(Minghui.org) Soy una profesora de enseñanza media de 58 años que practica Falun Dafa. Me he beneficiado mental y físicamente desde que empecé a practicarlo en 1997.

Los líderes del Partido Comunista Chino (PCCh) comenzaron a perseguir a Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, el 20 de julio de 1999. He sido arrestada ilegalmente y detenida en múltiples ocasiones por defender mi creencia y aclarar los hechos sobre Falun Dafa a la gente. Me vi obligada a divorciarme y también fui despedida ilegalmente de mi trabajo en 2015.

Dos practicantes y yo fuimos arrestados en nuestras casas a mediados de julio de 2020. A mí me llevaron a un centro de detención la noche siguiente. Cuando entré en la celda, me di cuenta de que había muchas reclusas durmiendo en la cama de madera y el suelo de hormigón. Como era un verano caluroso, el aire de la celda era desagradable. Debido a la pandemia, la prisión se negaba a aceptar condenados del centro de detención. Era una celda pequeña en la que solo cabían 10 personas, pero en la que había 24 apretujadas dentro. Pensé: "No importa lo duro que sea el entorno, tengo que tratar a todos amablemente, y hacer que sientan y comprendan la Verdad, Benevolencia y Tolerancia de un practicante de Falun Dafa".

Recitando las dos frases auspiciosas: La dueña de un restaurante liberada en diez días

Un día a principios de agosto de 2020, una mujer de mediana edad con las manos quemadas fue traída a la celda, y asignada a dormir a mi lado. Pregunté por su caso y me enteré de que era propietaria de un restaurante. Como su esposo a menudo le pedía dinero para jugar, se peleaban constantemente y estaban a punto de divorciarse. Una noche, al encender el incienso para mosquitos, prendió fuego accidentalmente a la mosquitera. Su resentido esposo aprovechó la ocasión para acusarla falsamente de incendio intencionado.

Al principio, estaba muy deprimida y aterrorizada. Cuando escuchó a otras reclusas afirmar que el delito de incendio intencionado sería severamente castigado, me dijo que había perdido la esperanza y el valor para seguir adelante con su vida. Dada su situación, a menudo utilizaba los principios de Dafa para iluminarla y ayudarla a pasar el día. Como tenía las manos quemadas, no podía lavarse la ropa. Así que la ayudé. Además, traté de ayudarla de otras maneras, para que se sintiera atendida.

Mi sinceridad y amabilidad la conmovieron. Le dije que Falun Dafa es un Fa virtuoso, cuyos principios fundamentales son Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Recitando sinceramente las frases "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!" uno recibirá buena fortuna. Después de oír eso, se sintió muy feliz. Prometió que lo recitaría a menudo.

Aproximadamente una semana después, sin aplicarse ninguna crema, sus quemaduras se habían curado mucho. Entonces me dijo que recitaba las frases 100 veces cada día.

Alrededor del décimo día, el guardia encargado la llamó por su nombre y le dijo que recogiera sus cosas y se fuera a casa. Muy emocionada, se acercó a mí y me dijo: "¡Gracias! ¡Gracias! Falun Dafa es realmente asombroso". Le dije: "¿Por qué no le cuentas a tu familia la verdad sobre cómo se persigue a Falun Dafa cuando llegues a casa? Por favor, pídeles que reciten las frases a menudo, para que también reciban bendiciones".

Se recuperan una drogadicta y una enferma de epilepsia

Un día a finales de septiembre, trajeron a Mei (alias), una drogadicta. Dormía a mi lado. Cuando tenía un episodio de adicción, gritaba y pataleaba enérgicamente. Debido a su comportamiento, era regañada por la jefa de celda.

A menudo, no podía conciliar el sueño por su culpa. Pero no la culpaba. En vez de eso, sacaba las galletas que había comprado, preparaba un vaso de agua y empezaba a darle de comer cuando se calmaba. Durante el día, le aclaré los hechos, diciéndole que recitar sinceramente las frases le traería bendiciones. También le conté la historia de un drogadicto que, después de practicar Falun Dafa, se libró completamente de la adicción y volvió a una vida normal. Cuando lo oyó, dijo inmediatamente: "Te creo. Por favor, enséñame a hacer los ejercicios. Te buscaré después de volver a casa y practicaré contigo. Yo también quiero llevar una buena vida". Entonces le di la dirección de mi casa. A partir de entonces, cuando las internas se sentaban en silencio, ella empezaba a recitar las frases en voz baja. Desde entonces no ha vuelto a recaer en la drogadicción.

Un día de octubre, ingresó una paciente epiléptica. Cuando llegó por primera vez, sus ojos parecían intimidantes. Cuando las internas se enteraron de que tenía convulsiones todas las semanas, además de incontinencia y se mordía la lengua, todas se mantuvieron alejadas de ella. Nadie quería dormir cerca de ella. El guardia pensó que yo era la única persona agradable entre todas las reclusas, y por eso la asignó a dormir a mi lado.

