(Minghui.org) Un día, después de terminar el estudio de grupo del Fa, un practicante me dio una lista de más de 80 personas que habían renunciado al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus dos organizaciones juveniles, así como más de 2.000 yuanes en efectivo. Los conté y los guardé en el bolsillo interior de mi abrigo.

El dinero era para que imprimiera en él información sobre Dafa, como una forma de crear conciencia sobre la persecución dada la estricta censura informativa en China.

Cuando volví a casa, quise guardar la lista y el dinero en un lugar seguro, pero me quedé de piedra al ver que mi bolsillo interior estaba vacío. Busqué frenéticamente arriba y abajo, dentro y fuera de todos mis bolsillos, ¡pero no había nada! Estaba tan aterrorizado que mi mente se quedó en blanco. Podía recuperar el dinero de mi propio bolsillo, pero ¿qué pasaría con la preciosa lista de nombres de seres conscientes que depositaron la esperanza de su futuro en nosotros?

Busqué una y otra vez en todos los lugares de almacenamiento posibles, pero fue un esfuerzo inútil.

Desesperado, decidí volver a casa del compañero que había organizado el estudio del Fa. De camino allí, busqué cuidadosamente, pero no encontré nada.

Cuando llegué a casa del practicante, le conté lo que había pasado y le pregunté si había visto que hubiera dejado la lista y el dinero en su casa. Pero tampoco encontró nada en su casa.

Me fui a casa y tardé un rato en calmarme. De repente, pensé en un artículo compartido sobre un compañero que también perdió una lista de nombres de personas que renunciaron al PCCh y la recuperó gracias al poder sobrenatural de la teletransportación.

Pensé, ¿por qué no intentarlo? Me senté para enviar fuertes pensamientos rectos y pedir la ayuda del Maestro para recuperar la lista de nombres y el dinero en efectivo.

Después de una noche agitada, a la mañana siguiente seguía angustiado por la pérdida. Mi esposa vio que seguía alterado y empezó a buscar la lista y el dinero. Abrió el cajón de un escritorio que utilizo a menudo y exclamó: "¡Oh, aquí están, el dinero y la lista de nombres!".

Con un movimiento brusco, me abalancé para echar un vistazo y quedé muy impresionado. Estaba completamente asombrado por el poder divino de Dafa.