Mujer de Heilongjiang condenada a tres años por su fe

(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Harbin, en la provincia de Heilongjiang, fue condenada a tres años de prisión a finales de diciembre de 2021 por practicar Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La señora Wang Jingli, de cincuenta y siete años, fue detenida en su casa a las 7:30 de la mañana del 10 de junio de 2021, mientras cuidaba de su nieta de tres años. La policía entró y confiscó su computadora, su teléfono celular y sus libros de Falun Gong. Otros dieciséis practicantes fueron detenidos el mismo día.

Cuando estuvo recluida en el Centro de Detención N.º 2 de la Ciudad de Harbin, Wang fue golpeada en la cabeza por las reclusas y se le aflojaron los dientes. Sin embargo, los guardias la culparon de "infligirse daño a sí misma".

Tras seis meses de detención, fue condenada a tres años por el Tribunal del Distrito de Daoli el 23 de diciembre de 2021.

Antes de su última sentencia, ya había sido detenida y encarcelada varias veces por defender su fe. Fue detenida el 25 de julio de 1999 por ir a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Gong. Estuvo retenida en el Centro de Detención de Shuangcheng durante setenta días y luego fue trasladada al Centro de Detención de Guxiang. Los guardias se turnaban para golpearla, a veces con tubos de PVC. Una vez la obligaron a llevar grilletes durante ocho días.

Posteriormente, la Sra. Wang fue sentenciada a un año en el Campo de Trabajo Forzado de Wanjia. Hizo huelga de hambre para protestar por la persecución en el campo de trabajo. Los guardias intentaron alimentarla a la fuerza, pero no lo consiguieron. La golpearon como represalia. Después de finalizada su condena las autoridades la retuvieron en un centro de lavado de cerebro durante un mes antes de ponerla en libertad.

Fue detenida de nuevo el 20 de febrero de 2020, mientras se encontraba con una practicante, la Sra. Cui Xiuqin, en un supermercado. La llevaron a la Estación de Policía en donde permaneció encadenada a una silla metálica toda la noche.

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