Anciana golpeada hasta quedar inconsciente en prisión por negarse a renunciar a su fe

(Minghui.org) Recientemente se supo que una anciana que cumplía condena por su fe fue golpeada hasta quedar inconsciente en prisión el 24 de agosto de 2022. En un momento, su electrocardiograma incluso mostró una línea recta (es decir, sin latidos).

La Sra. Jia Naizhi, de 73 años y de la ciudad de Fushun, provincia de Liaoning, fue arrestada el 18 de abril de 2019 y luego sentenciada a cinco años por practicar Falun Gong, una práctica de cuerpo y mente que ha sido perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.

Fue trasladada del centro de detención de la ciudad de Fushun a la prisión de mujeres de Liaoning en diciembre de 2020. A partir de marzo de 2021, a menudo vomitaba después de comer y le diagnosticaron hepatitis B. Las guardias la trasladaron del distrito 9 al 11, que era designado para reclusas ancianas y discapacitadas.

Cuando la familia de la Sra. Jia llamó a la prisión para preguntar por ella, una guardia admitió que no le proporcionaron ningún tratamiento médico. También dijo que no les era posible dejar en libertad condicional médica a la Sra. Jia.

La Sra. Jia inició una huelga de hambre alrededor de agosto de 2022 cuando las guardias intentaron obligarla a renunciar a Falun Gong. Alrededor de la 1 pm del 24 de agosto de ese año, un subjefe de sección llamada Shao Meihan ordenó a las reclusas Ding Xiuqing y Li Qiyun que golpearan a la Sra. Jia.

Li se sintió mal por tener que golpear a una mujer tan anciana y Shao la reemplazó. La guardia Shao gritó: "¡Busquemos mejores golpeadoras!". Las reclusas Meng Fang, You Tingli, Sun Shuzhi y Li Na se unieron a Ding para golpear brutalmente a la Sra. Jia en un intento de hacer que renunciara a su fe.

Le cubrieron la cabeza antes de golpearla y patearla con fuerza. Luego le echaron agua.

Después de la golpiza, el jefe de sección Shu Ping le dijo a la Sra. Jia: “Hablemos ahora”. Solo cuando la Sra. Jia se quejó de sentirse confundida, Shu se dio cuenta de que necesitaba atención médica.

Meng y otra reclusa sujetaron a la Sra. Jia, bajo la atenta mirada de Shao, y caminaron hacia la puerta de su celda. La Sra. Jia se derrumbó y perdió el conocimiento tan pronto como llegaron a la puerta. Luego, las dos reclusas la arrastraron hasta el hospital de la prisión.

El doctor Yang, también presidente del hospital, preguntó: "¿Por qué no la trajiste aquí en una camilla?". Realizó un electrocardiograma y vio una línea plana. La actividad cardíaca de la Sra. Jia no volvió a la normalidad hasta después de bastante tiempo. Finalmente volvió en sí después de un tiempo adicional.

El doctor Yang preguntó por qué tenía el lado izquierdo de la cara magullado. La reclusa Meng respondió de inmediato: "Se golpeó la cara con un radiador". La Sra. Jia refutó: “No, no lo hice”.

Ninguna de las internas que la golpearon recibió castigo alguno. Más tarde, la Sra. Jia escribió una carta de queja y pidió a las guardias que pasaran a las agencias pertinentes. Nunca ha recibido ninguna respuesta.

Persecución pasada, incluida una sentencia de prisión previa de 10 años

La Sra. Jia solía luchar con una enfermedad terminal de neuropatía periférica que le causaba una atrofia muscular severa. Un médico predijo una vez que solo le quedaban tres meses. Impresionada con los tremendos beneficios para la salud de Falun Gong, la Sra. Jia aprendió la práctica el 19 de noviembre de 1997 como último recurso. Para su sorpresa, no solo sobrevivió, sino que prosperó.

Sin embargo, en los últimos 20 años, su búsqueda de la buena salud la llevó a la custodia policial en numerosas ocasiones después de que el régimen comunista ordenara la persecución a Falun Gong en 1999. La Sra. Jia fue arrestada en la plaza de Tiananmen el 22 de julio de 1999 cuando iba a Beijing para apelar a su fe. Desde ese primer arresto, ha sido arrestada muchas veces más.

Antes de su última sentencia, la Sra. Jia cumplió dos años en un campo de trabajos forzados y diez años en prisión por defender su fe. Fue brutalmente torturada y estuvo al borde de la muerte varias veces.

La propiedad personal de la Sra. Jia también fue confiscada. Su madre, que la extrañaba todos los días durante su encarcelamiento, falleció con un profundo dolor. Su esposo se vio obligado a divorciarse de ella. Su hijo también fue separado de ella.

Los detalles de su persecución pasada se pueden leer aquí .

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