(Minghui.org) Es bien sabido que muchos funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) son corruptos. Pero de lo que la gente puede no haberse dado cuenta es que la corrupción es un subproducto inevitable del régimen totalitario del PCCh. Como se resume a continuación, los principales líderes del PCCh, desde Mao Zedong hasta Jiang Zemin, han estado engañando a los ciudadanos con mentiras. Las mentiras han sido repetidas tantas veces que mucha gente ni siquiera piensa que son mentiras, como el cuento popular El traje nuevo del emperador del autor danés Hans Christian Andersen.
Jiang Zemin: sobornos monetarios y corrupción moral
Con el lema de “mantenerse callado mientras se hace fortuna”, Jiang llevó a los funcionarios del PCCh a la corrupción. Según Da Cankao (la Gran Referencia) de disidentes en el extranjero (edición de mayo de 2003, Nro. 1918), Jiang tenía una cuenta secreta en un banco suizo con 350 millones de dólares estadounidenses. También era dueño de una mansión en Bali, Malasia, regalo de Tang Jiangxuan, exministro de Relaciones Exteriores, que valía casi US $ 10 millones en la década de los noventa.
Según la revista Open de Hong Kong, el Banco de Pagos Internacionales descubrió en diciembre de 2002 un fondo no reclamado de más de 2,000 millones de dólares en fugas de capital de China. Más tarde Liu Jinbao, CEO del Banco de China (1997 - 2003) fue arrestado por soborno y admitió que el fondo era de Jiang Zemin. Antes del 12.º Congreso Nacional del PCCh en 2002, Jiang transfirió el dinero al extranjero en caso de que tuviera que salir de China.
Numerosas fuentes estiman que la familia de Jiang, incluidos su hijo y su nieto, podrían tener una fortuna de 1 billón de dólares estadounidenses.
Gobernando con corrupción
Después de ascender a la posición más alta del PCCh desde el derramamiento de sangre de la Masacre de la Plaza de Tiananmen en 1989, Jiang no tenía credibilidad ante los ojos de altos funcionarios y ciudadanos comunes. Para ganarse su lealtad, permitió que los funcionarios acumularan riquezas aceptando sobornos y/o usando su poder como palanca en los tratos comerciales. También los guió para entregarse a un estilo de vida promiscuo.
Bajo su liderazgo, muchos funcionarios de nivel inferior sobornaron a sus superiores para obtener ascensos u otros avances profesionales. Después de que Xia Deliang, secretario del partido del Distrito de Nan'an en Chongqing, fuera arrestado en marzo de 2012, admitió haber dado 30 millones de yuanes (unos 4,53 millones de dólares) a Gu Kailai (la esposa de Bo Xilai) para convertirse en vicealcalde. Después de que Bo fue depuesto en marzo de 2012, los investigadores descubrieron que él y su esposa habían recibido alrededor de mil millones de yuanes (unos 151 millones de dólares) por promover a funcionarios. Asahi Shimbun informó que se descubrió que la pareja transfirió US $ 6 mil millones al extranjero en activos ilegales.
Decadencia moral
Además de amasar riquezas ilegalmente, Jiang y sus seguidores también atacaron a Falun Gong, un sistema de meditación pacífico basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Como resultado, un número incalculable de practicantes de Falun Gong han sido detenidos, encarcelados y torturados. Cuando los funcionarios son recompensados por perseguir a practicantes inocentes con brutalidad y mentiras, la sociedad en su conjunto enfrena una terrible consecuencia.
Al igual que Bo Xilai, el exsecretario del partido del Comité Central de Asuntos Legales y Jurídicos (PLAC), Zhou Yongkang, también fue un represor clave que siguió la política de persecución de Jiang contra Falun Gong. Se informó que Zhou tenía control sobre la industria petrolera. Después de que el ex viceministro de Seguridad Pública, Zheng Shaodong, fuera arrestado, dijo que Zhou y su hijo, Zhou Bin, también habían hecho una gran fortuna.
Se informó que Zhou Bin tenía activos por valor de 20,000 millones de yuanes (unos 3.020 millones de dólares), la mayoría de los cuales fueron obtenidos a través de Bo Xilai. Bo una vez le dio a Zhou Bin un proyecto por valor de 40 mil millones de yuanes (unos 6.040 millones de dólares) y este último se embolsó casi 10 mil millones de yuanes (1.510 millones de dólares).
Mao Zedong: astronómicas regalías por sus publicaciones
Según la revista Zhengming de Hong Kong, el Comité Permanente del Politburó Central del PCCh publicó un anuncio en julio de 2002 afirmando que las regalías editoriales de Mao Zedong de 142.51 millones de yuanes serían heredadas a su descendencia.
Los internautas cuestionaron que las regalías fueron obtenidas de manera ilegal. De hecho, el Ministerio de Cultura publicó un aviso: “Informe sobre la abolición del sistema de regalías y la reforma completa del sistema de remuneración de los autores” en octubre de 1960 para anular el sistema de regalías. En cambio, a todos los escritores se les pagaría un salario. Dado que Mao tenía un salario (el más alto entre los empleados del gobierno), era ilegal que cobrara regalías.
