(Minghui.org) La Prisión de Lanzhou se ha utilizado como la principal cárcel de la provincia de Gansu para recluir a los practicantes masculinos de Falun Dafa desde que comenzó la persecución a Falun Dafa en julio de 1999, una antigua práctica china de mente y cuerpo. Los practicantes han sido brutalmente torturados por defender su fe, mientras viven en duras condiciones y son obligados a realizar trabajos muy pesados.

Las autoridades penitenciarias han empleado todos los medios posibles para infligir daño a los practicantes que se niegan a renunciar a su fe, como obligarlos a permanecer de pie durante largos periodos de tiempo, trabajar en doble turno de noche, darles raciones de comida más pequeñas, no permitirles comprar en la tienda de la prisión y privarles de visitas familiares o llamadas telefónicas.

Practicantes torturados hasta la muerte

En la Prisión de Lanzhou, muchos reclusos han sido testigos de la despiadada persecución a los practicantes de Falun Dafa.

Algunos reclusos recuerdan que al Sr. Wang Youjiang, un mayor del ejército en la Región Militar de Lanzhou, le rompieron los dientes otros reclusos. El Sr. Wang cumplió dos condenas en la Prisión de Lanzhou, de diez y seis años, y fue sometido a brutales torturas en ambas ocasiones. Fue perseguido hasta morir en 2017 durante su segunda condena. Los detalles de su calvario pueden consultarse en "Comandante del ejército muere a causa de los abusos recibidos mientras cumplía su segunda pena de prisión por su fe".

El señor Jia Chunzhen, del condado de Linxia, fue encarcelado en la Prisión de Lanzhou para cumplir una condena de cuatro años. Como se negó a renunciar a su fe, fue humillado y criticado públicamente en varias ocasiones durante grandes reuniones. Fue perseguido hasta morir en la prisión en marzo de 2022, a la edad de 76 años. Su familia vio marcas de heridas en su cuello y brazos.

Otros casos de persecución

El Sr. Zhang Tianyun, de unos 60 años, de la ciudad de Jiuquan, provincia de Gansu, fue liberado a finales de julio de 2022. Durante su encarcelamiento, el recluso Li Hai y otros reclusos lo golpeaban con frecuencia, causándole un derrame cerebral. Tenía la cabeza ladeada y caminaba cojeando. Incluso cuando era incapaz de valerse por sí mismo debido a sus problemas de movilidad, los guardias lo obligaban a realizar trabajos no remunerados.

El Sr. Song Guoli, de 66 años, del condado de Jingyuan, provincia de Gansu, fue liberado de la Prisión de Lanzhou en julio de 2022, después de cumplir cuatro años y dos meses de condena. Durante su encarcelamiento, fue vigilado y torturado por el recluso Liu Xiaoping, que también lo privó de comida, bebida y sueño.

El Sr. Han Xu, residente en la ciudad de Lanzhou, cumplió una condena de tres años en la Prisión de Lanzhou. Él insistió en que no había cometido ningún delito y se negó a realizar trabajos o a responder al llamado de lista. Los guardias tomaron represalias obligándolo a permanecer de pie por más de diez horas al día durante más de 30 días. Durante más de medio mes solo le daban panes al vapor en cada comida, sin arroz ni verduras.

El Sr. Hong Liang, de alrededor de 50 años, del condado de Zhangjiachuan, en la provincia de Gansu, está recluido en la Prisión de Lauzhou para cumplir una condena de cuatro años y medio, tras su detención en agosto de 2020. Con frecuencia lo llevan a una habitación del taller durante las horas de trabajo para estudiar materiales que difaman a Falun Dafa y luego lo encierran en una pequeña celda para continuar su estudio después de trabajar unas horas, hasta que llega la hora de dormir.

Además del Sr. Hong, los siguientes practicantes aún están encarcelados en la Prisión de Lanzhou:

- El Sr. Wei Junren, de unos 40 años, del condado de Jingchuan, provincia de Gansu, fue detenido el 13 de agosto de 2002 y condenado a 20 años el 27 de octubre de 2002 por el Tribunal de Chengguan.

- El Sr. Jin Jilin, de unos 50 años, del condado de Yuzhong, provincia de Gansu, fue detenido en 2015 y condenado a siete años de prisión por el Tribunal del Condado de Yuzhong en junio de 2016.

- El Sr. Li Fubin, de 71 años, residente en la ciudad de Lanzhou, fue detenido en septiembre de 2016 y condenado a seis años de prisión.

- El Sr. Li Jiankui, de 72 años, del condado de Linxia, provincia de Gansu, fue detenido el 25 de noviembre de 2020. Se desconoce su pena de prisión.

- El Sr. Song Zongxiao, de 71 años, de la ciudad de Linxia, provincia de Gansu, fue detenido en abril de 2020 y condenado a tres años y medio de prisión a finales de diciembre de 2020.

