(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Tengo noventa y dos años. Comencé a practicar Falun Dafa en 1997, dos años antes de que el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzara la persecución. Pero sin importar lo brutal que sea esta, siempre he creído sin vacilaciones en el Maestro (el fundador de Falun Dafa) y me he cultivado firmemente.

Nunca he dejado de estudiar el Fa ni de hacer los ejercicios. Muchos practicantes me han elogiado por mi perseverancia. En realidad, es el Maestro quien me ha protegido, animado y bendecido todo el tiempo. Su compasión me ha motivado a cultivarme hasta el final.

Se acabaron los problemas de salud

Solía tener muchos problemas de salud, como hiperplasia de la columna cervical, gastritis atrófica, úlceras y un espolón en la articulación de la rodilla. Sufría dolores y tenía que tomar medicamentos tres veces al día. Una semana después de empezar a practicar Dafa, todas mis dolencias desaparecieron y me sentí ligera. ¡Realmente fui testigo del poder de Dafa!

El Maestro purificó mi cuerpo y me ayudó a eliminar mi yeli (karma), que se había acumulado por mis malas acciones en vidas anteriores.

El Maestro dijo:

“Hay una cuestión que debe ser aclarada, tanto la curación por qigong común como el tratamiento en los hospitales solo empujan y trasladan la tribulación –que es la razón fundamental de las enfermedades– para después; la empujan y trasladan hacia la mitad posterior de la vida o más adelante, pero al yeli no lo tocan en absoluto” (Séptima Lección, Zhuan Falun).

El Maestro ha presentado el gran Fa al mundo. Verdaderamente guía a la gente hacia niveles altos. Purifica los cuerpos de los practicantes hasta que todo el yeli (karma) es eliminado y uno puede cultivar hasta la consumación. Esto es exactamente lo que había soñado. ¡Soy muy afortunada de poder obtener este Fa tan profundo!

Familiares se benefician de Dafa

Además de estudiar el Fa y hacer los ejercicios, aprovecho cada oportunidad para hablar a la gente sobre Dafa. Los compañeros practicantes y yo alquilamos un autobús y viajamos al campo para difundir Dafa. También establecí un sitio de estudio del Fa en grupo en mi casa e invité a los practicantes a ver videos de las conferencias del Maestro. A veces venían hasta cincuenta practicantes.

También presenté Dafa a mis parientes y amigos y di a algunos de ellos copias de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Como resultado, más de cuarenta personas han obtenido Dafa y han sido bendecidas.

Por ejemplo, durante años mi sobrino tuvo un bulto en la cabeza, le desapareció poco después de convertirse en practicante.

Una noche, el marido de mi sobrina tuvo un accidente de moto. Se desmayó en el acto. Lo visité en el hospital y le llevé un ejemplar de Zhuan Falun. "Lee este libro y te ayudará. Además, recita sinceramente 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'".

El asintió. Aunque tenía las piernas muy hinchadas, no sentía mucho dolor. El médico se sorprendió de su rápida recuperación.

Hace seis años, mi cuñado estaba lidiando con problemas de salud, como insuficiencia renal, problemas cardíacos e inflamación hepática por cálculos biliares. Tuvo fiebre alta durante varios días. En el hospital no pudieron hacer nada por él y estaban a punto de darle de alta. Cuando lo visité estaba acurrucado en la cama, temblaba de dolor y había adelgazado mucho.

"Hermana, me estoy muriendo". Su voz era casi inaudible.

"¡Sólo Dafa puede salvarte! Estarás bien mientras creas en el Maestro Li y recites en tu corazón 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' ".

Le di videos de las enseñanzas de Fa del Maestro y algunos folletos de Dafa.

Al día siguiente de empezar a recitar las frases, pudo hablar y beber. Su condición mejoraba día a día, y un mes después, pudo volver a trabajar en el campo. Le dijo a todo el mundo que Falun Dafa le había salvado la vida y que Falun Dafa era realmente bueno. Aprendió los ejercicios de Dafa y persuadió a su esposa para que los practicara.

El hijo de mi sobrino se casó en junio de este año. Pensando que sería una buena oportunidad para presentar Dafa, pedí a mi hijo me llevara a la boda y terminé ayudando a once personas a renunciar al PCCh, incluidos la novia y sus padres. El vecino de mi sobrino, de unos setenta años, vino y me contó su historia.

Me dijo: "Siempre recuerdo cuando me dijiste lo bueno que es Dafa. Siempre llevo un amuleto de Dafa en el bolsillo. Un día, iba en triciclo y me atropelló un camión grande. En ese momento, le pedí al Maestro que me salvara. Mi triciclo se volcó y caí al suelo, ¡sin ningún daño!".

A veces salía a aclarar la verdad con mi hija. A menudo ella decía a la gente: "Mi madre tiene noventa años. No ha tomado ningún medicamento en más de veinte años, desde que empezó a practicar Falun Dafa. Ha estado muy sana". Al verme, la gente ha reconocido los efectos milagrosos de Dafa para curarse y mantenerse en forma.

El Maestro siempre está a mi lado

Desde que el PCCh lanzó la campaña nacional para perseguir a Falun Dafa en 1999, muchos practicantes inocentes han sido arrestados, detenidos y torturados por la policía. Aclarar la verdad y salvar a la gente se han convertido en partes importantes de nuestra cultivación.

Me he encontrado con muchos peligros esclareciendo la verdad, y cada vez el Maestro me ha ayudado. ¡Realmente siento que el Maestro está siempre a mi lado! Me gustaría compartir dos historias.

