(Minghui.org) Changchun no es una ciudad china destacada. Sin embargo, ocupa un lugar especial en los corazones de los practicantes de Falun Dafa, porque es la ciudad natal de Shifu y donde dio a conocer Falun Dafa.

Aunque perdí mi oportunidad de asistir a las clases que Shifu enseñó personalmente, me siento orgullosa de ser del noreste de China. Cuando Shifu estaba enseñando el Fa en Australia, un practicante del noreste de China le hizo una pregunta. Cuando Shifu reconoció su acento y comentó sonriendo: "alguien del nordeste", ¡sentí un profundo parentesco!

Después de empezar a practicar Falun Dafa, hice algunos viajes memorables a Changchun, que me animaron a cultivarme diligentemente. Me gustaría contarles algunas de mis experiencias.

Mi vida da un giro positivo al encontrar Falun Dafa

Mi padre falleció a principios de 1996, y mi estado de salud se encontraba en su punto más bajo. Antes de empezar a practicar Falun Dafa, sentía tal debilidad que estaba conectada a un goteo intravenoso, y ni siquiera tenía fuerzas para hablar. Debido a una insuficiencia grave de oxígeno en el corazón, tenía entumecidos el pecho, la espalda, el brazo izquierdo y los dedos, y mi hombro izquierdo estaba caído. Sin embargo, en cuanto empecé a aprender e hice el tercer ejercicio, fui capaz de levantar los brazos. Sentí el cuerpo muy cómodo y, aunque sufría de insomnio crónico, ¡dormí muy bien esa noche!

En cuanto empecé a leer el Fa, encontré las respuestas a muchas preguntas complejas. Fue como si mi alma, que se había perdido, encontrara por fin el camino de vuelta a casa. Me sentí renacer y mi estima por el venerado Shifu y Dafa, creció. Lamenté no haber conocido antes Falun Dafa y envidié a los practicantes que tuvieron la oportunidad de asistir a las clases que Shifu impartió personalmente. Por eso, en cuanto, los compañeros practicantes me invitaron a asistir a una serie de sesiones de estudio del Fa en grupo en Changchun, ¡aproveché la oportunidad!

Pero justo cuando estaba a punto de irme, me vino la menstruación. Antes de empezar a practicar Falun Dafa sufría de hemorragias uterinas disfuncionales. En una ocasión estuve a punto de morir debido a una hemorragia incontrolada. Aunque los médicos consiguieron salvarme la vida, el incidente me dejó físicamente débil y gravemente anémica. Cada vez que tenía la regla, perdía una cantidad importante de sangre. Además, solo podía detener la hemorragia tomando medicamentos. Durante cada unos de esos episodios, estaba tan débil que no podía trabajar ni estudiar. Después de empezar a practicar Falun Dafa, me alegré de la nueva vida que se me concedió y de mi saludable cuerpo. Incluso me olvidé por completo de mis enfermedades. Antes, dependía totalmente de la medicación para provocar mis periodos. Esta vez, aunque la regla me vino espontáneamente sin utilizar ningún medicamento, el sangrado seguía siendo abundante. Empecé a ponerme nerviosa, preocupada por las posibles complicaciones que me traería durante mi viaje a Changchun y por la vergüenza que pasaría si me ensuciaba la ropa y la ropa de la cama. Pensé: "Ojalá se me acabara la regla esta noche, así podría visitar Changchun mañana". Esa noche, ¡la hemorragia se detuvo! Como supe que Shifu me estaba animando para que fuera, partí feliz para Changchun.

Tras llegar a Changchun, practiqué las cinco series de ejercicios con los demás practicantes. Cuando hicimos el segundo ejercicio, los practicantes de Changchun mantuvieron cada postura durante diez minutos. Como yo llevaba pocos meses practicando, solía mantener cada postura sólo algunos minutos. Cuando hice los ejercicios con los demás de Changchun, apreté los dientes y perseveré.

Cuando regresé a nuestro dormitorio, empecé a sufrir síntomas de resfriado, como secreción nasal, y los ojos se me llenaron de lágrimas. Sabía que Shifu estaba limpiando mi cuerpo, y eso me animó a seguir practicando los ejercicios en la habitación yo sola. Después de hacer el cuarto ejercicio, cerré los ojos y me tumbé a descansar. Casi de inmediato, sentí que mi cuerpo flotaba hacia arriba, pasando por cada nivel hasta detenerse al llegar a la cima de lo edificado. Sentí un poco de miedo, preguntándome adónde iría a parar a continuación. Apenas salió este pensamiento, descendí inmediatamente hasta la cama. Mi experiencia fue exactamente como Shifu nos la enseña en Zhuan Falun. Sabía que Shifu me había animado, y fortalecido mi confianza en la cultivación.

