(Minghui.org) Cuando el Sr. Wei Junren regresó finalmente a casa el 13 de agosto de 2022, después de cumplir 20 años de condena por intervenir la televisión por cable para denunciar la propaganda difamatoria del Partido Comunista Chino contra Falun Dafa, quedó desolado al ver su casa derruida.

Sin ningún lugar a donde ir, este residente de 54 años del condado de Jingchuan, provincia de Gansu, tuvo que quedarse en casa de su hermano durante unos días. Sin embargo, la policía lo localizó y siguió acosándolo en casa de su hermano.

Esconderse de la policía para evitar el acoso se convirtió en una nueva norma en la vida del Sr. Wei. Debido también al acoso, ningún empleador se atrevía a tenerlo, lo que le obligaba a cambiar continuamente de trabajo.

Familia destrozada

Durante los primeros días de la condena del Sr. Wei, su esposa confió a sus padres el cuidado de sus dos hijos pequeños, mientras ella trabajaba en Lanzhou (capital de la provincia de Gansu) para mantener a toda la familia. Pero debido a una intoxicación accidental por gas, falleció el 19 de enero de 2006.

Los dos hijos del Sr. Wei abandonaron la escuela a los 15 años y se fueron de casa para ganarse la vida.

Sus ancianos padres fallecieron uno tras otro en 2020, antes de que él fuera liberado.

Acción recta hace 20 años

Poco después de que el PCCh lanzara la campaña contra Falun Dafa, una antigua disciplina espiritual de ejercicios y meditación, en 1999, los medios de comunicación estatales (televisión, radio, periódicos, etc.) bombardearon todo el país con propaganda demoníaca contra la práctica para justificar la persecución. Se sospecha que la razón real tiene que ver con la popularidad en auge de la práctica, cuyo número de adeptos alcanzaba entonces entre los 70 a 100 millones.

Mientras tanto, innumerables practicantes fueron arrestados, detenidos, torturados o incluso asesinados. Habiéndose creído la propaganda, el público en general hizo la vista gorda ante la implacable persecución y despreció a los practicantes de Falun Dafa por "causar problemas al régimen".

Con todos los canales legales para apelar contra la persecución bloqueados para ellos, los practicantes de Falun Dafa de la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, cuna de Falun Dafa, intervinieron el sistema de cable local en marzo de 2002 para emitir programas que exponían la ilegalidad y brutalidad de la persecución.

Inspirados por ellos, practicantes de otras provincias, como Liaoning, Gansu, Hebei, Tianjin, Heilongjiang, Beijing, Guizhou, Shandong, Qinghai y Sichuan, también dieron un paso al frente y arriesgaron sus vidas para desenmascarar las mentiras del PCCh conectándose a sus señales de televisión locales.

En agosto de 2002, en el plazo de tres días, los practicantes emitieron con éxito dos videos de los hechos sobre Falun Dafa a través de la televisión por cable en la ciudad de Xining, provincia de Qinghai, y en ciertas zonas de la región de Lanzhou, provincia de Gansu. La emisión duró media hora.

Detenciones masivas y severas condenas

Estas emisiones de televisión conmocionaron y enfurecieron a los funcionarios chinos. Como resultado, al menos quince practicantes de Falun Dafa fueron detenidos. Todos fueron torturados e interrogados. La Sra. Zhang Rongjuan perdió la capacidad de caminar y la Sra. Zhang Ping estuvo a punto de morir asfixiada y conmocionada.

El Sr. Wei fue detenido en su casa de alquiler el 14 de agosto de 2002, tres días antes de que se produjera la primera difusión del vídeo. Aunque en un principio la policía no estaba al corriente de su implicación en las emisiones de vídeo, durante la detención le golpearon duramente. Le arrancaron un mechón de pelo. La policía también le golpeó la cara con un zapato, lo que hizo que se le hinchara. Después le ataron las piernas, le pisotearon los pies y lo esposaron por la espalda.

Le confiscaron muchos artículos personales, como ordenadores, impresoras, discos duros de móviles, teléfonos móviles, dinero en efectivo por valor de más de 2.300 yuanes (aprox. 347 dólares) y tarjetas bancarias con más de 10.000 yuanes (aprox. 1.510 dólares).

Mientras estaba detenido en el Departamento de Policía de la ciudad de Lanzhou, el Sr. Wei fue atado en una "silla de tigre" (véase la ilustración más abajo). Además, la policía le rodeó el cuello con un cinturón atado al respaldo de la silla de tigre, lo que le impidió mover la cabeza. Al mismo tiempo, la policía le puso un casco de tortura y le apretó los tornillos para causarle un dolor insoportable. Se lesionó las muñecas y tuvo el pulgar entumecido durante más de un año.

