(Minghui.org) El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció el 30 de enero que el COVID-19 sigue siendo una emergencia sanitaria mundial. Esta decisión se basó en los debates de la 14.ª reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), celebrada el 27 de enero. Más concretamente, la reunión concluyó que "la reciente evaluación rápida de riesgos sigue caracterizando como alto el riesgo mundial del COVID-19 para la salud humana y que la tasa de contagios es alta".

"Hay pocas dudas de que este virus seguirá siendo un patógeno permanentemente establecido en humanos y animales en un futuro previsible", añadió Ghebreyesus. Dijo que la mitad de las muertes notificadas recientemente procedían de China.

Sin papel para los certificados de defunción

Como los casos de COVID aumentaron rápidamente a finales de 2022, el Partido Comunista Chino (PCCh) puso fin abruptamente a la política de cero COVID el 7 de diciembre, empeorando la pandemia. El número de infecciones, pacientes gravemente enfermos y muertes se disparó, desbordando hospitales y crematorios.

Un médico de un hospital público del sur de China declaró al South China Morning Post que se habían quedado sin papel especial para los certificados de defunción debido al elevado número de fallecidos. "Nunca había visto tal escasez de suministros médicos en el pasado", dijo. "Emitimos casi 80 certificados de defunción en una semana, cuando en el pasado solíamos hacer uno o dos al mes".

Los vídeos que circularon por Internet mostraban que los hospitales de Shandong, Liaoning, Chongqing, Jiangsu, Heilongjiang, Jilin y otras provincias estaban repletos de pacientes antes y durante el reciente Año Nuevo Chino (22 de enero). Un hombre del sur de China describió lo que vio cuando asistió al funeral de un familiar en un crematorio la mañana del 8 de enero. Dijo que estuvo allí desde la 1 hasta las 5 de la mañana, tiempo durante el cual vio cómo llevaban casi 100 cadáveres para incinerar. Incluso se topó con un cadáver mientras caminaba por allí. "Era tan chocante que no querías mirar a tu alrededor. Pero no tenías elección, ya que había gente a tu alrededor haciendo cola para la incineración", explica. "Tanta gente con tantos cadáveres. Era realmente deprimente y desesperante".

"Música funeraria en la calle a todas horas desde el amanecer hasta el anochecer"

Según la VOA, la falta de medicinas en las regiones remotas y la falta de servicios por la deserción de funcionarios en los pueblos también contribuyó al elevado número de muertes de ancianos. El Año Nuevo Chino suele ser la época más importante y alegre del año, pero este año "había música funeraria en la calle a toda hora, desde el amanecer hasta el anochecer".

Liu Shihui, abogado del pueblo de Xishan, Banner de Harqin, ciudad de Chifeng, Mongolia Interior, llamó a su familia el 23 de enero (el día después del Año Nuevo Chino) y se enteró de que más de 20 personas (la mayoría ancianos) habían muerto en cada uno de los dos pueblos vecinos (pueblo de Yujiayingzi, al oeste, y el de Xiaowuzhumeiqin, al sur, del pueblo de Xishan). Eso fue bastante chocante, porque era normal perder a una o dos personas en invierno, pero normalmente no más de tres o cinco. Ahora habían desaparecido más de 20 personas en cada pueblo".

Jie Lijian, activista de derechos humanos de los campesinos de la provincia de Shandong, declaró a la VOA que al menos 20 ancianos habían muerto de COVID en su pueblo natal, en la localidad de Gaozhaizi, en el condado de Gaotang. Uno de ellos era un pariente de unos 60 años, que murió después de que toda su familia se infectó. Este pariente tenía neumonía. Tras contraer el virus, tosía sin parar y tenía fiebre alta. Murió hacia la medianoche.

Lugares abandonados durante la pandemia

La prefectura autónoma yi de Liangshan es una zona remota de la provincia de Sichuan, donde la etnia yi constituye cerca de la mitad de sus 4,7 millones de habitantes, La última oleada de COVID arrasó Liangshan en silencio, informó la VOA el 30 de enero. Un médico del hospital del condado de Xide dijo que muchos ancianos residentes en la región no sabían exactamente qué era el COVID y pensaban que se trataba simplemente de un resfriado. Durante tres días seguidos (del 10 al 13 de enero), el hospital tuvo más de 150 pacientes diarios que se sometieron a tomografías computarizadas para ayudar en el diagnóstico y tratamiento del COVID). Todas las camas estaban ocupadas. Solo un geriátrico local envió a 30-40 ancianos que habían dado positivo. Además, 9 de cada 10 trabajadores médicos también estaban infectados.

