(Minghui.org) Al padre de una residente de Taiwán se le han negado las visitas familiares, mientras cumple una condena de 3.5 años en China continental por practicar Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Bai Xuesong, de la ciudad de Anshan, provincia de Liaoning, fue detenido el 20 de enero de 2021 y condenado el 29 de septiembre de 2022. Fue trasladado a la Prisión de la ciudad de Dalian, provincia de Liaoning, el 25 de abril de 2023 y actualmente se encuentra recluido en el quinto pabellón.
La única hija del Sr. Bai, la Sra. Bai Zongyue, dijo a Minghui.org que antes del ingreso en prisión su padre, ya había sufrido graves persecuciones en el Centro de Detención N.º 2 de la ciudad de Anshan, lo que le había provocado una pérdida de peso de 20-25 kg (44-55 libras) y una marcha inestable. Como la Prisión de la ciudad de Dalian es famosa por torturar a los practicantes de Falun Gong, la Sra. Bai está muy preocupada por el bienestar de su padre.
En mi opinión, el personal encargado de hacer cumplir la ley debería detener a los delincuentes y garantizar la seguridad y la paz públicas. Pero ahora han incriminado y encarcelado a una persona inocente que sólo quería practicar su fe".
La Sra. Bai y su padre.
Convertirse en una persona mejor practicando Falun Gong
La Sra. Bai dijo que su padre abandonó muchos malos hábitos y gozó de buena salud después de practicar Falun Gong en 1993.
"El Qigong era muy popular en aquella época. Un amigo de mi abuelo le dio a mi padre un ejemplar de Zhuan Falun (la enseñanza principal de Falun Gong). Lo leyó y se interesó por él. A la mañana siguiente fue en bicicleta al parque en busca de un lugar para practicar. Después de empezar a practicar Falun Gong, dejó muchos malos hábitos, como fumar, beber y jugar. Sus amigos y compañeros también dijeron que se había convertido en una persona diferente", recordó la Sra. Bai.
Poco después, la enteritis crónica del Sr. Bai desapareció y no tuvo que volver a tomar ningún medicamento.
"Más tarde, mi padre encontró trabajo en una empresa de valores local. Uno de sus colegas le dijo una vez a mi madre: 'tu esposo siempre renunciaba a buenas oportunidades de promoción profesional para que otros pudieran tenerlas, pero nunca rehuía ayudar a sus compañeros cuando tenían dificultades'. Cuando mi madre fue una vez a su empresa, su jefe y sus colegas le dijeron: 'Tienes mucha suerte de haberte casado con una persona tan amable'", dijo la Sra. Bai.
Perseguido por defender su fe
Después de que el régimen comunista chino iniciara la persecución a Falun Gong en julio de 1999, Bai fue a Beijing a finales de diciembre de ese año para apelar por su derecho a practicar su fe y fue detenido. Posteriormente, la policía local se lo llevó de vuelta a Anshan y lo recluyó en el Centro de Detención de la ciudad de Haicheng.
Bai tenía entonces sólo dos años. "Todavía recuerdo el momento en que mi madre me llevó al centro de detención para visitar a mi padre. Estábamos separados por el cristal y yo sólo sabía llamar a 'papá' por teléfono".
El Sr. Bai escribió más tarde en una denuncia contra la policía: "¿Qué le ha pasado al mundo? La policía me ordenó que maldijera a la gente o me detendrían. ¿No se supone que la policía debe detener a la gente mala?".
Según la Sra. Bai, como el DNI de su padre estaba marcado, le resultaba casi imposible encontrar trabajo, lo que dejaba a la familia en una situación económica desesperada. En 2009, se trasladó a la ciudad de Qinhuangdao, provincia de Hebei, en busca de ayuda de un pariente. Como Qinhuangdao es una ciudad costera y tiene muchos turistas, dirigió allí un negocio de alojamiento en familia y tuvo unos ingresos decentes.
Pero la apacible vida de la familia no duró mucho. En abril de 2013, cuando el Sr. Bai fue a recoger a un inquilino, fue detenido por la policía y le registraron el bolso. Fue detenido de nuevo cuando la policía encontró un folleto de Falun Gong en su bolso. En la Estación de Policía de Bataling, varios agentes le golpearon con un palo de madera gruesa y le retuvieron en una jaula metálica. Al día siguiente lo llevaron al calabozo de la ciudad de Qinhuangdao. Mantuvo una huelga de hambre para protestar por la persecución. Gracias a los grandes esfuerzos de su familia por rescatarlo, fue liberado cinco días después.
Ilustración de la tortura: jaula de metal.
Condenado a prisión
El Sr. Bai llevó en coche a su mujer, su hija y sus padres a Qinhuangdao en el verano de 2014. En cuanto descargó el equipaje en casa y se disponía a ir a trabajar, fue detenido por varias decenas de agentes que lo vigilaban. Lo llevaron a la Estación de Policía de Bataling, le arrebataron la llave del coche y lo condujeron de vuelta a su casa para hacer una redada. No le soltaron hasta medianoche.
