(Minghui.org) Mientras la gente en todo el mundo celebró libremente el Año Nuevo sin mayores preocupaciones por los brotes de COVID, los ciudadanos chinos están profundamente sumidos en un tsunami de casos positivos después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) puso fin abruptamente a su política de cero COVID sin previo aviso ni plan de salida. Desde ciudadanos comunes hasta funcionarios del gobierno, luchan por valerse por sí mismos mientras el sistema sanitario chino está sometido a una enorme presión y los crematorios se ven desbordados por el aumento de muertes por COVID.

Un anciano de 90 años camina dos horas para comprar medicinas

Tras infectarse con COVID, un anciano de 90 años que vive solo en el campo en el suroeste de China tuvo que caminar dos horas para comprar medicinas, según Radio Free Asia. Otro anciano dijo al reportero: "Casi todo el mundo está infectado en el pueblo".

Handan, una gran ciudad de la provincia de Hebei que limita con las provincias de Shanxi, Shandong y Henan, también experimentó un fuerte aumento de los casos de COVID. La mayoría de los casos positivos se dan entre ancianos, pero también hay algunos residentes más jóvenes. Se agotaron los ataúdes y hubo largas colas ante los crematorios locales. Por ello, algunas familias del campo optaron por enterrar en secreto los cadáveres de sus seres queridos por la noche.

Un condado de otra provincia realizó recientemente una encuesta en las escuelas locales. Cerca del 83% de los profesores y el 79% de los alumnos estaban infectados. La mayoría presentaba síntomas graves: algunos tenían dolores insoportables en los huesos, otros fiebre alta que duraba días, y algunos se debilitaron mucho y perdieron más de 5 kilos en pocos días. Mirando hacia atrás, muchos se arrepienten de haber confiado en los supuestos expertos aprobados por el PCCh que decían que la enfermedad era tan leve como un resfriado común. "No sabrás lo terrible que es hasta que lo experimentes", dijo una persona.

Muertes de funcionarios del PCCh y profesores universitarios

Varios funcionarios del PCCh han fallecido recientemente a causa del COVID, entre ellos Lu Shujin (funcionario del Departamento de Policía de Wuhan, en la provincia de Hubei), Yang Cheng (ex vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan), Fang Li (ex subdirector del Congreso del Pueblo de Jinan, en la provincia de Shandong) y otros.

Wang Huaijin, exsecretario del Partido del Distrito de Xiqing, en Tianjin, murió el 25 de diciembre. Como presidente de la denominada Asociación Antisectas de Tianjin, Wang participó activamente en la represión a Falun Gong. Shi Hongxing, juez del Tribunal del Distrito de Tianxin, en la ciudad de Changsha, provincia de Hunan, murió a los 37 años.

Varios profesores universitarios también han fallecido a causa del virus. Los obituarios de la Universidad Tecnológica de Wuhan, en la provincia de Hubei, mostraban que el exsecretario del Partido de la institución, Li Deyang, había fallecido a los 85 años en el Hospital de la Unión de Wuhan. Según la información publicada en Minghui.org, Li fue durante mucho tiempo miembro de la Asociación Antisectas de Hubei y de la Oficina 610 de Hubei, lo que demostraba su profunda implicación en la persecución a Falun Dafa.

Chen Hanmin, profesor de Bellas Artes en la Universidad de Tsinghua, falleció el 29 de diciembre. Como fiel miembro del PCCh, Chen participó en el diseño del papel moneda, el símbolo del retorno de Hong Kong a China y el ataúd de cristal de Mao Zedong. Qiu Guanyuan, profesor de ingeniería eléctrica en la Universidad Jiaotong de Xi'an, provincia de Shaanxi, también falleció el 29 de diciembre.

Riesgos mundiales

Más de 10 países han puesto en marcha medidas para mitigar el impacto del aumento de casos de COVID en China. Se trata de Australia, Canadá, España, Malasia, Japón, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India, Corea del Sur, Corea del Norte, Taiwán, Filipinas y Marruecos.

Marruecos anunció el 31 de diciembre la prohibición de viajar a China a partir del 3 de enero. Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores afirmaba que las restricciones se aplicarían a todas las personas procedentes de China, independientemente de su nacionalidad. Ese mismo día, el Ministerio de Sanidad de Filipinas emitió un aviso de extrema urgencia en el que afirmaba que intensificaría la vigilancia de todos los síntomas respiratorios en los pasajeros procedentes de China.

Etienne Decroly, virólogo del Centro Nacional de Investigación Científica francés, declaró que, aunque el coronavirus que circula en China sigue siendo la variante ómicron, se desconoce si ha sufrido una mutación durante el brote masivo. En una entrevista concedida al medio de comunicación La Dépeche, Decroly afirmó que es probable que surjan nuevas variantes durante una propagación tan rápida e intensa.

Preguntas sin respuesta

Debido al elevado número de casos graves, el sistema médico de la provincia de Hebei está al borde del colapso. Este virus no parece ser la variante ómicron, sino "más bien, es similar a lo que le ocurrió en Wuhan en el brote inicial de 2020", dijo un médico que trabaja en primera línea.

El Dr. Chen, cirujano de un hospital de primer nivel de la provincia de Hebei, dijo que el número de pacientes era demasiado elevado. Con recursos limitados, su hospital estaba al borde del colapso. "Las clínicas y los servicios de urgencias del hospital están todos abarrotados como un mercado de agricultores", dijo. "Tanto los médicos como las enfermeras están agotados. Aparte de los pacientes de COVID, sigue habiendo operaciones programadas. Algunos médicos llevan mucho tiempo con fiebre y tienen que operar".

Tras reunirse con funcionarios chinos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado el 30 de diciembre. "La OMS volvió a pedir que se compartan regularmente datos específicos y en tiempo real sobre la situación epidemiológica -incluidos más datos de secuenciación genética, datos sobre el impacto de la enfermedad -incluidas hospitalizaciones, ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) y muertes- y datos sobre las vacunas administradas y el estado de vacunación, especialmente en personas vulnerables y mayores de 60 años", decía el comunicado.