(Minghui.org) Cuando la Sra. Jiang Lanying fue liberada el 18 de enero de 2022, después de cumplir dos años y medio de condena por practicar Falun Gong, su cabello se había vuelto gris, su visión se había vuelto borrosa, sus piernas se habían entumecido y su brazo izquierdo había quedado incapacitado. Todavía no puede levantar el brazo izquierdo.

La Sra. Jiang Lanying antes de que comenzara la persecución.

Desde que el Partido Comunista Chino comenzó a perseguir a Falun Gong, una antigua disciplina espiritual, en julio de 1999, la Sra. Jiang, de 56 años, de la ciudad de Nanchang, provincia de Jiangxi, ha pasado 15 años entre rejas, incluyendo dos condenas en campos de trabajo que suman más de 4 años y tres condenas en prisión que suman 11 años. Incluso durante los años en los que no estuvo encarcelada, se enfrentó a un acoso y vigilancia constantes.

Última detención y sentencia de prisión

La Sra. Jiang fue detenida por última vez el 18 de julio de 2019 por más de 20 agentes de paisano cuando visitaba a otro practicante. Primero fue detenida en la Estación de Policía de Nanzhan. El oficial Zhang tomó su reloj y nunca lo devolvió. Luego fue llevada al Departamento de Policía del Distrito de Xihu y fue interrogada hasta la medianoche antes de ser trasladada al Centro de Detención N.° 1 de la ciudad de Nanchang.

En el centro de detención, la Sra. Jiang tuvo que dormir en el frío y húmedo suelo de cemento. Cuando, meses después, estalló la pandemia de COVID-19, el centro de detención sufrió una grave escasez de alimentos y muchas detenidas, incluida la Sra. Jiang, pasaban hambre.

El Tribunal del Distrito de Xihu programó primero una audiencia virtual para el 14 de junio de 2020. La Sra. Jiang insistió en que no había violado ninguna ley al practicar Falun Gong y se negó a asistir a la audiencia. El juez programó otra sesión para el 7 de julio y la obligó a presentarse a la audiencia. Se negó a aceptar al abogado designado por el tribunal -que tenía instrucciones de declararse culpable por ella- y actuó como su propio abogado.

El juez suspendió la vista antes de que la Sra. Jiang terminara de leer su declaración de defensa. El 22 de octubre la condenó a 2.5 años con una multa de 30.000 yuanes. Ella recurrió ante el Tribunal Intermedio de la ciudad de Nanchang. Aunque su abogado de oficio se declaró inocente en la apelación, el Tribunal Superior decidió mantener la condena original.

Brazo izquierdo inutilizado tras la tortura

La Sra. Jiang fue llevada a la Prisión de Mujeres de la provincia de Jiangxi el 8 de julio de 2021. Nada más llegar, la guardia Zhang Huanhuan ordenó a varias reclusas que la llevaran a una pequeña habitación e intentó obligarla a tomar sus huellas dactilares en una declaración para declararse culpable.

Entre el 17 y el 21 de julio, la guardia Liu Jinfeng ordenó a las reclusas Fang Lingya, Zeng Chunlan y Lai Suhua que la ataran con una camisa de fuerza y la colgaran en el taller durante el día. Por la noche, le separaron los miembros al máximo y la ataron en posición de águila abierta en la cama.

Después de unos días de tortura, los brazos de la Sra. Jiang se hincharon mucho y quedaron lisiados. Le resultaba casi imposible lavarse los dientes.

Las reclusas también la privaron del sueño y no le permitieron lavarse. Con el calor del verano, pronto empezó a oler mal y sus ojos estaban inyectados en sangre.

Más tarde, los guardias le ordenaron que realizara los trabajos forzados. Tanto si iba al taller como a la cafetería, sus pies seguían encadenados. Las reclusas Yang Xinrong y Yao Lingjing le retiraban a menudo la comida, alegando que no había terminado su cuota de trabajo.

Dos meses después, el brazo derecho de la Sra. Jiang empezó a recuperarse, pero el izquierdo seguía hinchado y paralizado. Su mano izquierda estaba muy débil y no podía sujetar nada.

La guardia Liu Jinfeng llevó a la Sra. Jiang al médico de la prisión, de apellido Liu, el 20 de octubre de 2021. El médico le examinó el hombro y el brazo izquierdos, que estaban notablemente más bajos que el lado derecho. El médico dijo que había un gran hueco entre el hombro y el brazo, lo que sugería que estaba dislocado. Al no tener el equipo adecuado, el médico instó al guardia a llevarla a un hospital externo. También le dijo al guardia que no la colgara de los brazos por encima de la cabeza ni los elevara más allá del hombro, pues de lo contrario sus brazos se lesionarían aún más.

En el hospital, el médico le pidió que se examinara ella misma el brazo. Ella dijo que no sabía cómo hacerlo. Sin mirarle el brazo, el médico le dijo que se tomara una radiografía. Al ver la radiografía, el médico afirmó que la afección estaba causada por un hombro congelado, no por una dislocación. La Sra. Jiang trató de explicar cómo había sido torturada, pero el médico insistió en que se trataba de un hombro congelado. El guardia Xiao intervino y dijo que era una "criminal de la culto". El médico dejó de hablar con la Sra. Jiang y se marchó.

De vuelta a la cárcel, fue puesta en cuarentena durante 14 días antes de que se le permitiera volver al taller. Las reclusas Yang Xinrong y Yao Lingjing le dijeron que el guardia Luo Rong había anunciado en toda la prisión que el médico de la cárcel había diagnosticado erróneamente su hombro congelado como una dislocación.

La Sra. Jiang recordó entonces que, antes de ser llevada al hospital, la guardia Liu Jinfeng la amenazó con que no podía decir "tonterías" o se enfrentaría a una tortura más intensa.

El 15 de diciembre de 2021, la guardia Zhang Huanhuan ordenó a las reclusas Yang Xinrong, Li Qiong y Fang Ping que consiguieran la firma de la Sra. Jiang en la declaración preparada para renunciar a Falun Gong. Cuando se negó a cooperar, intentaron sujetarle las manos para que la firmara. Ella se resistió con todas sus fuerzas. Al no poder obligarla, Yang firmó la declaración en su nombre.

Como la Sra. Jiang intentó aclarar los hechos sobre Falun Gong a las guardias y a las reclusas, Liu Jinfeng no la dejó lavarse y la obligó a permanecer de pie frente al baño hasta las 11 de la noche.

Según la Sra. Jiang, todas las practicantes recluidas en la prisión son sometidas a graves torturas por defender su fe. Una de ellas, Chen Yulian, ha desarrollado un cáncer de pulmón en fase avanzada y ahora está desfigurada y demacrada.

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