No la traté de forma diferente, sino que charlé con ella y le di de comer. También la elogié por ser inteligente. Ella abrió los ojos desconcertada, mirándome con suspicacia, y preguntó: "¿Qué acabas de decir?". Volví a repetirlo con seriedad. La intimidación de sus ojos desapareció y fue sustituida por una sonrisa. Dijo: "Nadie ha dicho nunca que yo sea inteligente. Todos me maldecían diciendo que era tonta. Me ignoraban y me odiaban. Tú eres la única que ha dicho que soy inteligente. No te caigo mal, es más, me das de comer, tampoco te importa compartir el mismo edredón conmigo. Estoy muy conmovida".

Entonces me preguntó: "Eres tan amable, ¿por qué te retienen aquí?". Le respondí: "Cultivo la Budeidad. Me retienen aquí porque me han agraviado y perseguido". Entonces ella dijo: "Oh, cultivas la Budeidad. No me extraña que seas diferente a los demás; eres muy amable. Incluso gente tan amable como tú es arrestada y retenida aquí. El PCCh es tan malvado".

Le dije que desde que empecé a practicar Falun Dafa he gozado de buena salud y no he tomado ninguna medicación ni he visitado a ningún médico en los últimos 20 años. Me preguntó: "¿Tan bien funciona? ¿Puede curarse también mi enfermedad?". Le respondí con firmeza: "Ha habido personas con muchos tipos de enfermedades, incluso cáncer, que se han recuperado después de practicar Falun Dafa. Mientras practiques, te pondrás bien".

Con el tiempo le aclaré la verdad sobre Falun Dafa, y cómo se ha extendido ampliamente, así como la forma en que Falun Dafa fue cruelmente perseguido. También le dije que recitara sinceramente las frases: ¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y que recibiría buena suerte. Me dijo que nunca había ido a la escuela y que era analfabeta. No recordaba lo que le había dicho y me pidió que le repitiera las frases de Dafa palabra por palabra. Durante el día, cuando las reclusas se sentaban juntas en silencio, la invité a sentarse a mi lado y le enseñé las frases de Dafa.

Cuando las aprendió, se sintió muy feliz. Las recitaba cien veces al día. No volvió a recaer. Estaba muy contenta y me dijo que me buscaría para aprender los ejercicios cuando la pusieran en libertad. También me dio la dirección de su casa y me pidió que le enseñara los ejercicios. Al ver que Dafa la salvaguardaba recitando sinceramente las frases, en el fondo me sentí muy feliz por ella.

Unos días después, al ver que no parecía muy contenta ni me prestaba atención, me pregunté qué había pasado. Al día siguiente, a mediodía, tuvo un ataque. Algunas personas intentaron ayudarla, pero no pudieron. La guardia, presa del pánico, pulsó el botón de emergencia. Solo cuando llegó el médico y le puso una inyección, se calmó y volvió poco a poco a la normalidad.

Cuando todos se fueron, le limpié la cara y las manos con una toalla y le pregunté si había dejado de recitar las frases. Asintió con la cabeza mientras sollozaba. Le pregunté por qué. Me contestó que la jefa de celda le había dicho que alguien la había denunciado y amenazado con decírselo al guardia encargado si no dejaba de murmurar. Como no quería asumir su responsabilidad, la jefa de celda no le permitió seguir recitando.

Le dije: "Sabes que esto es bueno, ¿por qué vas a hacer caso a los demás? Tu vida está en tus manos. Nuestro Maestro solo mira tu corazón. Si lo recitaras en silencio en tu mente nadie lo notaría".

A partir de entonces, me hizo caso y siguió recitando las frases en su mente todos los días. No volvió a tener convulsiones. Cinco meses después, le dieron el alta.

Una sospechosa de un caso económico plenamente convencida por Dafa

Wei, una sospechosa de un caso económico, fue llevada a la celda un día de agosto de 2021. Era muy rica, orgullosa y arrogante. Se negaba a hacer lo que le ordenaba la jefa de celda. Cuando la jefa de celda la vio ofenderse y contradecir delante de todos, reprendió a Wei y tuvo intención de castigarla. Sintiéndose humillada, impulsivamente, Wei intentó suicidarse. Varias reclusas intentaron disuadirla, pero estaba demasiado alterada para escuchar a nadie.

Me senté a su lado y le hablé de las relaciones predestinadas entre las personas y del principio de "El bien se recompensa, el mal se castiga". Le conté algunas historias sobre la práctica de la Tolerancia y sobre los beneficios de no contraatacar. También le enseñé a recitar y comprender lo que está escrito en Zhuan Falun sobre la tolerancia. Al día siguiente, me dijo que se sentía mucho mejor y que ya no quería suicidarse.