Los síntomas de mi resfriado desaparecieron aquella misma tarde, y acompañé a los demás cuando fueron a leer el Fa en "El Parque de los Niños". Como había sido allí donde Shifu enseñó el Fa por primera vez, yo anhelaba visitarlo. Mientras que en el lugar donde vivía todavía no se había implantado el concepto de estudiar el Fa en grupo, esta actividad ya estaba firmemente establecida en la ciudad natal de Shifu. Al entrar, mi primera impresión fue la sensación de pureza que rodeaba el lugar. Los que habían llegado antes nos dieron una calurosa bienvenida. Se respiraba un aire de familiaridad en la tranquilidad del ambiente. Algunos leían los libros en silencio, mientras que otros hablaban entre sí, en voz baja, para no molestar al resto. Me sentí bendecida por estar sentada entre ellos. Cuando comenzó la sesión de estudio en grupo, todos se sentaron solemnemente en la posición de loto completo. Mi incapacidad para sentarme en esa posición me hacía avergonzar constantemente. No obstante, intenté lo mejor que pude sentarme en la posición de medio loto mientras estudiaba el Fa con todos.

Cuando regresamos de Changchun, organizamos sesiones de estudio del Fa en grupo y compartimos lo que habíamos aprendido para mejorar en el trabajo, los estudios y la vida familiar.

La exposición de caligrafía y pintura en Changchun

En la primavera de 1997, recibimos la noticia de que Changchun estaba organizando una exposición de pintura y caligrafía para conmemorar el quinto aniversario de la presentación en público de Falun Dafa. Cuando los practicantes de Changchun nos pidieron que presentáramos obras de arte, compuse una copla: "En mi mayor desesperación renací después de obtener el Fa. Bendecida soy por conocer a Shifu en estas tres vidas". Le pedí al marido de una compañera, profesor de caligrafía, que la caligrafiara. Mirando hacia atrás, siento que mi pobre aportación no expresaba mi gratitud de forma adecuada, ni contribuía lo suficiente para que la bondad de Dafa se difundiera entre las personas que asistieron a la exposición.

El día que visité la exposición hacía calor y llovía ligeramente. Entramos por una entrada lateral del Gimnasio Nanling de Changchun. Los visitantes de otras regiones de China accedieron a la sala por la entrada principal. Todo el mundo nos recordaba que debíamos mantener el decoro, ser considerados con los demás y no permanecer demasiado tiempo en el recinto, para que otros también pudieran visitar la exposición.

Al entrar en la sala de exposiciones, nos sorprendió ver los numerosos retratos y pancartas profesionales que alababan a Shifu, junto con numerosas obras de arte exquisitas. Nos asombró ver la reverencia y gratitud hacia Shifu que se expresaba en cada obra. Cada obra detallaba la indescriptible alegría del artista y su nueva vida tras obtener el Fa. Con el acompañamiento de una hermosa música de fondo, nos detuvimos ante cada obra, saboreando el sentimiento de felicidad que invocaba.

Para conmemorar nuestra visita, nos hicimos una foto con un retrato de Shifu. En la foto, el Shifu estaba en la cima de una montaña, con un brazo levantado y señalando a lo lejos. Juntamos las palmas de las manos y nos sentábamos o permanecíamos de pie, respetuosamente, ante este retrato. Aunque había muchos practicantes haciendo fotos, el lugar permanecía tranquilo y ordenado, y todos esperaban, pacientemente, su turno.

Nos resistíamos a salir, pero mucha gente esperaba su turno para entrar. Esta experiencia nos sacudió hasta lo más profundo. Ningún otro maestro del mundo podía decir que estaba ayudando a la gente a recuperar sus valores morales, a recobrar su salud física y mental, ¡o a explicar el sentido de la vida!

Los rumores difundidos por los medios de comunicación del Partido Comunista Chino (PCCh) en 1999, que acusaban a Shifu de enseñar Falun Dafa para ganar dinero, ¡resultaban tan ridículos! Shifu nunca le ha pedido ni un solo centavo a ningún practicante. Entre todas las bendiciones que Shifu nos concedió, ¿alguna podía comprarse con dinero? A muchos de nosotros se nos solucionaron enfermedades incurables, después de empezar a practicar Falun Dafa. Personas que habían estado sordas durante muchos años recuperaron la capacidad de oír. Los que estaban ciegos pudieron ver. Los que sufrían parálisis pudieron caminar. Los que padecían de cáncer se curaban. Esta es la magia de Dafa.

En 1997, casi 10.000 personas visitaron la exposición de arte que se celebró durante una semana en el Gimnasio Nanling de Changchun. Por desgracia, es probable que muchas de las casi 1.000 obras se hayan perdido tras años de persecución del PCCh. Pero creo que esa experiencia inolvidable permanecerá en los corazones de quienes tuvieron la oportunidad de visitar la exposición.

La conferencia de intercambio de experiencias en Changchun

Antes de que comenzara la persecución, podíamos reunirnos públicamente para leer las enseñanzas y hacer los ejercicios. Y los practicantes hablaban de sus experiencias de cultivación al final de cada reunión.

La dueña de una tienda nos contó cómo sufrió reumatismo después de dar a luz. No importaba el tratamiento al que se sometiera, no podía llevar faldas en verano. Falun Dafa la curó y se sintió muy feliz. Un obrero sufría una grave enfermedad hepática que le dejaba el cuerpo demacrado, la cara cetrina y en un estado incesante de depresión. Después de practicar Dafa, su enfermedad desapareció. Se volvió optimista y alegre, y realizaba cualquier trabajo que le asignaran. Su mujer pronto empezó a practicar Falun Dafa.

