(Minghui.org) Cuatro miembros de una familia de la ciudad de Qitaihe, provincia de Heilongjiang, fueron juzgados el 17 de febrero de 2023, tras siete meses de detención por su fe en Falun Gong. Recientemente se ha confirmado que la Sra. Guo Chunling ha sido condenada a ocho años. No está claro si su esposo, su hija y su suegra fueron condenados.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La Sra. Guo, de 46 años, su esposo, el Sr. Zhang Guangcai, su hija, la Sra. Zhang Jinfeng, y la madre del Sr. Zhang, la Sra. Yuan Meie, fueron detenidos en el domicilio que compartían el 11 de julio de 2022. La policía registró el domicilio desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Se confiscaron sus libros de Falun Gong y su impresora, y también se incautó la furgoneta de la Sra. Zhang.

Los cuatro miembros de la familia fueron juzgados por el Tribunal del Distrito de Qiezi el 17 de febrero de 2023. Minghui.org ha confirmado recientemente que la Sra. Guo fue condenada a ocho años. Ella ha apelado ante el Tribunal Intermedio de la ciudad de Qitaihe.

Al menos otros seis practicantes locales también fueron detenidos el mismo día y recluidos en el Centro de Detención de la ciudad de Qitaihe. Se trata de Li Li, Zou Yunlan, Li Shaojuan, Wen Yanhua, Guang Hongyan y Zhang Shuli.

La policía vigiló las actividades diarias de los practicantes y recopiló su información personal durante al menos seis meses antes de efectuar las detenciones. También amenazaron con detener a los familiares de los practicantes si éstos no obedecían a las autoridades.

Persecución de Guo en el pasado

Guo comenzó a practicar Falun Gong en 1998. El 28 de junio de 2000 fue a Beijing para reclamar el derecho a practicar Falun Gong, y fue detenida mientras hacía una demostración de los ejercicios de Falun Gong en la plaza de Tiananmen.

Como la estación de policía cercana a la plaza de Tiananmen estaba abarrotada de practicantes de Falun Gong llegados de todo el país para apelar, las autoridades trasladaron a la mayoría de ellos a un estadio. A la Sra. Guo la retuvieron en el patio, bajo un sol abrasador, sin darle agua ni comida.

Un día después, la trasladaron al centro de detención de Huairou, en Beijing, y también la dejaron en el patio bajo un sol abrasador. Un guardia la maltrataba verbalmente. Al cabo de tres días, la llevaron de nuevo a Qitaihe y permaneció detenida otros siete días.

La policía mantuvo a Guo en una habitación aislada y la alimentó a la fuerza durante dos días. Le introdujeron deliberadamente la sonda de alimentación en el estómago, causándole un dolor insoportable. Cuando la policía la llevó al hospital para que la examinaran, le detectaron graves problemas cardiacos. Temiendo que muriera bajo custodia, la policía la dejó en libertad.

La hija de Guo tenía entonces sólo un año. La niña lloraba todos los días y buscaba a su madre cuando Guo estaba detenida.

La Sra. Guo fue detenida de nuevo en septiembre de 2002 tras ser denunciada por hacer consciencia sobre la persecución. También sufrió una afección cardiaca tras pasar unos días en el Centro de Detención número 2 de la ciudad de Qitaihe.

Debido al continuo acoso policial, Guo y su familia se vieron obligados a trasladarse a otra ciudad a finales de 2007. La policía nunca dejó de buscarlos, lo que hizo que la familia viviera atemorizada.