Detienen a dos mujeres de 80 años para hacerlas cumplir condena por su Fe

(Minghui.org) Detuvieron a dos vecinas de 80 años de la ciudad de Jieyang, provincia de Guangdong, en mayo y junio de 2023 para hacerlas cumplir sendas condenas por su fe en Falun Gong, una disciplina espiritual que persigue el régimen comunista chino desde 1999.

Secuestraron a la Sra. Yao Jingjiao de 84 años, y a la Sra. Jiang Biyin de 81, en una casa particular, el 14 de junio de 2020, mientras leían los libros de Falun Gong junto con otros nueve vecinos. Aunque pusieron a ambas en libertad bajo fianza después de pasar un día detenidas, la policía y el personal del comité residencial las siguieron persiguiendo con regularidad. Luego, renovaron hasta en dos ocasiones las condiciones de sus fianzas, en junio de 2021 y junio de 2022.

Juzgaron a las dos practicantes en el tribunal del distrito de Jiedong en agosto de 2022 y, tres meses después, las condenaron. La Sra. Yao fue sentenciada a tres años y multada con 30.000 yuanes (4.137 USD aprox.). A la Sra. Jiang le impusieron seis meses con una multa de 5.000 yuanes (689,54 USD aprox.).

Los funcionarios de la Oficina de Seguridad Nacional del distrito de Rongcheng fueron a la casa de la Sra. Yao el 5 de mayo de 2023, y alegaron que la llevaban a hacerse un examen físico y que tras este, la devolverían a su domicilio. Después del examen, la llevaron directamente al centro de detención del distrito de Jiedong. No la enviaron a casa como prometieron.

Un mes después, el 13 de junio de 2023, los funcionarios de la Oficina de Seguridad Nacional del distrito de Rongcheng fueron a la casa de la Sra. Jiang para llevarla también al centro de detención del distrito de Jiedong. Su familia trató de detener a la policía sin lograrlo. Le preguntaron a la policía por qué insistían en detener a una mujer de 81 años. La policía respondió que ya habían llevado a otra mujer todavía más mayor (refiriéndose a la Sra. Yao) al mismo centro de detención.

Tanto la Sra. Yao como la Sra. Jiang han estado bajo una tremenda presión desde sus arrestos, y han envejecido rápidamente. Sus familias dijeron que se sentían desanimadas y que se veían demacradas. Dada su avanzada edad, sus familiares están profundamente preocupados por el bienestar de sus seres queridos, que permanecen detenidos.

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