Un joven profesor también padecía una grave enfermedad hepática. A pesar de las frecuentes hospitalizaciones y de tomar muchos medicamentos chinos tradicionales, no veía ninguna mejoría en su estado. Estos contratiempos le dejaron deprimido y desesperanzado sobre su futuro. Después de practicar Dafa, recuperó la salud y la resistencia. La calidad de su enseñanza mejoró y sus alumnos le querían mucho. Una anciana de unos 60 años sufría una grave artritis reumatoide que le deformaba las articulaciones de los dedos. Como nunca había ido a la escuela, era completamente analfabeta e incapaz de reconocer y leer los números de los relojes. Cuando empezó a practicar, el reuma desapareció y sus dedos se enderezaron. Lo más asombroso es que podía leer Zhuan Falun. Cuando cumplió 80 años, su hijo, director de una escuela, exclamó con orgullo: "Mi madre es increíble. Lee Zhuan Falun todos los días".

Nuestros días estaban llenos de felicidad. Nos animábamos y recordábamos mutuamente cómo mejorar y alcanzar los niveles de un cultivador. Antes de practicar Falun Dafa, yo era terca y poco razonable. Después de empezar a cultivar, aprendí a ser tolerante con los demás. Este cambio de mentalidad me permitió reparar la relación con mi suegra. Antes, para evitar las tareas más duras, luchaba para que me asignaran trabajos más ligeros. Ahora, trabajo en todas las tareas sin quejarme. Antes, daba importancia a las ganancias materiales. Ahora he dejado de luchar y competir. Este tipo de historias solían compartirse a diario entre los practicantes de Dafa, e inspiraban a todos a cultivarse a niveles más altos.

En el invierno de 1997, visitamos Changchun para participar en una conferencia de intercambio de experiencias a gran escala. Como había muchos asistentes, la conferencia se celebró en un gran teatro. Más de doce practicantes compartieron sus experiencias de cultivación en el evento, y algunos se emocionaron hasta las lágrimas mientras hablaban.

Una profesora de un conocido centro de enseñanza media dijo que había recibido muchos certificados honoríficos. En la cima de su carrera, le diagnosticaron un cáncer rectal en fase terminal, que le hacía sufrir física y mentalmente. Su carrera estaba en su apogeo, y su hijo era pequeño, ¿cómo iba a morirse? Le costó aceptar el diagnóstico. Después de pensarlo mucho, se dio cuenta de lo inútiles que le resultaban los honores que había cosechado en su vida, y que no podía llevarse consigo después de la muerte. ¿Para qué se había esforzado tanto en la vida? Justo cuando se tambaleaba, conoció Falun Dafa. Tras leer Zhuan Falun, comprendió el verdadero sentido de la vida y sus objetivos.

Cuando describió cómo había recuperado la salud, rompió a llorar, e incluso el público lloró con ella. Tras recobrar la salud, reanudó su labor docente, con mejores resultados que nunca y una gran popularidad entre sus alumnos. Cuando llegaba la hora de los ascensos, sus colegas competían ferozmente entre sí. Ella, sin embargo, retiraba voluntariamente su nombre una y otra vez, a pesar de ser la candidata más cualificada. Su jefe estaba muy conmovido, e incluso la elogió delante de sus colegas: "Si todos practicarais Falun Dafa. No habría luchas internas y vuestros logros serían extraordinarios".

Un joven que había sido un reconocido mafioso habló de sus experiencias. Fumaba, bebía, jugaba y se peleaba habitualmente, al tiempo que llevaba a cabo una serie de actividades inaceptables para la sociedad y que, por tanto, le provocaban quebraderos de cabeza tanto a su familia como a las autoridades. Después de empezar a practicar Falun Dafa, se deshizo de sus malos hábitos y aprendió a cocinar, hasta que llegó a convertirse en el chef de un restaurante. Se volvió un trabajador diligente y honesto, que adquiría las compras para el restaurante de forma justa, sin hacer trampas ni robarle a los demás.

Su honrada actitud impresionó a su jefe y la gente de su entorno le elogió por haber cambiado su estilo de vida. Hasta entonces, su vida había estado llena de oscuridad. Inspiraba miedo a los demás y se sentía desgraciado. Después de practicar Dafa, su corazón se llenó de felicidad y encontró su verdadera vocación en la vida.

Practicantes de todas las profesiones y condiciones sociales, como trabajadores, agricultores y soldados, compartieron sus historias únicas y conmovedoras. Estas y otras tantas experiencias dan muestras de la bondad de Falun Dafa y de sus practicantes. La persecución del PCCh contra Falun Dafa y sus practicantes es inexplicable. ¿Por qué reprimir a este grupo de gente tan pacífica y bondadosa? ¿Pueden considerarse racionales tales acciones? La persecución es un ataque a la moralidad y a la bondad humanas.

Espero que más personas puedan aceptar la verdad, liberarse del engaño y labrarse un resplandeciente futuro.