de las autoridades comunistas.

 

Lu Fulian apenas sobrevive a torturas brutales 

Lu Fulian fue arrestada y llevada a un centro de detención en 2008. La policía intentó forzarla a escribir una “declaración de garantía” prometiendo que dejaría de practicar Falun Gong, pero se negó. Fue sentenciada a dos años y medio de trabajo forzado. Inició una huelga de hambre mientras estaba detenida en el campo de trabajo forzado para mujeres de Beijing para protestar por la persecución.

Antes de las Olimpiadas de Beijing, el PCCh envió a muchos practicantes encarcelados en Beijing a otros campos de China. Lu fue trasladada al campo de trabajo forzado para mujeres de Hubei.

 

 

Reconstrucción de tortura: “Cama de muerte”.

 

Después de ser enviada al campo de trabajo forzado para mujeres de Hubei, aún se negaba a renunciar a Falun Gong. Las guardias utilizaron varios métodos de tortura para intentar quebrar su voluntad, incluyendo negarse a permitirle usar el lavabo. Las guardias Wang Qin y Wang Hongfang también instigaron a las reclusas a que la ataran a una “cama de muerte” durante más de 20 días. No le permitían moverse, y si lo hacía, la golpeaban violentamente. Su cara y su cuerpo estaban cubiertos de heridas. Más tarde, cuando intentó hacer los ejercicios de Falun Gong, la ataron con sus piernas en posición de loto completo. También le llenaron la boca con trapos sucios y le taparon la boca con cinta adhesiva. Estuvo atada de esta forma durante 12 horas, desde las 5:00 de la mañana hasta las 17:00 horas.

Las guardias Wang Hongfang y Wang Qin también ordenaron a las reclusas que mantuvieran la boca de Lu abierta y le echaran tazones de agua por la garganta. Después de hacer esto durante media hora, su estómago se hinchó gravemente. Tenía dificultad para respirar, y a pesar de ello, las guardias continuaron echando agua por su garganta.

Cuando Lu intentó gritar “Falun Dafa es bueno” para protestar por el abuso, las guardias dijeron a las reclusas que la tiraran al suelo, la ataran y le llenaran la boca con trapos sucios y le ataran la cabeza con cinta. Cuando se resistió, utilizaron un objeto duro para mantener su boca abierta. Dos de sus dientes inferiores se rompieron. Las guardias también saltaron sobre sus piernas y pies, provocando que se hincharan tanto que apenas podía andar.

 

Reconstrucción de tortura: alimentación forzada 

Cuando Lu inició una huelga de hambre para protestar por la persecución, la alimentaron a la fuerza insertándole un tubo ancho en el estómago y sacándoselo. Repitieron deliberadamente este proceso para causarle más dolor.

Cuando fracasaron en “transformarla”, la castigaron con privación del sueño y la tortura de estar de pié durante mucho tiempo. Las reclusas se turnaban para vigilarla. Si se movía un poco, la golpeaban. La reclusa Yu Yanhong le dio puñetazos y patadas muy fuertes, dañando gravemente sus partes privadas.

Lu intentó ayudar a las reclusas aspirando a que entendieran la verdad sobre Falun Gong y les avisó de que no cometieran fechorías, pero se negaron a escucharla. Con el fin de ganarse el favor de las guardias, las reclusas del campo hacían todo lo que éstas les dijeran.

Lu sufrió numerosos abusos en el campo de trabajo forzado para mujeres de Hubei durante más de un año. Muchas veces, mientras era torturada, se preguntaba si sobreviviría. Cuando fue liberada no era más que piel y hueso.