(Minghui.org) Mi padre nació en los años 30 en una familia pobre. Después de casarse, él y mi madre tuvieron seis hijos. Mi hermano menor y yo teníamos muy mala salud. Probamos muchos tratamientos médicos occidentales y chinos, pero nada nos ayudó. Después de comenzar a practicar Falun Dafa, tanto mi hermano como yo empezamos a tener buena salud.

En julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) inició la persecución a los practicantes de Falun Dafa. Nos persiguieron a mi hermano y a mí por mantenernos firmes en nuestra práctica.

Aquí me gustaría compartir algunas historias sobre mi padre, que pasó de apoyar inicialmente a Falun Dafa, a estar en contra, y finalmente a practicar Falun Dafa.

"Tu familia tiene dos practicantes de Falun Dafa. Eso es increíble".

Yo tenía un puesto de libros. Como mis padres eran del campo y no tenían ingresos estables, les cedi mi puesto de libros.

Mi padre estaba interesado en El Libro de los Cambios, el Fengshui y la adivinación. En los años 90, cuando el qigong se hizo popular, había todo tipo de libros de qigong en el puesto de libros de mi padre. Pero los libros que más se vendían eran los de Falun Dafa.

A través del boca a boca sobre lo maravilloso que es Falun Dafa, cada vez más gente empezó a practicarlo. Mi hermano y yo también empezamos a practicar y nuestra salud mejoró. Mi padre estaba muy contento y también animó a mi madre a practicarlo.

Falun Dafa no sólo resuelve los problemas de salud de la gente, sino que eleva su moral al guiarla a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria. Dafa realmente mejora la moral de las personas. Celoso de la popularidad de Falun Dafa, el ex líder del PCCh, Jiang Zemin, inició una brutal persecución de la práctica.

Creyendo en parte las mentiras del PCCh y temiendo en parte, mi padre trató de impedir que mi hermano y yo practiquemos Falun Dafa. Registró mi tienda y la casa de mi hermano, rompiendo todos los libros de Falun Dafa que encontró. Nos golpeó a mí y a mi hermano. Incluso cooperó con la policía local para vigilarnos.

Sin embargo, en su corazón, mi padre sabía que Falun Dafa había mejorado mi salud y la de mi hermano. También nos habíamos convertido en personas compasivas. No nos parecíamos en nada a lo que el PCCh describía en los medios de comunicación. Estaba confundido.

Un día, mientras tomaba el té con unos amigos, uno de ellos le dijo: "Tu familia tiene dos practicantes de Falun Dafa. Eso es increíble".

Al oír el elogio, mi padre se sintió gratificado.

Años después, habló del incidente. "En aquel momento había leído muchos libros de Falun Dafa. Pensé que los libros eran excelentes. Los movimientos políticos del PCCh son ridículos".

El poder de la compasión

Como innumerables practicantes de Falun Dafa, mi hermano sufrió una brutal persecución porque se negó a abandonar su práctica. Durante su detención, la policía instruyó a los prisioneros para que lo golpearan causándole una grave herida en la cabeza. Lo obligaron a llevar ropa fina en el frío intenso del invierno y a sentarse en el suelo de cemento bajo el fuerte sol del verano. Se le privó de dormir. Como consecuencia de las torturas sufridas en la cárcel, el peso de mi hermano descendió a menos de 50 kg. Recuperó su salud practicando Dafa después de ser liberado. Durante su estancia en la cárcel, mi hermano trató a la gente que lo rodeaba con la compasión de un practicante. Muchos presos se sintieron conmovidos por su bondad.

Durante los primeros años de la condena de mi hermano, mi padre se negó a visitarlo. Se creyó las mentiras del PCCh e incluso escribió cartas insultando a mi hermano, alegando que lo estaba "educando".

Las cosas cambiaron después de que un cliente que visitó el puesto de libros de mi padre le dijo que acababa de salir de la prisión en la que estaba mi hermano. "¡Tienes un buen hijo! Es una gran persona". El ex preso le contó a mi padre cómo habían torturado a mi hermano en la cárcel.

Mi padre se enfadó. Se dio cuenta de que el PCCh le había mentido. Lamentó no haber visitado antes a su hijo y no haber sabido lo que sufría en la cárcel.

Mi padre viajó inmediatamente unos cientos de kilómetros hasta la prisión donde estaba mi hermano. Pidió verlo. Pero su petición fue rechazada.

En el caluroso verano, mis ancianos padres de 80 años volvieron a ir a la prisión, pero no les permitieron ver a su hijo.

Un día, mi padre llegó a la prisión a mediodía y le negaron volver a visitar a mi hermano. Estaba desesperado. Vio a un hombre al que obligaban a sentarse con las dos piernas cruzadas bajo el sol abrasador. El hombre parecía muy débil y apenas podía sentarse.

Mi padre pensó: los guardias de la prisión están torturando a un practicante de Falun Dafa, ¡qué crueldad! Llamó a la oficina de la prisión y se quejó de que los guardias estaban torturando a los prisioneros. Su queja fue ignorada. Al volver a casa, mi padre escribió inmediatamente varias cartas a los funcionarios de la prisión, quejándose de las torturas.

