(Minghui.org) La Agencia Central de Noticias informó desde Beijing el 22 de diciembre que la Comisión Nacional de Salud de China (CNS) celebró una reunión el día anterior y que las actas de la reunión que se filtraron en Internet mostraron un panorama sombrío de la pandemia, después de que el régimen comunista pusiera fin a su política Cero COVID.
Según el acta de la reunión de la CNS, la agencia estimó que entre el 1 y el 20 de diciembre se produjeron unos 248 millones de casos de infectados, que representaban el 17,6% de la población china. Solo el 20 de diciembre se registraron cerca de 37 millones de nuevos casos, y el recuento diario siguió aumentando. Beijing registró el mayor número de positivos (infecciones), seguido de la provincia de Sichuan. Ambos lugares registraron más del 50% de su población infectada. Tianjin, Hubei, Henan, Hunan, Anhui, Gansu y Hebei tuvieron tasas de infección de entre el 20% y el 50%.
Ma Xiaowei, jefe del CNS, dijo en la reunión que se esperan más casos tanto en las zonas urbanas como en el campo, ahora que se ha levantado la política Cero COVID y está a punto de dar comienzo la fiebre de viajes de la Fiesta de Primavera. Empezará dentro de pocas semanas.
Cabe señalar que las cifras mencionadas nunca se han comunicado oficialmente.
Un encubrimiento incesante
Mike Ryan, Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, declaró el 14 de diciembre que los casos de COVID en China se habían disparado mucho antes de que se pusiera fin a la política de Cero COVID. Una entrevista que realizó el 19 de diciembre en Radio Free Asia (RFA) a un funcionario del sistema de asuntos políticos y jurídicos de Beijing, demostró que la enfermedad llevaba mucho tiempo fuera de control, incluso antes de la "revolución del libro blanco", cuando los ciudadanos protestaron contra los bloqueos excesivamente severos. "En realidad, el virus ya estaba arrasando el hospital (...) y no permitían que nadie informara de estos casos a los niveles superiores del gobierno", explicó el funcionario en un artículo de la RFA titulado "Beijing encubrió el brote de COVID-19 que desencadenó la actual ola de muertes: funcionario".
Este funcionario tenía un pariente que dio positivo y que fue "tratado por una supuesta infección del tracto urinario". El familiar acabó falleciendo. Incluso teniendo contactos, su familia tuvo que esperar cinco días antes de encontrar un hueco para incinerarlo. En las salas de urgencias de los hospitales de grandes ciudades como Beijing, Shanghái y Chongqing, muchos pacientes ancianos que no tenían camas tuvieron que tumbarse en el suelo a la espera de tratamiento. En las clínicas y farmacias de toda China se crearon largas colas para comprar medicamentos contra la fiebre y el resfriado. Los que no podían conseguir estos medicamentos pedían ayuda a gritos en Internet.
También murieron muchos altos funcionarios y expertos de renombre. Liu Ji, miembro del Partido Comunista Chino (PCCh) y ex subdirector de la Comisión Nacional de Deportes, murió el 19 de diciembre. Hu Jun, profesor emérito de la Universidad Renmin y "economista marxista", murió el 20 de diciembre. Las muertes de profesores, tanto activos como jubilados, de la Universidad de Beijing y la Universidad de Tsinghua se han acercado a 40.
El número de nuevos infectados en Beijing y en la cercana provincia de Hebei ha superado la imaginación de la gente. Varios vecinos de Beijing publicaron en las redes sociales de Weibo que las tomografías computarizadas mostraban que sus familiares, que habían dado positivo, tenían los pulmones infectados. Tales imágenes, conocidas como "pulmones blancos", se debían a la aparición de manchas blancas turbias y fibrosis en los pulmones. Esto hizo que la gente dudara de lo que el PCCh había dicho: que la variante Omicron solo infectaba las vías respiratorias superiores, y no los pulmones.
Un investigador apellidado Li, del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de la ciudad de Handan, provincia de Hebei, fue entrevistado por la RFA el 22 de diciembre. Dijo que el levantamiento repentino del bloqueo en todo el país sin disponer ningún otro plan de salida, conduciría a una infección cruzada y a una mutación acelerada. Dado que la variante Delta sigue existiendo, podría infectar la misma célula junto con la variante Omicron, y generar nuevos virus que porten ambos rasgos genéticos. Predijo que la tasa de mortalidad podría ser superior a la de Hong Kong, Singapur y otras zonas.
Ming Pao, de Hong Kong, informó de que en Beijing se incineraron 2.700 cadáveres el 17 de diciembre. Sin embargo, el PCCh nunca ha dejado de ocultar esas cifras y no informó de ninguna muerte hasta el 19 de diciembre, cuando las autoridades informaron de dos muertes por COVID.
Los testimonios de los testigos
Algunos vídeos que circulan por Internet atestiguan el elevado número de víctimas mortales. Se decía que uno de los vídeos había sido grabado en el depósito de cadáveres del Hospital de la Amistad China-Japón. En las estanterías del congelador había 19 cadáveres envueltos en sudarios amarillos que iban a ser enviados a crematorios.
Chen, un vecino del distrito de Tongzhou, en Beiijing, declaró a la RFA el 22 de diciembre que el número de infectados era extremadamente alto en Beijing. Los cuatro miembros de su familia se habían infectados. Casi todos sus amigos y compañeros de trabajo han dado positivo. En los últimos 20 días, se produjeron largas colas delante de todos los crematorios de Beijing. Pero, como la cremación no era lo suficientemente rápida, usaron muchos de los vehículos de los crematorios para almacenar los cadáveres. Así que las familias que perdían a sus seres queridos tenían que transportar los cadáveres al crematorio, usando sus propios vehículos privados.
Una joven de Beijing contó en un vídeo que su padre se infectó. Aunque visitó tres hospitales, no pudo recibir tratamiento porque los tres lugares estaban llenos. Cuando por fin pudo encontrar un lugar, el médico le dijo que los síntomas de su padre eran tan graves que no podían ingresarlo. "Puede echar un vistazo usted misma. Aquí apenas hay sitio para estar de pie, y menos aún una cama vacía", explicó el médico. "Puede sumarse a los que esperan fuera del Hospital Chaoyang. Ese hospital es más grande: cada vez que muere alguien, se queda libre una cama".
5000 muertes diarias
Basándose en diversos indicadores, la empresa británica de datos sanitarios Airfinity estimó que "más de 5.000 personas mueren, probablemente, cada día por COVID-19 en China”, según informó Reuters en un artículo del 22 de diciembre titulado: “Las muertes por COVID, probablemente, ronden las 5000 diarias, según la empresa británica de investigación Airfinity”.
La empresa realizó una simulación de datos basándose en la información de las estadísticas regionales chinas. También estimó que las infecciones diarias actuales en China superan el millón. Sin embargo, el PCCh no deja de ocultar la situación. En la última semana solo se notificaron 1.800 nuevos casos de infectados, y 7 muertes.
"Airfinity dijo que su análisis de riesgo de mortalidad sugería que entre 1,3 y 2,1 millones de personas podrían morir en el actual brote de COVID, en China. Los análisis de las simulaciones de otros grupos también han pronosticado hasta 2,1 millones de muertes", describió la noticia de Reuters.
La noticia mostraba que un gran número de profesionales de la salud de las provincias de Shandong, Hunan y Jiangsu habían sido enviados recientemente a Beijing para prestar apoyo de emergencia. Con el aumento de nuevos casos en toda China, muchos internautas temen que esas provincias necesiten ahora también profesionales médicos para cubrir sus propias necesidades.
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