(Minghui.org) Desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) tomó el poder en 1949, las tragedias provocadas por el hombre no han dejado de existir en China. Un ejemplo fue el caos causado por el reciente cierre de un mes de Xi'an, una ciudad de 13 millones de habitantes, a partir del 22 de diciembre de 2021. A continuación, algunos ejemplos.

Debido a un resultado de PCR caducado, a una mujer embarazada de 8 meses se le negó la admisión en un hospital local y, en consecuencia, abortó. A un padre que sufría un ataque al corazón se le negó inicialmente la admisión en un hospital porque no tenía una prueba de PCR. Tras las reiteradas peticiones de su familia, el hospital acabó admitiéndole, siete horas y media después de su ingreso. El retraso en la atención acabó cobrándose su vida. Cuando un alto edificio residencial se incendió, los bomberos tuvieron que escalar la pared para entrar, ya que la entrada del edificio había sido sellada con alambre por los administradores del barrio. Cuando los hambrientos salían a buscar comida, eran golpeados por el equipo de prevención de epidemias u obligados por ellos a leer declaraciones públicas de autocrítica.

Aunque el PCCh ha estado presumiendo de cero muertes por COVID desde el 26 de enero de 2021, los casos mencionados han conmocionado al público en general: ¿Qué ha hecho que los hospitales o las personas tengan un corazón tan frío y dañen a los demás de forma imprudente?

Wang Xin (seudónimo), hija del hombre que murió de un ataque al corazón, también estaba confundida. El personal de seguridad del hospital dijo que estaba haciendo su trabajo [impedir que las personas que no tenían los resultados de la prueba PCR entraran en el hospital], la enfermera [que trató a mi padre] dijo que estaba siguiendo el procedimiento, y los médicos dijeron que habían recibido instrucciones sobre cómo manejar diversas situaciones". Escribió: "Desde el punto de vista de la prevención de epidemias, nadie hizo nada malo. Entonces, ¿de quién es la culpa?".

Un sistema fallido

Si se da un paso atrás y se examina la situación en su conjunto, se encontrará que la causa fundamental es el régimen totalitario del PCCh, que solo se preocupa de mantener su poder sin ninguna consideración por sus ciudadanos. Para lograr el objetivo de cero casos de COVID y mostrar la "preparación" para los Juegos Olímpicos de Invierno, el PCCh recurrió a medidas extremas. Como resultado, los funcionarios aplicaron "legítimamente" medidas duras para lograr el objetivo político con poca consideración por los ciudadanos de a pie.

Debido a la censura masiva y al férreo bloqueo informativo, es difícil calcular el daño real que han causado las draconianas medidas del COVID. "En los últimos 12 meses, ¿cuántos chinos han muerto a causa del bloqueo? ¿Cuántos han perdido la vida en los lugares de cuarentena? ¿Cuántas vidas se han cobrado al no poder tratarse las enfermedades crónicas? ¿Cuántos han fallecido por ataques al corazón sin poder ser ingresados en el hospital? ¿Cuántas muertes se han producido por falta de inspección obstétrica? ¿Cuántos han muerto por no tener acceso a medicamentos contra la fiebre? ¿Cuántos han muerto de gripe?". Un internauta escribió: "No tenemos respuestas a estas preguntas. Solo sabemos que, como se nos dijo, las muertes causadas por el COVID siguieron siendo cero".

Este protocolo es común en el libro de jugadas de brutalidad y mentiras del PCCh. En nombre del Gran Salto Adelante, a finales de la década de los cincuenta, el público en general se dedicó a exagerar los rendimientos de las cosechas, lo que llevó a elevar los gravámenes y a desperdiciar las cosechas. Al final, unos 45 millones de personas murieron de hambre.

Aunque a una escala mucho menor, los incidentes de Xi'an compartieron algunos puntos en común con la Gran Hambruna China de 1959 y 1961. Desde la seguridad de los hospitales hasta las enfermeras y los médicos, todos fueron instruidos -y siguieron con éxito- las políticas COVID del PCCh. Sin embargo, sin conciencia ni respeto por los derechos humanos básicos, todos se han convertido en un tornillo de la máquina de mentiras y asesinatos del PCCh.

Una batalla entre el bien y el mal

Un remedio para esta terrible situación llegó en 1992, cuando se presentó Falun Gong al público. En consonancia con los valores tradicionales, la práctica se centra en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No solo mejoró la salud de los practicantes, sino que también elevó su nivel moral.

Al aplicar estas enseñanzas en su vida diaria para ser mejores ciudadanos, los practicantes se volvieron más considerados con los demás en casa, en el trabajo y en la sociedad. El impacto es enorme. Si Falun Gong no hubiera sido perseguido, China habría sido un lugar mucho mejor.

Dado que los valores fundamentales del PCCh, la brutalidad y la mentira, contradicen los valores tradicionales, el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, inició una persecución nacional contra Falun Gong en julio de 1999. Un gran número de practicantes fueron arrestados, detenidos y torturados por sus creencias. El PCCh también inventó muchas mentiras para difamar a Falun Gong y engañar al público.

Principios de salvaguardia

Por eso, los practicantes han trabajado duro en los últimos 23 años para aclarar los hechos de Falun Gong y ayudar a la gente a reconocer la naturaleza del PCCh.

Algunas personas son indiferentes a la persecución. Piensan que la represión no tiene nada que ver con ellos, ya que no practican Falun Gong. Pero cuando se socavan los valores fundamentales y se compromete la moral, todo el mundo se convierte en una víctima en el caos.

Esto va desde los funcionarios corruptos hasta la mercancía falsa y la falta de conciencia. A medida que pasa el tiempo, la situación se deteriora y pueden ocurrir más tragedias como la que vimos en Xi'an.

Desde otro punto de vista, esto es también una oportunidad para que despertemos. En lugar de seguir ciegamente la política de propaganda y persecución del PCCh, podemos escuchar los hechos, difundir las palabras y ayudar a la gente a tomar la decisión correcta. Trabajando juntos y rechazando al PCCh, podemos evitar más tragedias como las de Xi'an.

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