Cuando mi padre recibió una llamada de la oficina de administración de la prisión, descargó su ira por teléfono: "¡Diablos! ¿Cómo habéis tratado a mi hijo? Mi hijo es una buena persona. No ha hecho nada malo". Mi padre gritó durante más de 30 minutos y enumeró muchos detalles de las torturas que sufrió mi hermano. El funcionario al otro lado del teléfono se limitó a escuchar en silencio.

Después de eso, los funcionarios de la administración de la prisión suavizaron su actitud. Finalmente, permitieron a mis padres ver a mi hermano. Después de conocer a mi hermano, mi padre dijo a los guardias de la prisión: "¡Piensen en su futuro y dejen una salida para ustedes! La gente practica Falun Dafa en todo el mundo. Un día se corregirán estas injusticias". Los guardias se quedaron muy callados.

Después, cada vez que mi padre veía a los practicantes de Falun Dafa, los saludaba calurosamente y los invitaba a sentarse en su puesto de libros y a charlar con ellos. Su cambio de actitud hacia Dafa trajo consigo cambios positivos en su negocio. El negocio de mi padre empezó a crecer. Un año ganó más de 80.000 yuanes.

Cuando mi hermano salió de la cárcel, mi padre dijo: "Mi hijo es una buena persona. Ha sufrido mucho. Lo cuidaré y le compraré ropa de marca".

Un policía local vino a la librería de mi padre y le dijo que mi hermano no se había registrado en la comisaría. Le advirtió a mi padre que su hijo sería castigado por eso. Mi padre dijo: "Mi hijo es un ciudadano respetuoso de la ley. Sus derechos personales y civiles no deben ser violados. Ustedes lo han perseguido. Lo que han hecho es ilegal".

La fuerte voz de mi padre atrajo a dos transeúntes. Le dijeron a la policía que se fuera: "¡Si hacéis daño a este anciano, sus hijos no os dejarán ir!". Los policías se fueron y no volvieron a molestar a mi padre.

"¡Mi familia tiene Dafa!" Mi padre dijo a otras personas. "Mis hijos no tienen malos hábitos. No fuman ni juegan. Son sensatos y filiales. Estoy bendecido".

Difundiendo las bendiciones de Dafa

Mi padre desarrolló presión arterial alta y fue enviado al hospital. Se mareaba a menudo. Los medicamentos no lo ayudaban.

Mi hermano le sugirió que leyera los libros de Dafa. Después de que mi padre leyo Zhuan Falun y otros libros de Dafa, se arrodilló ante el retrato del Maestro y lloró. Pidió al Maestro que le perdonara porque hace años había roto algunos libros de Dafa y dicho palabras irrespetuosas.

Al día siguiente, la condición de mi padre mejoró y ya no se sentía mareado. Desde entonces, comenzó a practicar Falun Dafa. A menudo se emocionaba hasta las lágrimas cuando leía las nuevas conferencias del Maestro: "¡Lo que dijo el Maestro es tan bueno!"

Un tío mío tenía 90 años y tenía mala salud. Mi padre invitó a mi tío y a mi tía a su casa e intentó hablarles de Falun Dafa. Al principio, mi tío rechazó la idea porque todavía creía en las mentiras del PCCh sobre Falun Dafa. Entonces mi padre les puso grabaciones de las conferencias del Maestro. Después de escuchar las conferencias durante dos días, mi tío y mi tía comprendieron que Falun Dafa es un Fa de Buda de alto nivel. También comenzaron a practicar Falun Dafa.

Después de practicar Dafa, mi padre consideró aún más a los demás. Una vez, él y mi madre tomaron un bicitaxi para visitarme. El conductor quería hacerle un descuento para mayores, pero él se negó. Le explicó: "Practicamos Falun Dafa. No nos enfermamos y tenemos suficiente dinero para nuestros gastos. Los conductores de bicitaxi trabajan mucho y se merecen su sueldo".

Después de empezar a practicar Falun Dafa, mi padre dejó de dibujar símbolos y de hacer adivinanzas. Hace varios años, un empresario inmobiliario tuvo buena fortuna tras consultar a mi padre. Quería ampliar su negocio y vino a ver a mi padre de nuevo para ver sus perspectivas de futuro. Mi padre le habló de sus experiencias después de empezar a practicar Falun Dafa. Le dio al hombre de negocios una tarjeta con información sobre Falun Dafa. En lugar de dibujar un símbolo para que el hombre lo publicara, escribió "¡Falun Dafa es bueno! Verdad - Benevolencia - Tolerancia es bueno" en un cartel rojo y le dijo al hombre que lo pusiera en su pared.

"Esto tiene un poder real", le dijo mi padre. "Esto es lo mejor. Si crees que Falun Dafa es bueno, el Maestro de Dafa te bendecirá".

Mi padre dijo: "No importa cómo funcione mi adivinación, las bendiciones de Falun Dafa son las mejores. Esa es la verdadera esperanza para el futuro".

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