Además, los escritos de Mao fueron considerados como políticas en la China comunista y la mayoría de las familias poseerían algunas copias según fuera necesario. Es irónico que los campesinos y trabajadores pobres de China tuvieran que estrujar parte de sus limitados ingresos para comprar los escritos de Mao. No solo eso, el pueblo chino no estaba al tanto de las ganancias de Mao por regalías y, en cambio, creía que vivía un estilo de vida "modesto", como lo presenta la propaganda del PCCh.
El absurdo del Gran Salto Adelante
Un ejemplo de la cultura maníaca del PCCh fue el Gran Salto Adelante en 1958. Mientras la gente competía por ser la más correcta políticamente, la producción de cultivos fue exagerada cada vez más. Cuando Mao visitó la aldea de Xinli en Tianjin, le dijeron que el grano cosechado era de 60,000 kilogramos por mu (0,16 acres). Cuando Liu Shaoqi visitó el condado de Xushui, los lugareños dijeron que la cosecha fue de 600,000 kilogramos por mu. Tanto Mao como Liu se rieron y elogiaron a los campesinos por sus "logros".
Muchos líderes del PCCh crecieron en familias de agricultores, incluidos Mao y Liu, quienes sabían que la producción real era inferior a 100 kilogramos por mu en ese momento. Pero cuando los rendimientos de los cultivos se exageraron a un nivel perjudicial, no los cuestionaron, como tampoco los funcionarios locales quienes sabían que todos estos números eran falsos. Pero después de que los campesinos entregaron granos al país y no les quedara nada para ellos (ya que las cifras de las cosechas del gobierno se basaron en números falsos), la siguiente hambruna se cobró decenas de millones de vidas entre 1959 y 1962.
Existen muchos otros ejemplos. En la Campaña Antiderechista de 1957 a 1959, el PCCh se acercó inicialmente a los intelectuales con una actitud “sincera”, buscando críticas al PCCh. Sin embargo, después de que algunos intelectuales cayeron en la trampa e hicieron críticas constructivas, el PCCh usó sus comentarios como evidencias en su contra. Apodada la trampa como yang mou (conspiración abierta), Mao reprimió con éxito a cientos de miles a millones de intelectuales. La represión fue tan dura que muchas personas no se atrevieron a expresar sus propios pensamientos posteriormente.
Cuando los “Sirvientes” están en el poder
Desde Karl Marx hasta el PCCh, los líderes comunistas siempre han afirmado que los ciudadanos comunes son los verdaderos amos del país, mientras que los funcionarios son solo “sirvientes”. Aunque dicha propaganda ayudó al PCCh a ganarse la confianza y tomar el poder, solo unos años después de que asumió el poder en 1949, los ciudadanos comunes descubrieron que la tierra confiscada a los terratenientes por el PCCh y “dada” a ellos, les fue confiscada nuevamente por el PCCh. Además, han sido controlados y acosados sin derechos humanos por los llamados “sirvientes”.
Diferencias entre clases
Aparte de China, pocos países tienen un sistema de registro de hogares que dificulta la migración de los residentes rurales a las zonas urbanas. En China, el sistema de registro de hogares está diseñado para que la población rural sirva de apoyo a la población urbana, a la que se le da un trato preferencial. Este sistema “similar a una casta” es una táctica destinada a hacer que la población urbana agradezca el privilegio otorgado por el PCCh, considerando que la población urbana es más propensa a perturbar la estabilidad social.
Aunque la teoría del comunismo de Marx afirma acabar con la desigualdad, una vez en el poder el PCCh creó diferentes clases sociales, como se mencionó antes, para controlar a las personas con presión constante y confianza en el Partido.
Con la reforma económica de finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, los agricultores pudieron cultivar con motivación sus propias tierras contratadas y sus vidas mejoraron. La privatización de las empresas y la entrada de inversiones extranjeras permitieron que muchas personas se enriquecieran. La “superioridad de la propiedad pública [comunista]” resultó ser una mentira. E incluso los empleados del gobierno renunciaron a sus trabajos y se fueron a hacer negocios para tener una vida mejor.
Pero esto fue visto como una amenaza para el régimen totalitario del PCCh, incluido Jiang, todos los cuales tenían que ser los más ricos y tener el mayor poder. El PCCh vendió o reestructuró algunas empresas estatales mientras controlaba algunas industrias clave con poder de monopolio, como el petróleo, la electricidad, el agua, la tierra, el gas, el transporte y las telecomunicaciones. Al mismo tiempo, la industria médica y la educación también fueron industrializadas mediante el control directo o indirecto de los funcionarios del PCCh. De esta manera el PCCh podía ejercer control sobre casi todo, incluidos los precios de la vivienda. Mientras los propietarios de viviendas deben enormes hipotecas y la gente lucha para llegar a fin de mes, los funcionarios del gobierno disfrutan de privilegios y beneficios incomparables con altos salarios, buena atención médica y atractivos ingresos grises. A medida que un gran número de funcionarios se corrompieron, también suprimieron sistemas religiosos como Falun Gong, llevan vidas promiscuas, tienen amantes y violan sexualmente a mujeres, incluidas niñas.
En conjunto, el PCCh reprime a los ciudadanos con brutalidad y los engaña con mentiras. Los funcionarios del PCCh amasan fortunas a través del soborno, destruyen valores morales, abusan de mujeres, incluidas niñas, e incluso asesinan a practicantes de Falun Gong por sus órganos. El PCCh es dañino para China y para el mundo, y necesitamos una sociedad sin comunismo.
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