(Minghui.org) Jiang Zemin está muerto, pero sus atroces crímenes contra los practicantes de Falun Dafa no serán olvidados. Movilizó a todo el país, incluidas las fuerzas del orden, las procuradurías, los tribunales, otras agencias gubernamentales, empresas y escuelas, para perseguir a los practicantes. El daño que causó a innumerables practicantes y a sus familias, así como a la sociedad en su conjunto, no tiene precedentes.
Cuando inició la persecución en julio de 1999, Jiang prometió erradicar Falun Dafa en tres meses y emitió una orden para "difamar su reputación [de los practicantes], arruinarlos económicamente y destruirlos físicamente". Para intensificar la persecución, también emitió una política secreta de "ninguna consecuencia si [los practicantes] son golpeados hasta la muerte. La muerte por tortura se cuenta como suicidio. Enviar [el cuerpo] para ser incinerado directamente, sin necesidad de verificar la identidad [del practicante]".
Para obligar a los practicantes de Falun Dafa a renunciar a su fe, los represores recurrieron a todo tipo de torturas, mutilaciones, enloquecimiento o incluso la muerte de muchos inocentes. Algunos practicantes fueron golpeados hasta la muerte, otros murieron tras recibir descargas eléctricas, otros murieron cuando les introdujeron tubos de alimentación forzada en los pulmones, otros murieron por la inyección de sustancias tóxicas, otros murieron congelados y otros fueron inyectados con drogas desconocidas y murieron días después de su liberación.
Muchas familias perdieron a varios miembros a causa de la persecución, incluida una familia de seis miembros en la que murieron cinco. Además, un gran número de practicantes fueron víctimas de la sustracción forzada de órganos y sus cuerpos fueron incinerados sin el conocimiento de sus familias, en un intento de las autoridades de borrar las pruebas de los delitos cometidos contra los practicantes.
La persecución a Falun Dafa por parte de Jiang se convirtió en un grave desastre para los derechos humanos en el siglo XXI.
Falun Dafa es un sistema de ejercicios y meditación pacífica basado en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Tras veintitrés años de persecución, Falun Dafa sigue prosperando y es bien aceptado en más de 100 países. Pero las sangrientas deudas que Jiang tiene con Falun Dafa deben ser abordadas.
Muertes causadas por la tortura
Siguiendo instrucciones de Jiang y su Oficina 610 extrajudicial, las fuerzas del orden, las procuradurías y los tribunales se movilizaron para detener, acusar y sentenciar a practicantes de Falun Dafa a voluntad.
A menudo se torturaba a los practicantes detenidos. "Si no dejas [de practicar Falun Dafa], ¡te quemaremos [incineraremos]!", gritaban algunos policías a los practicantes que estaban torturando.
Tipos de tortura utilizados contra practicantes de Falun Dafa en las cárceles.
Se utilizaron numerosos métodos de tortura contra los practicantes. Entre ellos, palizas, descargas eléctricas, drogas, abusos psicológicos, alimentación forzada, privación del sueño, ahorcamiento, esposamiento, estiramientos, inanición, privación de ir al baño, apuñalamiento con agujas, prendas de inmovilización, aborto forzado, ataduras, castigos corporales, congelación, mutilación, heridas, azotar, cocer al vapor, hornear, quemar, planchar, quemar con agua hirviendo o aceite caliente, arrastrar por el suelo o subir/bajar escaleras, obligar a la víctima a permanecer sentada o de pie sin moverse durante mucho tiempo, ahogamiento simulado, abusos sexuales, aislamiento, trabajos forzados, y muchas más.
Cada categoría de tortura consta de múltiples tácticas. El ahorcamiento, por ejemplo, puede ser con una mano esposada, con dos manos esposadas, en el marco de una puerta, con alambre de hierro, con anillas de hierro, estirado, boca abajo, en lo alto, etcétera. Del mismo modo, esposar puede ser esposar las manos y los pies juntos, esposar ambos brazos alrededor de las piernas, esposar los brazos detrás de la espalda, esposar a un anillo de metal en el suelo, esposar a una estructura de cama con las extremidades estiradas durante días (o más), esposar ambos pulgares juntos (con los brazos estirados alrededor de barras de metal), esposar a varias personas juntas, etc.
Cuando estaban colgados o esposados de esta forma, los practicantes también recibían muy poca comida y se les negaba el acceso a un retrete. Minghui.org documentó un centenar de métodos de tortura, cada uno de los cuales puede causar un dolor incalculable y provocar discapacidad o la muerte.