Ilustración de tortura: la silla del tigre.

La policía descubrió más tarde su implicación en las emisiones de vídeo. El 27 de octubre de 2002, el Tribunal del Distrito de Chengguan, en la ciudad de Lanzhou, provincia de Gansu, condenó a siete practicantes. Entre ellos, los Sres. Wei y Wang Pengyun, así como la Sra. Li Wenming y fueron condenados a 20 años cada uno. Sun Zhaohai, Qiang Xiaoyi, Liu Zhirong y Su Anzhou fueron condenados a penas de entre 10 y 19 años.

Dos practicantes, Zhang Guangli y Chang Jubin, fueron condenados a 12 y 11 años, respectivamente, por el Tribunal del Distrito de Baiyin, en la ciudad de Lanzhou. Otros cuatro practicantes de la ciudad de Xining, provincia de Qinghai, fueron condenados por el Tribunal Intermedio de la ciudad de Xining el 30 de diciembre de 2002: La Sra. Zhang Rongjuan fue condenada a 20 años, el Sr. He Wanji a 17, el Sr. Li Chongfeng a 15 y la Sra. Duan Xiaoyan a 7 años.

Entre estos practicantes, el Sr. He, también agente de policía, fue torturado hasta la muerte en la Prisión de Haomen el 28 de mayo de 2003. Tenía 53 años. Liu murió en la Prisión de Tianshui en enero de 2006.

Encarcelamiento

Debido a la prolongada desnutrición y a las malas condiciones de vida en el centro de detención de Xiguoyuan, el Sr. Wei desarrolló sarna y úlceras por todo el cuerpo. En marzo de 2003 sufrió apendicitis aguda y fue operado. Estaba extremadamente débil y muy delgado, incapaz de caminar y comer. Su familia fue extorsionada con 1.000 yuanes (aprox. 151 dólares) para mantenerlo en el hospital unos días más. Sin embargo, lo devolvieron al centro de detención siete días después de la operación, cuando aún estaba muy débil.

El 5 de noviembre de 2003 fue trasladado a la Prisión de Lanzhou para cumplir su condena.

A su llegada a la prisión, cinco reclusos lo asediaron en la sala de control estricto y lo derribaron. Le afeitaron la cabeza y le quitaron la ropa. Lo dejaron desnudo y muerto de frío durante más de 20 minutos antes de que le dieran un uniforme de presidiario.

Más tarde, cuando el Sr. Wei fue trasladado al 10.º pabellón, como se negaba a memorizar las normas de la prisión o a hacer el trabajo de mano de obra, ya que mantenía su inocencia, se ordenó a dos reclusos que lo vigilaran todo el tiempo y lo aislaron para que no hablara con nadie. El jefe del pabellón, Gao Zhendong, confiscó los materiales de apelación del Sr. Wei y se negó a presentarlos.

Los funcionarios de prisiones iniciaron una agresiva campaña de transformación en noviembre de 2006, con el fin de obligar a todos los practicantes a renunciar a Falun Dafa. Utilizaron todos los medios posibles, como el aislamiento, sentarse en pequeños taburetes, privación del sueño, ahorcamiento, descargas eléctricas y palizas.

Al Sr. Wei lo metieron en una habitación oscura donde ocho reclusos, en dos turnos, se turnaban para vigilarlo y no dejarle dormir. Los guardias le interrogaron e intentaron obligarle a renunciar a su fe. Les habló de Falun Dafa y de lo injusta que era la persecución.

Como los guardias no lograron razonar con él, lo esposaron a un aro metálico fijado en el suelo de la sala de calderas y le dieron descargas eléctricas con cuatro picanas eléctricas durante más de tres horas hasta que se desmayó. Posteriormente, le obligaron a firmar una declaración en la que renunciaba a Falun Dafa.

Más tarde, en marzo de 2007, el Sr. Wei declaró nula su declaración de renuncia. Los guardias de la prisión tomaron represalias privándole de sueño durante más de 20 días.

El Sr. Wei fue trasladado al pabellón 7 en junio de 2007, y se asignaron cuatro reclusos para vigilarlo.

Los guardias de la prisión se acercaron a él en repetidas ocasiones después de 2009 y le pidieron que se declarara culpable a cambio de una reducción de condena, pero él se negó a acceder.

El Sr. Wei fue obligado a realizar trabajo forzado durante su estancia en prisión, como clasificar semillas de girasol, pelar ajos, tejer alfombras, confeccionar y empaquetar ropa. Recibía entre 2 y 6 yuanes (0,29-0,87 USD) al mes, dependiendo del trabajo que realizara.

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