Hablé a la gente sobre Dafa en un mercado de agricultores en primavera, cuando tenía ochenta y siete años. De camino a casa, tropecé con unas escaleras y me caí. Al instante pensé: "¡Maestro, por favor, sálvame!". Aterricé suavemente en el suelo, como si alguien me sostuviera. No me hice daño. Inmediatamente comprendí que el Maestro me había salvado. ¡Él Estaba a mi lado!

Al verano siguiente, vi a un hombre de unos sesenta años sentado en la escalinata de un edificio. Cuando intenté darle un folleto de Dafa, me mostró un brazalete que decía "en servicio" y me pregunto: "¿Sabes lo que hago?".

"No importa lo que hagas, debes saber que Falun Dafa es bueno", le dije.

Antes de que pudiera terminar de hablar, me agarró de la muñeca y empezó a arrastrarme hasta la estación de policía local.

"¡Suéltame!". No me hizo caso. Me arrastró con tanta fuerza que casi me caigo.

En ese momento, unos transeúntes le preguntaron por qué me arrastraba y le dijeron que me soltara. De repente, una voz no muy lejana dijo: "¡Papá, suéltala! Te repudiaré si no lo haces".

Resultó ser su hija, quien apareció con un niño en brazos. El hombre me soltó. Me indicó el camino para abandonar el lugar. De nuevo agradecí la protección del Maestro.

Dejando ir el apego a las ganancias personales

En mi cultivación, he superado varias tribulaciones de enfermedad importantes. El Maestro debe haber soportado tremendos dolores por mí. No sólo me salvó del infierno, sino también prolongó mi vida para la cultivación.

Sin embargo, todavía tengo muchos apegos que eliminar en mi cultivación. Especialmente me costó mucho soltar el apego a las ganancias personales. Hace cinco años, descubrí por casualidad que mi pensión era mucho menor que la de mis compañeros con la misma antigüedad. Me disgusté mucho.

Después de revisar cuidadosamente, me di cuenta de que había anotado incorrecta la fecha de inicio de mi trabajo. Tendría que haber sido el 5 de junio de 1951, pero puse el 1 de julio. Este error me costó un año para mi pensión, ya que esos cálculos se hacen basándose en el año fiscal que empieza el 1 de julio. Sabía que había un error, pero no lo corregí en ese momento. Lo mismo ocurrió con mis registros de jubilación. En realidad me jubilé el 18 de julio de 1987, pero en mi certificado de jubilación dice 1 de junio. Una vez más, perdí un año, de treinta y ocho pasé a treinta y siete.

Cada vez que aumentaban mi pensión para ajustarla a la inflación en los últimos años, me enfadaba porque la diferencia entre lo que recibían mis antiguos compañeros y lo que yo recibía era cada vez mayor año tras año. Mi apego a las ganancias no pudo evitar surgir. Pensé en ir a la oficina de la Seguridad Social para hacer la corrección. Dos de mis compañeros, que ya trabajaban cuando yo empecé, seguían vivos y podían testificar a mi favor.

Mi pago de pensión fue ajustado nuevamente en julio de 2022. No me hacía gracia ganar 1.000 yuanes (148.32 USD) menos al mes que mis otros compañeros. Hablé con mi hija, también practicante, sobre mi intención de presentar una petición.

Ella me dijo: "Mamá, somos practicantes. ¿Está bien hacer eso? ¿No es un apego?".

Le expliqué: "Durante años no he pedido que se compense la pérdida porque soy cultivadora. Pero creo que los cultivadores deben contar los hechos. Es mucho dinero si puedo conseguirlo. Tengo derecho a recibirlo. Sé que es un apego, pero no puedo dejarlo ir".

El Maestro dijo:

“El xiulian tiene que tener lugar en medio de esta tribulación para ver si puedes cortar y abandonar o no las siete emociones y seis deseos, y tratarlos con ligereza o no. Si justamente te aferras a esas cosas, no podrás completar tu xiulian” (Cuarta lección, Zhuan Falun).

Ese mismo día, estudiamos la sección "Elevar el Xinxing" en la cuarta lección de Zhuan Falun en mi grupo de estudio del Fa. Me sentí profundamente conmovida y lloré. Los apegos de fama, ganancias y sentimientos están profundamente arraigados en mí. Es muy difícil soltarlos completamente.

Me di cuenta de que el asunto de la pensión era una prueba de mi xinxing. Luché durante cinco años para dejarlo ir. Una persona que se ha cultivado hasta la consumación no caerá en la tentación. Sólo perdí un poco de dinero. No sólo estuve tentada, también quise pedirlo. ¿Soy un verdadero cultivador?

El Maestro dijo:

“En cuanto a si puedes dejar la mentalidad de una persona común o no, es un paso crítico para convertirte en un ser realmente extraordinario. Cada discípulo que cultiva genuinamente tiene que pasarlo, porque esto es la línea de demarcación entre un cultivador y una persona común” (“Cultivación genuina”, Escrituras esenciales para mayor avance).

Si no puedo dejar ir este pequeño interés, ¿cómo podré superar las pruebas de mayores apegos? Estaba equivocada, Maestro. ¡Soltaré todos los apegos por completo!

Después de esta prueba, continué mirando hacia dentro y encontré muchos apegos que aún no he eliminado. Esas carencias, como el afecto familiar, el miedo, la ostentación y la vanidad, deberán ser eliminadas una a una en mi cultivación futura. Sólo soltando todos los apegos podré alcanzar la consumación y regresar a mi hogar original en el cielo.

Muchas gracias al Maestro. ¡Gracias, compañeros practicantes!

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