- El Sr. Zhao Yujie, de unos 45 años, de la ciudad de Linxia, fue detenido en febrero de 2020 y condenado a nueve años y medio de prisión en noviembre de 2020.

- El Sr. Chen Yongsen, de unos 65 años, es discapacitado con visión borrosa. Fue detenido en febrero de 2020 y condenado a nueve años de prisión en noviembre de 2020.

- El Sr. Liu Shiyi, de 58 años, del condado de Qingcheng, provincia de Gansu, fue detenido el 25 de marzo de 2020 y condenado a tres años de prisión por el Tribunal del Condado de Qingcheng en enero de 2021.

Pésimas condiciones y trabajos forzados

La prisión está dividida en dos áreas, la de trabajo y la de residencia. Las condiciones en la zona de residencia son malas, hay más de 3.000 reclusos en cinco edificios. Cada planta alberga a unas 150 personas, equipadas con solo seis grifos y seis retretes en cuclillas. Hay largas colas cada mañana.

Los reclusos se levantan a las 6 de la mañana y solo tienen 45 minutos para asearse, desayunar y limpiar la habitación. Antes de salir a trabajar, tienen que cantar canciones para alabar al Partido Comunista. Antes de atravesar las puertas para entrar a la zona de trabajo, tienen que gritar "El Partido Comunista es bueno, el socialismo es bueno" para que puedan pasar.

Los reclusos están obligados a trabajar de 7:00 a 18:30 con una hora de descanso para comer, lo que supone un total de 10,5 horas diarias. Es habitual que hagan horas extras, normalmente hasta las 21:00. El reglamento de la prisión estipula que los reclusos pueden trabajar hasta cinco días a la semana. Sin embargo, la prisión de Lanzhou ha obligado a los reclusos a trabajar seis días a la semana y a menudo ha acortado o cancelado las fiestas nacionales.

La Prisión de Lanzhou obliga a todos los reclusos a realizar trabajos, incluidos los que tienen graves discapacidades físicas y los que son ancianos y están enfermos. Los tipos de trabajo incluyen labores pesadas o la confección de ropa, como pantalones cortos que se exportan a Japón, pantalones de carga para New Yorker Fashion Logistics GmbH & KG que se exportan a Kiel, Alemania, y chalecos para Royal Mail del Reino Unido.

El pago a los reclusos es muy bajo. Incluso un trabajador cualificado que hace horas extras solo cobra unos 50 yuanes (7,40 dólares) al mes.

Las pesadas cargas de trabajo han causado en muchos reclusos problemas de columna lumbar, cervical o hemorroides, pero la atención médica que reciben es muy limitada. Algunos médicos de la prisión son veterinarios que no escuchan la descripción de los síntomas de los propios reclusos y les recetan medicamentos incorrectos. Los reclusos tienen que seguir trabajando aún si se encuentran en mal estado para reducir sus penas de prisión.

Los entornos de los talleres están llenos de contaminación química y los reclusos no reciben ninguna protección, ni siquiera mascarillas. En uno de los pabellones, los reclusos pueden beber un vaso de agua y usar el baño una vez por la mañana, a las 9:30, y otra vez por la tarde, a las 15:30. Los reclusos tienen que permanecer sentados en sus asientos incluso cuando no tienen carga de trabajo.

Los reclusos deben declararse como "delincuente tal y tal" en voz alta cuando se presentan ante los guardias, antes de ponerse en cuclillas para hablar. Cualquier petición o solicitud por escrito también debe incluir explícitamente "criminal" antes de sus nombres. Algunos reclusos han intentado denunciar los maltratos, pero los guardias no les dan ningún canal para hacerlo.

La prisión también encarcela a más de un centenar de presos extranjeros, en su mayoría procedentes de Pakistán y Afganistán. Son trasladados desde prisiones de la provincia de Xinjiang, ya que las autoridades intentan encubrir los maltratos que sufren los uigures en esa zona.

A las familias de estos presos extranjeros no les permiten enviar dinero. Sus condiciones de vida son aún más miserables que las de los reclusos chinos nativos, ya que solo tienen su pago mínimo, que no alcanza para comprar nada. Muchos de ellos padecen diversas enfermedades graves sin tratamiento médico y algunos están tan débiles que no pueden caminar sin ayuda o lo hacen muy lentamente.

Los internos que llevan chalecos amarillos son los ayudantes de los guardias. Están autorizados a participar en la organización del pabellón. Algunos jefes han abusado de su poder y han intimidado a otros reclusos. Por ejemplo, Li Xiaopeng, el asistente jefe del pabellón 14, era responsable de la formación de los nuevos internos. Castigaba a los nuevos internos a su antojo, obligándolos a permanecer de pie durante todo el día, haciendo dobles turnos por la noche y no les permitía sentarse excepto para dormir. Cuando llegó el equipo de inspección, se quitó el chaleco amarillo y se mezcló con el resto de los reclusos.

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