Ejemplos de tortura
Debido al bloqueo informativo y la censura del régimen chino, la escala y gravedad de la persecución podría ser mucho peor de lo que Minghui ha podido documentar. No obstante, los ejemplos que se exponen a continuación permiten hacerse una idea de las torturas que han sufrido los practicantes por su fe.
Administración forzoda de sustancias tóxicas
Los practicantes de Falun Dafa detenidos fueron sometidos a menudo a la administración involuntaria de fármacos. A algunos se les añadían drogas desconocidas a la comida y al agua, mientras que a otros se les aplicaban inyecciones a la fuerza.
Zhang Fuzhen, de 38 años, era empleada de Xianhe Park, en la ciudad de Pingdu, provincia de Shandong. Tras ir a Beijing en noviembre de 2000 para hacer una apelación en favor de Falun Dafa, fue detenida por agentes de la Oficina 610 de Pingdu. Le quitaron toda la ropa, le afeitaron el pelo y la ataron a una cama en posición de águila abierta. Luego le inyectaron drogas tóxicas que le causaron tanto dolor que luchó incontroladamente hasta morir. Los funcionarios de la Oficina 610 la vieron morir delante de ellos.
Quemaduras con agua hirviendo
Además de los centros de detención, campos de trabajo y prisiones, los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) también establecieron un gran número de centros de lavado de cerebro donde los practicantes eran obligados a estudiar propaganda que difamaba a Falun Dafa y se les ordenaba renunciar a su creencia en Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Estos centros de lavado de cerebro solían anunciarse como "centros de educación legal", cuando en realidad eran esencialmente cárceles negras donde se cometían delitos en secreto.
Gai Chunlin tenía 51 años y residía en el condado de Qingyuan, ciudad de Fushun, provincia de Liaoning. El 17 de abril de 2005, agentes del Departamento de Policía de la ciudad de Fushun, del Departamento de Policía del Condado de Qingyuan y de la Comisaría de Policía de Nankouqian acudieron a su domicilio y lo detuvieron. Tras retenerlo cinco días en la Comisaría de Nankouqian, lo enviaron al Departamento de Policía de Fushun y luego al Centro de Lavado de Cerebro de Luotaishanzhuang. El 6 de mayo de ese año, notificaron a su familia que había muerto de "enfermedad cardiaca".
Cuando sus familiares llegaron a ver el cadáver, vieron que estaba vestido con ropa nueva y preguntaron cómo había muerto. "Mi hermano estaba sano y no tenía antecedentes de enfermedad cardiaca. ¿Cómo pudo morir de una cardiopatía?", preguntó su hermano menor. Pero nadie respondió. Al ver quemaduras en la cara y en el lado derecho del pecho del Sr. Gai, su familia insistió en que le hicieran una autopsia.
Los resultados mostraron que el esófago y el tracto gastrointestinal inferior del Sr. Gai habían sufrido quemaduras graves. El tejido superficial se desprendía al menor roce, e incluso parte de su corazón se había vuelto gris. El médico forense concluyó que el Sr. Gai murió de insuficiencia orgánica interna como resultado de haber sido alimentado a la fuerza con agua hirviendo.
Electrochoques con picanas eléctricas
Las descargas eléctricas son uno de los medios de tortura más utilizados contra los practicantes de Falun Dafa.
Como todos los canales legales para apelar al derecho a practicar Falun Dafa estaban bloqueados para los practicantes en China, un grupo de practicantes de la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, interceptó la señal de televisión por cable en marzo de 2002 y emitió programas que desacreditaban la propaganda de odio del PCCh.
Jiang montó en cólera y dio orden de "matar sin piedad", lo que condujo a la detención de más de 5.000 practicantes de Changchun. El Sr. Liu Haibo, uno de los implicados en la interceptación de la señal de televisión, fue torturado en Jingyuetan, Changchun. La policía lo desnudó, lo obligó a arrodillarse y le introdujo una picana eléctrica por el ano para electrocutarle los órganos internos. Liu, médico de 34 años, murió pocas horas después de su detención.
Ropa de confinamiento
Ropa de confinamiento.
Otro método de tortura es la "ropa de confinamiento", hecha de lona. Estas prendas, que se colocan por delante y se aprietan por detrás, pueden provocar fracturas en hombros, muñecas, codos y columna vertebral, e incluso la muerte.
