Torturada y drogada, una mujer de 57 años se queda ciega mientras cumple ocho años de cárcel debido a su fe.

(Minghui.org) Una ciudadana de Bayannur, en Mongolia Interior cumplió una condena de ocho años por su fe en Falun Dafa. La Sra. Wang Lei de 57 años, fue torturada y drogada en la cárcel, en un momento dado se quedó ciega y también tuvo una recaída de su enfermedad mental causada por la tortura durante su anterior encarcelamiento.

Falun Dafa también llamado Falun Dafa es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Los guardias de la cárcel a menudo electrocutaban a la Sra. Wang con una picana eléctrica en la Prisión de Mujeres de Mongolia Interior, cuando ella se negaba a seguir las reglas de la prisión o cuando gritaba “Falun Dafa es Bueno” en protesta por la persecución. No se le permitía hablar con nadie.

Incitada por el guardia Xiao Mei, la reclusa Guo Hongyan a menudo juntaba a otras reclusas para golpearla y maltratarla verbalmente. Los reclusos también la obligaron a estar de pie durante horas, la privaban de sueño y le impedían que comprara para sus necesidades diarias. A otras dos reclusas, Yang Xiuwen y Chang Ruixiang se les asignó la tarea de vigilarla durante las veinticuatro horas.

La Sra. Wang supo que las reclusas le ponían drogas desconocidas en la comida, lo que le causó tener la tensión alta y una afección cardiaca. Después de sufrir torturas diarias durante días, se quedó ciega.

Al inicio de la persecución, era una empresaria que se mudó de Mongolia interior a Beijing, fue arrestada más de diez veces y fue condenada a cuatro penas de trabajos forzados. En 2001 desarrolló un trastorno mental mientras cumplía tres años de trabajos forzados. Dos guardias le aplicaron descargas eléctricas en la cara hasta que se quedaron sin carga. Después de esta sesión de tortura, comenzó a oír voces y a sufrir ataques de ansiedad.

Consiguió recuperarse al retomar la práctica de los ejercicios de Falun Dafa, tuvo una recaída de su enfermedad mental tras su último arresto el 26 de febrero de 2014. Fue condenada a ocho años por el Tribunal del Distrito de Fangshan en Beijing el 24 de noviembre de 2015 y llevada a la Prisión de Mujeres de Mongolia Interior en septiembre del 2016.

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