(Minghui.org) La Sra. Wang Yuhe desarrolló hipertensión severa y trombos (coágulos de sangre en el cerebro) mientras cumplía una sentencia de tres años por practicar Falun Gong, pero las autoridades penitenciarias se han negado a ponerla en libertad condicional médica.

Según el Punto 5 del Artículo 1 de los "Dictámenes sobre la ulterior regulación de la ejecución temporal de la pena fuera de prisión", los presos mayores de 65 años pueden ser puestos en libertad condicional y cumplir la pena fuera de prisión si no pueden realizar ninguna de las cinco actividades cotidianas siguientes: comer, darse la vuelta, ir al baño, vestirse y caminar.

La Sra. Wang, de 82 años, tiene paralizado un lado del cuerpo y no puede valerse por sí misma. Sin duda cumple los requisitos para obtener la libertad condicional y cumplir sentencia fuera de prisión, pero las autoridades penitenciarias amenazaron con revocar los privilegios de visita de su familia cuando su hija, la Sra. Sun Caiyan, también practicante de Falun Gong, presentó una solicitud para que la pusieran en libertad condicional por motivos médicos.

Las Sras. Wang y Sun, ambas de la ciudad de Dalian, provincia de Liaoning, son viudas. El esposo de la Sra. Sun, que también practicaba Falun Gong, murió a los 51 años en 2021 tras repetidas detenciones y torturas por su fe. Le precedieron su padre y su suegro (esposo de la señora Wang), que murieron en 2016 y 2019, respectivamente, tras vivir con miedo cuando sus seres queridos eran perseguidos.

A la Sra. Sun ahora le preocupa perder también a su madre a causa de la persecución.

La Sra. Sun recuerda que, cuando su madre era aún joven, sufría una hernia discal y ciática. Probó todo tipo de tratamientos, pero fue en vano. Poco después de empezar a practicar Falun Gong en 1996, se recuperó y se hizo cargo de muchas tareas domésticas.

Cuando comenzó la persecución en 1999, las autoridades acudían a menudo a acosarles. Temiendo ser perseguida, su padre obligó a su madre a renunciar a Falun Gong. Pero poco después, la Sra. Wang empezó a perder la vista en un ojo. Fue a ver a un médico de medicina china, pero después de tomar la medicina prescrita, no podía mover las piernas. Preocupado por su salud, su esposo accedió a que volviera a practicar Falun Gong. En menos de una semana, se recuperó.

Como la Sra. Wang se ha beneficiado tanto de la práctica de Falun Gong, sigue comprometida, por lo que las autoridades la han perseguido repetidamente.

La Sra. Sun dijo: "He oído que los detenidos en el mismo pabellón que mi madre son también practicantes ancianos de 70, 80 o incluso cerca de 90 años. Son como mi madre, que ha sido sentenciada por defender su fe. Me preocupo por mi madre todos los días. Con sus graves síntomas y las malas condiciones en la cárcel, no sé cómo podrá sobrevivir. Me preocupa mucho que un día no pueda aguantar más y colapse. Podría morir en cualquier momento".

Detención y sentencia

El último suplicio de la Sra. Wang se derivó de su detención el 21 de julio de 2014, cuando acompañó a su esposo al hospital dental local para instalarle una corona. La policía también detuvo a la Sra. Sun ese mismo día. El domicilio de ambas fue saqueado.

Mientras que la Sra. Wang quedó en libertad bajo fianza el 19 de agosto de ese año, la Sra. Sun permaneció detenida y fue sentenciada a tres años y tres meses por el Tribunal del distrito de Shahekou. Fue trasladada a la Prisión de Mujeres de la provincia de Liaoning el 30 de junio de 2015. Un día después, la Sra. Wang fue sentenciada a tres años por el mismo Tribunal. Debido a su hipertensión y a los síntomas de apoplejía, no se le exigió que empezara a cumplir sentencia inmediatamente. Para evitar que la llevaran a prisión, decidió vivir lejos de casa y se escondió.

Tras vivir en otro lugar durante tres años, la Sra. Wang regresó a casa en 2018. La policía y los miembros del personal del Comité Residencial no tardaron en enterarse y comenzaron a acosarla.

