(Minghui.org) Desde que era niña me encantaba ver series de televisión. Después de que empecé a practicar Falun Dafa, todavía no podía deshacerme de mi fascinación por la televisión.

El Maestro dijo:

"Cualquier cosa es materia, cuando escuchas, ya se te volcó, entrando a tu cuerpo"(Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa).

En el sitio web de Minghui hay innumerables artículos relacionados con el intercambio, y he leído muchos de ellos. Sin embargo, seguía sin poder terminar con mi obsesión por ver la televisión. No podía concentrarme cuando leía el Fa, no podía calmar mi mente cuando hacía los ejercicios, y no podía concentrarme cuando enviaba pensamientos rectos. Como no podía eliminar este apego, por muchas cosas que hiciera para salvar vidas, no eran tan sagradas ni eficaces como deberían haber sido. Perdí mi trabajo debido a la persecución y luego me divorcié. Me preocupaba no poder soportar la persecución, pero aún así quería hacerlo bien ayudando al Maestro en la rectificación del Fa. Me fui de China.

Después de mudarme me dediqué activamente a hacer las tres cosas. Sin embargo, sentía nostalgia y echaba de menos a mis parientes. Tomé mi teléfono móvil y empecé a ver series otra vez. Quería distraerme y evitar el dolor de la nostalgia. A menudo me pasaba el día o la noche viendo vídeos en el móvil. Mi mentalidad de buscar la comodidad, mi apego a la lujuria y la influencia de la cultura del Partido Comunista Chino (PCCh) en mí no se desecharon, sino que se inflaron.

Cada vez que estaba a punto de tener un problema, el Maestro me daba pistas. Me volvía diligente por poco tiempo, pero pronto volvía a mi viejo hábito. A veces incluso sentía que no era digna del título de practicante de Falun Dafa. Me sentía avergonzada por no ser capaz de desechar este apego después de cultivarme durante más de 20 años.

Una tarde, mientras miraba el teléfono, sentí de repente ráfagas de sustancias frías que penetraban en mi cuerpo. Destellos de calor y frío me recorrían todo el cuerpo, y la cabeza me dolía tanto que parecía que se me hubiera abierto. Tenía ganas de vomitar y las piernas me flaqueaban. Me examiné para ver por qué me ocurría esto. Descubrí que mi apego más evidente era a mi teléfono móvil.

Mientras pensaba qué hacer, me vino un pensamiento: "A ver quién te ayuda esta vez. Debes abandonar este mundo". Me di cuenta de que no era un pensamiento mío. Las viejas fuerzas intentaban hacerme daño. Inmediatamente dije: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenas!". Les dije a las viejas fuerzas: "No tengo miedo a la muerte, pero no voy a seguirlos y marcharme. No pondré en peligro la reputación de Dafa. Solo sigo las enseñanzas de mi Maestro. Aunque no me cultivé bien, me corregiré siguiendo las enseñanzas de mi Maestro. Intentaste inflar mi apego. Deberías ser eliminado". Reuní todas mis fuerzas y me fui a casa.

Al llegar a casa seguí recitando el Fa del Maestro y enviando pensamientos rectos. Me dije: "No debo considerarme un paciente. Solo admito mis errores ante el Maestro y me corrijo siguiendo las enseñanzas del Maestro. No acepto esta interferencia. Cultivaré con diligencia y desecharé mi apego a mi teléfono móvil inteligente". Le pedí al Maestro que me ayudara.

De repente sonó mi teléfono. Una practicante me pidió que saliera con ella para promover Dafa, y sin dudarlo, acepté. Durante los días siguientes, seguí leyendo el Fa, haciendo los ejercicios y enviando pensamientos rectos. También salí a promover Dafa. Mientras tanto, me recordaba que debía controlar mis pensamientos a cada momento para que no se desviaran. Sentía el fortalecimiento del Maestro todo el tiempo, especialmente cuando me sentía extremadamente cansada.

En el pasado no me cultivé diligentemente, pero el Maestro no me abandonó. El Maestro me fortaleció, me ayudó a recordar el Fa y me animó a mantener pensamientos rectos. Estaba decidida a cultivar cada uno de mis pensamientos y acciones diligentemente desde entonces. Quiero ser una verdadera practicante de Dafa. Seguí resistiendo y rechazando los pensamientos perturbadores durante una semana. Finalmente, al ver mi sincero deseo de cultivarme, el Maestro eliminó la mayor parte de mi yeli.

Vi el DVD de la "Enseñanza de Fa dada por el Maestro a los practicantes australianos". También leí muchos artículos escritos por practicantes sobre la eliminación de su apego a sus teléfonos móviles inteligentes. Algunos practicantes dijeron que vieron con sus ojos celestiales que el pelo del Maestro se volvió blanco debido a salvar a la gente y ayudar a los practicantes a regresar a sus cielos. Me sentí triste por no haber cultivado con diligencia.

En ese momento, la voz volvió a sonar en mis oídos: "No tendrás éxito en la cultivación. Te queda poco tiempo y tienes demasiados apegos. No tendrás éxito por mucho que lo intentes". Le dije a la voz: "Es hora de que te desintegres. Me cultivaré diligentemente de ahora en adelante, el Maestro no me abandonó, y me cultivaré persistentemente hasta el final. No me preocuparé ni me preguntaré si tengo tiempo suficiente. Pero debes desintegrarte porque estás interfiriendo con mis pensamientos rectos". Envié pensamientos rectos. Cuando dije la palabra Mie, (Extinguir), mi mente se calmó. Al corregir mis pensamientos y acciones, recientemente he obtenido una comprensión más profunda, algo que no tenía antes cuando leía el Fa.

Después de experimentar muchas tribulaciones, llegué a comprender que nada es trivial en la cultivación. No hay otro camino que cultivarse diligentemente con pasos sólidos. Escribí este artículo para exponer mi apego y desecharlo a través de la cultivación. También quiero recordar a los practicantes que tienen el mismo apego que usen mi experiencia como una advertencia. Como un practicante de Dafa, uno debe seguir sinceramente la enseñanza del Maestro para cultivar sólidamente y ser digno de la salvación del Maestro. De lo contrario, las consecuencias pueden ser graves porque hicimos un voto al Maestro.

Por favor, señale si hay algo que no está en el Fa.