En 2015, la Sra. Bai fue a Taiwán para asistir a la universidad. Se quedó allí durante el verano de 2016 para hacer unas prácticas. Durante ese tiempo, su madre viajó allí para quedarse con ella. "A finales de julio, mi padre me llamó y me deseó un feliz cumpleaños. Pero no esperaba que lo detuvieran poco después y hasta un año y medio después no volví a oír su voz", cuenta la Sra. Bai.
Según la información recogida por Minghui.org, el Sr. Bai fue detenido el 3 de agosto de 2016 mientras compraba cosas para las dos hijas de otro practicante de Falun Gong, que habían perdido a su padre en la persecución por su fe compartida. El Sr. Bai fue condenado a un año y ocho meses por el Tribunal de Lulong el 10 de octubre de 2017.
Cuando el Sr. Bai fue ayudado por su familia a salir del Centro de Detención del Condado de Lulong el 1.° de abril de 2018, al final de su condena, estaba demacrado pesaba menos de 49 kilos (110 libras) y cojeaba. Tardó mucho tiempo en recuperarse.
La Sra. Bai recordó, que debido a la fe del Sr. Bai en Falun Gong, fue arrestado y acosado al menos seis veces desde que comenzó la persecución. Su última detención fue el 20 de enero de 2021, cuando llevó a una practicante mayor a visitar a otro practicante en Anshan. La policía lo detuvo al llegar a casa de la practicante.
El Sr. Bai protestó ante la policía y dijo que no había violado ninguna ley. La policía respondió: "Te liberaré si maldices a Li Hongzhi".
Más tarde, el Sr. Bai escribió en una queja contra la policía: "¿Qué le ha pasado al mundo? La policía me ordenó que maldijera a la gente o me detendrían. ¿No se supone que la policía debe detener a la gente mala?".
Condenado a prisión
El Sr. Bai fue interrogado esa noche en la Estación de Policía de Fanrong. Wu Chunsong, el subjefe, le sujetó en una silla metálica y no dejó de golpearle la cara. Wu también le golpeó la cabeza con una botella de Coca Cola llena de agua. Cuando Wu se cansó, ordenó a otro agente de unos 20 años que golpeara al Sr. Bai. Al día siguiente, un tercer agente, Zhang Jian, arrastró al Sr. Bai al cuarto de baño y le golpeó la cabeza con un objeto duro. Posteriormente, el Sr. Bai fue trasladado al Centro de Detención N.º 2 de la ciudad de Anshan y condenado a prisión el 29 de septiembre de 2022.
Hasta el 30 de marzo de 2023 no se permitió a su familia verlo por primera vez, más de dos años después de su detención. Dijeron que estaba demacrado y que había perdido al menos 15 kilos.
Sin que su familia lo supiera, Bai fue trasladado a la Prisión de Nanguanling el 10 de abril y, 15 días después, a la Prisión de la ciudad de Dalian.
La familia del Sr. Bai presentó un recurso en su nombre ante el Tribunal Intermedio de la ciudad de Anshan el 14 de abril de 2023. Exigieron al juez que hiciera justicia y lo absolviera, pero fue en vano.
Denegación de visitas en la Prisión de la ciudad de Dalian
En los últimos 24 años, la provincia de Liaoning ha sido una de las regiones con la persecución más severa contra los practicantes de Falun Gong. Innumerables practicantes fueron detenidos y torturados. Muchos perdieron la vida.
La puerta de la prisión de la ciudad de Dalian.
La familia del Sr. Bai viajó más de 257 km (160 millas) desde Anshan hasta Dalian el 8 de mayo de 2023, pero se le negó la visita. Llamaron a varios departamentos de la prisión para solicitar la visita, pero fue en vano. La familia hizo otro viaje a la prisión el 23 de mayo y siguieron sin poder verlo. Un funcionario de prisiones recalcó que al Sr. Wu no se le permitiría ninguna visita familiar, a menos que renunciara a Falun Gong.
La prisión llamó a la madre del Sr. Bai a principios de junio, alegando que su decisión de denegar las visitas y la correspondencia de su familia se basaba en las "Medidas provisionales para la gestión del tratamiento clasificado de los reclusos en la provincia de Liaoning", publicadas el 20 de abril de 2022.
La Sra. Bai declaró: "Espero que la comunidad internacional y quienes se preocupan por los derechos humanos puedan ayudarnos. Pido al Partido Comunista Chino que libere inmediatamente a mi padre Bai Xuesong".
Añadió que al compartir la historia de su familia, espera que más gente conozca Falun Gong, cómo beneficia a sus practicantes y a sus familias, y cómo el régimen comunista los ha estado persiguiendo. "Una práctica tan grandiosa debería fomentarse y celebrarse, en lugar de reprimirse. Espero que cada persona inocente que está encarcelada actualmente pueda ser liberada pronto y reunirse con su familia".
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Categoría: Hechos de la persecución