(Minghui.org) En el pasado, a menudo escuchaba a los ancianos decir que en una sociedad degenerada se produciría todo tipo de caos. Entre los signos de degeneración, uno de los peores es cuando "los monjes y los taoístas están en la mira", lo que significa que las personas de fe son perseguidas por creer en los valores tradicionales en lugar de la ideología de falsedad, engaño y brutalidad del Partido Comunista Chino (PCCh).
Por desgracia, esto es lo que está ocurriendo en China. En los últimos 23 años, decenas de millones de pacíficos practicantes de Falun Dafa son perseguidos por creer en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Cuando se persiguen estos valores universales, todo el mundo se convierte en víctima.
Encuentro con rufianes
Por practicar Falun Dafa, me arrestaron en 2008 y me mantuvieron en un centro de detención, donde conocí a un rufián llamado Ming. Los guardias lo llamaban rufián, ya que no se preocupaba por nada y se peleaba mucho.
Al saber que estaba detenido por mi fe en Falun Dafa, Ming se mostró muy respetuoso conmigo. "¡Los [practicantes de] Falun Dafa son todos personas valientes que no ceden ante la presión!", dijo. Sabía que lo entendía porque los practicantes detenidos allí antes que yo debían haber hecho un gran trabajo para aclarar la verdad. Influenciados por Ming, otros rufianes de la celda también me trataron bien.
De vez en cuando, les hablaba de la cultura tradicional china y de cómo los practicantes de Falun Dafa aplican los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida cotidiana.
"Ming, sabes que eres padre primerizo, pero tu hijo recién nacido no ha podido verte desde que nació", le dije. "Quizá sea hora de que pienses en tu futuro y tengas un plan para cuidar de tu familia".
Avergonzado, Ming se rascó la cabeza y dijo: "Nadie me dijo algo así en toda mi vida. Si lo hubiera oído antes, mi madre no se habría enfadado tanto por mí como para morir. De acuerdo. Te escucharé y puedes aceptar mi palabra".
Otros rufianes también cambiaron. "Si supiéramos todo esto, no habríamos acabado aquí", dijo uno de ellos.
Otro rufián era Nan. Vivía al lado de su abuela, así que conocía a sus padres y a él.
"Tío, me he equivocado", dijo. "Cuando salgas, ¿puedes decirle a mi padre que hice las cosas muy mal y que prometo cambiar? Espero que mi padre tenga dinero para pagar la fianza".
"Pero incluso si mi padre no paga la fianza y acabo en la cárcel, cambiaré igualmente", añadió.
Un mes más tarde salí en libertad y encontré al padre de Nan. Descorazonado por lo que Nan había hecho, su padre casi lo había abandonado. Cuando le conté al anciano las palabras de su hijo, se sorprendió y dijo: "¿De verdad? ¿Realmente dijo eso? ¿Qué ha pasado?".
Le conté al padre de Nan sobre Falun Dafa y cómo los practicantes aplican los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en su vida.
"Sí, si todos hicieran las cosas de esta manera, estoy seguro de que el mundo sería mucho mejor", dijo.
Más tarde, la madre de Nan me pidió que le enseñara a practicar Falun Dafa. Sin embargo, debido a la severa persecución, solo practicó durante seis meses y luego dejó de hacerlo.
De la familia a la sociedad
Las historias de Ming y Nan me hicieron pensar. Los niños son el futuro de la sociedad. Pero sin valores tradicionales, los jóvenes como Ming y Nan pueden volverse más egocéntricos y apenas preocuparse por los demás. Poco a poco pueden convertirse en un dolor de cabeza para sus padres y, al final, padres e hijos pueden incluso verse como enemigos.
Esta situación puede explicar por qué Falun Dafa es tan importante para nuestra sociedad. Presentado por el señor Li Hongzhi al público en 1992, Falun Dafa atrajo rápidamente a muchos seguidores debido a los enormes beneficios físicos y espirituales de la práctica. Cuando la gente se dio cuenta de que Falun Dafa podía realmente cambiar a una persona para mejor, se lo contaron a sus familias, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y otros, llevando a la sociedad hacia una dirección positiva con un futuro más brillante.
Pero la ideología central del Partido Comunista Chino (PCCh), a saber, la falsedad, el engaño y la brutalidad, contradice fundamentalmente los valores tradicionales, incluidas las enseñanzas de Falun Dafa. Desde que el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, comenzó a reprimir a Falun Dafa en 1999, innumerables practicantes fueron objeto de discriminación, arrestos, detenciones, torturas e incluso la muerte.
La agenda comunista tiene un alto precio. Mientras las fuerzas del orden del Estado se ponen a tono para reprimir a ciudadanos inocentes que simplemente quieren ser mejores personas, mucha gente se centra en su propio interés. Esta situación conduce rápidamente a todo tipo de caos social: proliferación del engaño, la codicia, la violencia y muchos otros fenómenos asociados a la degeneración moral.
Desde la antigüedad, las generaciones mayores siempre decían a las jóvenes que fueran buenas personas y tuvieran en cuenta el principio de que "el bien se recompensa con el bien, y el mal con el mal". Así fue como la civilización pudo continuar durante miles de años. Pero cuando el PCCh destruyó la cultura tradicional en campañas coordinadas como la Revolución Cultural, y ahora la persecución a los practicantes de Falun Dafa, esencialmente lleva a China a un futuro incierto.
En el pasado, los ancianos advirtieron de una época en la que "los monjes y los taoístas eran el objetivo". Cuando el PCCh movilizó al público, incluidos los escolares, para que participaran en campañas de recolección de firmas para denunciar a Falun Dafa y sus enseñanzas, esencialmente condujo a la gente a un barco que finalmente se hundiría con el régimen.
En muchos casos, cuando los practicantes explicaron a la gente lo que es Falun Dafa y cómo el PCCh inventó mentiras para difamar la práctica, la gente despertó y se disculpó. "Desearíamos haber sabido todo esto mucho antes: el PCCh nos ha engañado", dijeron muchos.
En todas las culturas, los que cometieron malas acciones fueron eliminados por la historia. No podemos estar más de acuerdo; en una sociedad en la que la Verdad, Benevolencia y Tolerancia están en la mira, todos se convierten en víctimas.
Para detener la caída, tenemos que ayudar a que más personas sepan lo que realmente está pasando. Si apoyamos a los inocentes de corazón y rechazamos al PCCh por sus crímenes, podremos mantenernos en el camino y recibir las bendiciones para un futuro mejor.
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Categoría: Opinión y análisis