El esposo de la Sra. Wang estaba delicado de salud y dependía de ella para su cuidado. Debido a los arrestos, la detención y el acoso a su esposa e hija, no estaba bien atendido y se encontraba bajo una tremenda presión y atemorizado. Su salud fue empeorando hasta que falleció en 2019. Dos años después de su muerte, el esposo de la Sra. Sun, el Sr. Guo Qi, también murió debido a la presión mental de la persecución.

Aunque el juez Li Bianjiang, que sentenció a la Sra. Wang en 2015, se había jubilado, su sucesor el juez Sun Xihe ordenó al agente que volviera a detener a la Sra. Wang. El 14 de octubre de 2021, Liu Yu y otro agente de la Estación de Policía de Heishijiao detuvieron a la Sra. Wang en casa de su hija. Cuando la Sra. Sun acudió al Tribunal para exigir la liberación de su madre, el juez Sun se negó a permitirlo y alegó que sólo cumplía la ley.

Tras pasar dos meses y medio en el centro de detención, la Sra. Wang fue trasladada a la Prisión de Mujeres de la provincia de Liaoning el 31 de diciembre de 2021.

Cada vez que la Sra. Sun iba a visitar a la Sra. Wang, siempre estaba tan débil que había que llevarla en silla de ruedas hasta la entrada de la sala de visitas. Luego se levantaba y caminaba lentamente por sí sola hasta la ventanilla de visitas.

En abril de 2023, la oficina de la Seguridad Social empezó a suspender la pensión de la Sra. Wang, alegando una nueva política según la cual los practicantes de Falun Gong encarcelados por su fe no tienen derecho a ninguna prestación de jubilación, a pesar de que ninguna ley laboral china estipula tal cosa.

Cuando la Sra. Sun fue a la prisión a visitar de nuevo a la Sra. Wang el 14 de junio de 2023, quedó desolada al ver que la Sra. Wang tenía problemas para caminar. Los zapatos le quedaban grandes. La Sra. Wang le dijo a su hija que la habían castigado por no acabarse la comida. Compró un par de zapatos nuevos, pero aún no habían llegado. Como no querían que la Sra. Wang siguiera hablando de los abusos que sufría, los guardias dieron por terminada la reunión en diez minutos.

El 9 de agosto de 2023, la Sra. Sun solicitó a la prisión la libertad condicional médica de la Sra. Wang, pero una guardia apellidada Li la rechazó. También amenazó a la Sra. Sun con prohibirle llamar o visitar a la Sra. Wang si mencionaba algo relacionado con Falun Gong en la llamada o durante la visita.

Hija y su difunto esposo perseguidos

Mientras se preocupa por su madre en prisión, la Sra. Sun también tiene su propia triste historia que contar en la persecución de su fe compartida en Falun Gong. Antes de su propia detención y sentencia en 2014, la Sra. Sun y su esposo ya habían soportado más de diez años de represión y terror.

En agosto de 1999, la Sra. Sun, su entonces prometido, el Sr. Guo, y varios otros practicantes fueron detenidos por hacer los ejercicios de Falun Gong al aire libre. La policía obligó al padre del Sr. Guo a firmar declaraciones en su nombre en las que renunciaba a Falun Gong y prometía no ir a Beijing a hacer llamamientos en favor de Falun Gong. Mientras que el Sr. Guo fue puesto en libertad, la Sra. Sun fue llevada a un centro de rehabilitación de drogadictos y detenida hasta octubre de ese año.

El Sr. Guo y la Sra. Sun se casaron después de que la Sra. Sun fuera puesta en libertad. En enero de 2000, fueron a Beijing para hacer un llamamiento en favor de Falun Gong y fueron detenidos de nuevo. Al igual que la vez anterior, el Sr. Guo fue liberado después de que sus padres pagaran a la policía una gran multa y la Sra. Sun fue detenida durante unas semanas más.