Más tarde seguí aclarándole los hechos, diciéndole que recitando a menudo las frases, podía garantizar su seguridad y recibir bendiciones.

Me dijo que era muy rica y que creía en Buda. Se gastó algo más de cuatro millones de yuanes en construir un pequeño templo en las montañas cercanas. También dedicaba mucho dinero a contribuir al bienestar público. Le parecí muy simpática y me invitó a visitar su templo cuando nos pusieran en libertad. Me negué amablemente y le dije que practicaba Falun Dafa. También compartí con ella algunos contenidos de Zhuan Falun. Cuando vi que me escuchaba atentamente, le pregunté: "¿Puedes iluminarte sobre los significados profundos de ello?". Ella respondió pensativa: "Tú practicas la Gran Vía, yo cultivo una pequeña vía. ¿Puedo aprender también Dafa? Después de pedirme mi dirección, me dijo que me buscaría para aprender los ejercicios cuando la pusieran en libertad.

En las dos semanas que estuvimos juntas, le enseñé a recitar Ser un humano y En el Dao de Hong Yin, y Grado de Consciencia y "Cuando el Fa es recto" de Escrituras esenciales para mayor avance. En dos semanas, experimentó enormes transformaciones mentales y físicas. Su piel se volvió delicada y se llenó de paz. Consiguió desprenderse de su odio y pidió perdón a la jefa de la celda.

La jefa de la celda grita en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno! Falun Dafa es bueno!".

La actual jefa de celda fue trasladada a esta celda en abril de 2021. Regañaba y castigaba a las internas con frecuencia, haciendo que todas se sintieran inseguras, cautelosas y temerosas de hablar. El ambiente en la celda era muy deprimente y tenso.

Cuando Wei entró en conflicto con ella y se resistió a su orden intentando suicidarse, la jefa de celda se puso muy nerviosa y le preocupaba que tomaran represalias contra ella o que la destituyeran de su cargo. Más tarde, cuando Wei se disculpó, se relajó. Comprendió que yo había utilizado los principios de Dafa para iluminar a Wei respecto a su resentimiento y odio, a fin de resolver los agudos conflictos entre ellas y aliviar la tensa atmósfera de la celda. A partir de entonces, empezó a salvaguardar a Dafa en todo lo que hacía.

Un día, la jefa de la celda dijo a las reclusas que yo era la única que practicaba verdaderamente Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Yo dije: "No he alcanzado el estándar establecido en el libro de Dafa". La jefa de celda preguntó con curiosidad: "¿Qué dice el libro?".

El Maestro Li dijo:

"Todos saben que después de alcanzar ese nivel de luohan, al encontrarse con cualquier suceso no se lo guarda en el corazón…" (Novena Lección, Zhuan Falun).

Le dije: "A veces parecía que no me alteraba, pero no me sentía equilibrada en mi corazón". Ella dijo: "¡Qué reino tan elevado! ¿Qué clase de libro es este? Cuando salga, tengo que echarle un vistazo".

Un día, la jefa de la celda estaba enferma en la cama. En ese momento, había dos reclusas sentadas en la cama charlando. Una de ellas hizo comentarios negativos sobre Falun Dafa. La nueva jefa de celda se dio la vuelta de repente y les regañó en voz alta: "¡No digan tonterías! ¡Falun Dafa es bueno! ¡Falun Dafa es bueno! Pidan disculpas a la tía de Falun Dafa". Entonces ambas se sonrojaron y me dijeron: "Tía, es culpa nuestra. Por favor, perdónanos". Les dije: "Falun Dafa enseña a la gente a buscar la bondad. Es virtuoso, y enseña a la gente a ser buena siguiendo Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Por favor, no escuchen la propaganda del PCCh. Es el Partido del mal el que realmente está socavando a nuestra nación y a nuestro pueblo. ¿No es la causa de tu falta de moderación moral y tu encarcelamiento a tan temprana edad? Por favor, recuerda las frases. Entonces recibirás buena fortuna".

Después de eso, le dije a la jefa de la celda: "¡Gracias! Bien hecho. Déjame decirte... Cuando termines de recitar las frases 100 veces, te recuperarás de tu enfermedad". Ella asintió con la cabeza: “¡Te creo, las recitaré!”.

Tras un año y dos meses de reclusión ilegal, la noche antes de que me pusieran en libertad, la jefa de celda sacó los bocadillos que había comprado para compartirlos con todas. Celebró una fiesta de despedida y me dejó ser la primera en dar un discurso de despedida. Con sentimientos encontrados, miré a todas las de la celda y les recordé: "Por favor, recuerden las frases de Falun Dafa. Gracias". En ese momento, la jefa de la celda gritó: "¡Por favor, levanten todas la mano! Síganme para decir en voz alta: ¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Al instante, la recitación de "Falun Dafa es bueno, y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" resonó en el cielo y se hizo eco en toda la sección femenina del centro de detención.