Zhu Bin, un cristiano que pidió la donación de medicamentos en nombre de los residentes de Liangshan, se refirió a la zona como "un lugar olvidado y abandonado en medio de la catástrofe del COVID". Algunos residentes locales no se atrevían a dormir, porque temían no volver a despertarse.

A unos 2.000 kilómetros de Liangshan, el condado de Jia, en la provincia de Shaanxi, enfrenta a una situación similar. Du Jinlian, residente del pueblo de Wentong, dijo que la mayoría de los habitantes de la División 2 del pueblo se habían infectado entre fines de noviembre y principios de diciembre. Du perdió el apetito y tuvo dolores de cabeza durante más de 10 días, pero sobrevivió al COVID. Sin embargo, no todos tuvieron tanta suerte. "Seis ancianos del pueblo murieron en diciembre", añadió. "El Secretario del Partido del pueblo sabía que la situación era grave, pero no hizo nada. Nadie se preocupa por nosotros".

Gran número de registros de hogares cancelados al día

Un funcionario de registro de hogares de una Comisaría de la ciudad de Mudanjiang, provincia de Heilongjiang, declaró que entre el 20 y el 31 de diciembre tramitó una media diaria de más de 100 anulaciones de registros de hogares por fallecimiento. El área metropolitana de Mudanjiang tiene unos 900.000 habitantes y más de 30 comisarías. Así que el recuento diario de muertes podría ser de más de 3.000 al día, lo que se traduciría en 30.000 muertes (o alrededor del 3% de la población) en 10 días. Por supuesto, no todas las muertes fueron causadas por COVID, pero el número típico de muertes (antes de COVID) nunca había sido tan alto.

Chen Heyang, residente del distrito de Huangpi en Wuhan, provincia de Hubei, compartió con Radio Free Asia (RFA) lo que supo por un amigo que trabajaba en la oficina de asuntos civiles. Según el amigo, unas 5.000 personas del distrito habían muerto desde que terminó la política de cero COVID a principios de diciembre. Huangpi tiene unos 900.000 habitantes y el número de muertes es alarmante porque es varias veces superior al normal. "Últimamente se han construido muchas fosas en las zonas suburbanas. Muchas", dijo Chen.

Muchos miembros y seguidores del PCCh han muerto de COVID

Muchos miembros y seguidores del PCCh han perdido la vida recientemente a causa del coronavirus, también conocido como virus del PCCh.

E Hongbing, sargento I de la Comisaría de Baishazhoujie de Wuhan, se desplomó a la entrada de su propia casa el 22 de enero, día del Año Nuevo Chino. Murió a los 55 años al día siguiente debido a un infarto de miocardio, síntoma asociado al COVID. Chen Liyan, miembro del PCCh y expresidente del Instituto de Bellas Artes de Hubei, falleció el 25 de enero. Dos artistas del mismo instituto, Dong Li, especializado en pintura al óleo, y Nie Ganyin, especializado en pintura china, también han perdido la vida.

Chen Ziyu, exdirector del Departamento de Física y exdecano asociado de la Facultad de Física de la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Beijing, falleció a los 63 años el día del Año Nuevo Chino (22 de enero). Jia Qingjun, profesor asociado de Medios de Comunicación de la Universidad de Ningbo, en la provincia de Zhejiang, falleció a los 48 años al día siguiente. Yang Cunchang, exdecano de Literatura de la Universidad Normal de Shandong y autor de varios libros sobre el marxismo en la literatura, murió a los 60 años en la ciudad de Jinan, provincia de Shandong, el 26 de enero. Wang Yu, miembro de la Academia China de Ciencias, falleció en Beijing el mismo día.

Un informe interno de la ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu, declaró que el número de cadáveres incinerados en la ciudad entre el 1 de diciembre de 2022 y el 2 de enero de 2023 fue unas 6 o 7 veces superior a lo normal. Por ejemplo, el 4 de enero se incineraron 493 cadáveres, 6 veces más que el mismo día del año anterior.

La Universidad Forestal de Nanjing anunció muchos obituarios recientemente, al menos 23 entre el 4 de diciembre de 2022 y el 13 de enero de 2023. Esta cifra se aproxima al total de 26 fallecimientos anunciados entre enero y noviembre de 2022.