El 19 de febrero de 2001, el Sr. Guo se encontraba en casa disfrutando de un descanso, cuando su jefe le llamó para pedirle que fuera a la oficina. Acudió, pero fue detenido por los agentes de policía que le esperaban. A las 2 de la madrugada del día siguiente, la policía fue a su casa y abrió la puerta con la llave que le habían confiscado.

A pesar de que la Sra. Sun estaba embarazada de nueve meses y daba a luz el 15 de marzo, la policía intentó detenerla. Estaba aterrorizada, en cuclillas en el suelo y llorando: "¿Qué quieren hacer en mitad de la noche? ¿No pueden dejarnos vivir una vida normal?". La policía cedió y no la detuvo.

Al amanecer, la Sra. Sun decidió salir de casa para evitar que la detuvieran. Cuando la policía volvió a las 8 de la mañana, ella ya se había ido. Registraron la casa de la pareja y se llevaron las esterillas de meditación y el incensario.

Más tarde, el Sr. Guo fue sentenciado a tres años de trabajo forzado en secreto, y su familia tuvo que hacer un gran esfuerzo para averiguar dónde estaba.

Dos meses después de que la Sra. Sun diera a luz, ella y su suegra fueron al campo de trabajo con el bebé para visitar al Sr. Guo. Los guardias les ordenaron que firmaran un papel en el que se calumniaba al fundador de Falun Gong o, de lo contrario, no podrían visitarlo. La Sra. Sun se negó a firmar la declaración, pero la madre del Sr. Guo, que echaba mucho de menos a su hijo y no practicaba Falun Gong, la firmó y entró con el bebé para ver al Sr. Guo.

Para intentar obligar al Sr. Guo a renunciar a Falun Gong, los guardias lo desnudaron y lo azotaron con una porra con pinchos, le aplicaron descargas eléctricas en las partes sensibles con varias picanas y lo alimentaron a la fuerza. Estaba cubierto de sarna. También presentaba edema generalizado, así como dificultad para respirar y orinar.

Los guardias llevaron al Sr. Guo a un hospital en febrero de 2002. El médico le diagnosticó glomerulonefritis aguda (inflamación de los pequeños filtros de los riñones) y dijo que podía morir en cualquier momento. Los guardias llamaron a su familia. En cuanto llegaron, los guardias huyeron y dejaron a su familia pagando la factura médica.

Tras 19 días de tratamiento, el Sr. Guo recibió el alta y regresó a casa. Los guardias siguieron acosándolo e intentaron devolverlo al campo de trabajo. Para evitar más persecuciones, el Sr. Guo y la Sra. Sun se marcharon solos y no se atrevieron a volver a casa para visitar a sus padres y a su hija recién nacida.

La pareja no regresó a casa hasta 2008. Para entonces, el padre del Sr. Guo ya sufría de Parkinson. Con los meticulosos cuidados de la pareja, mejoró mucho. Pero el anciano sufrió un duro golpe cuando la Sra. Sun y su madre fueron detenidas el 21 de julio de 2014, y quedó completamente postrado en cama. El Sr. Guo era el único que quedaba en casa para cuidar de su propio padre y su suegro, así como de su hija de 13 años y su hijo de 5 años. Su padre nunca se recuperó y falleció en junio de 2016.

El día antes de que finalizara la sentencia de la Sra. Sun, en octubre de 2017, el Sr. Guo fue citado en la estación de policía, donde la policía le ordenó que llevara a la Sra. Sun a verlos tras su puesta en libertad.

El Sr. Guo no cumplió y encontró un lugar para que la Sra. Sun se escondiera. Estaba tan débil que tuvo que hacer una pausa después de caminar sólo unos pasos. Después de enviar a sus hijos a la escuela por la mañana, el Sr. Guo iba a cuidar de la Sra. Sun hasta que llegaba la hora de recoger a sus hijos.

Dos meses después de que la Sra. Sun regresara a casa, la policía y los miembros del Comité Residencial siguieron acosándoles. El Sr. Guo hizo todo lo que pudo para proteger a la Sra. Sun.

Años de soportar una enorme presión mental hicieron mella en la salud del Sr. Guo. Enfermó de septicemia, le fallaron los órganos internos y falleció en el hospital el 15 de junio de 2021.

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