La Sra. Sun Shimei era una practicante de Falun Dafa de unos 40 años de la ciudad de Xiangcheng, provincia de Henan. Los guardias del Campo de Trabajo Forzado de Shibalihe le pusieron la ropa de confinamiento el 22 de mayo de 2003. Cuando se la quitaron al día siguiente, había muerto horas antes y su cuerpo estaba frío. Para encubrir su muerte, los guardias ordenaron a los drogadictos Feng Yanping y Fu Jinyu que llevaran a la Sra. Sun a un hospital cercano, donde un médico le inyectó drogas como prueba de sus esfuerzos de "reanimación". Los funcionarios del campo de trabajo afirmaron entonces que la Sra. Sun había muerto de una enfermedad repentina y se apresuraron a incinerarla.
Palizas hasta la muerte
Muchos practicantes resultaron heridos o murieron tras recibir brutales palizas. El Sr. Chen Xiangrui, de 29 años, era practicante en la ciudad de Hengyang, provincia de Hunan. Como se negó a dejar de practicar Falun Dafa, Lei Zhenzhong y otros agentes del Departamento de Policía de Hengyang golpearon al señor Chen en el departamento de policía el 11 de marzo de 2003, utilizando picanas eléctricas, un martillo y palos de goma.
El Sr. Chen murió en el Hospital Central de Hengyang a la mañana siguiente. Sufrió fractura de cráneo, hemorragia intracraneal y daños en los órganos internos. Además, tenía fracturadas las costillas, la clavícula y los empeines. Se le extrajeron 2.500 mililitros de sangre de la cavidad abdominal.
Al día siguiente de la muerte del Sr. Chen, la policía llevó a sus padres, hermana, cuñado y otros familiares al hotel Jingyuan y les ordenó firmar un formulario de consentimiento para que incineraran su cuerpo. Cuando se negaron, los retuvieron en el hotel hasta el 14 de mayo de 2003. Ante su objeción, dos camiones cargados de agentes de policía armados escoltaron el cadáver hasta el crematorio local.
Inyectados con drogas desconocidas
El Centro de Lavado de Cerebro de Xinjin, en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan, era famoso por maltratar a los practicantes. El Sr. Xie Deqing, de 69 años, jubilado del Instituto de Encuestas y Diseño de Chengdu, provincia de Sichuan, fue llevado al Centro de Lavado de Cerebro de Xinjin el 29 de abril de 2009.
Le inyectaron drogas desconocidas, lo que le provocó fuertes dolores en el pecho e incontinencia. También tenía dificultades para beber y tragar. Pronto quedó demacrado. Cuatro días después de ser puesto en libertad, murió el 27 de mayo de 2009.
El Sr. Xie contó una vez a su familia que el centro de lavado de cerebro lo envió a un hospital para que le hicieran un supuesto examen físico. Después de que los médicos le inyectaran drogas desconocidas, tuvo dificultades para comer y beber durante más de 10 días. Antes de morir, tuvo síntomas de haber sido envenenado: sus manos se volvieron negras, al igual que todo su cuerpo.
Alimentación forzada
Algunos practicantes iniciaron una huelga de hambre para protestar por la detención ilegal y la tortura. En respuesta, los guardias de varios centros de detención alimentaron brutalmente a los practicantes como castigo.
Qin Yueming, de 47 años, vivía en el distrito de Jinshantun, en la ciudad de Yichun, provincia de Heilongjiang. Como practicaba Falun Dafa, fue condenado a 10 años de prisión. El 25 de febrero de 2011, cuatro reclusos de la Prisión de Jiamusi sujetaron los brazos y las piernas del Sr. Qin, mientras un quinto recluso le arrancaba la lengua con unas pinzas hemostáticas. A continuación, le introdujeron un tubo en la boca y le alimentaron a la fuerza con leche y sal.
En ese momento estaban presentes todos los guardias del módulo, incluido el director Yu Yifeng y el médico de la prisión Zhao Wei. Yin Hongliang y otro recluso introdujeron el tubo de alimentación forzada hasta el fondo del pulmón del Sr. Qin. Gritó de dolor y murió a la mañana siguiente.
Estiramiento hasta la muerte
Los estiramientos son otro método de tortura. Especialmente en el noreste de China, muchas prisiones maltrataban a los practicantes de esta forma.
Zhao Yanxia, de 55 años, estaba jubilada de la Agencia de Protección Medioambiental del condado de Lishu, en la provincia de Jilin. Debido a que practicaba Falun Dafa, fue enviada a campos de trabajo forzado en dos ocasiones, durante tres años en total. Tras ser detenida de nuevo en mayo de 2011, fue condenada a tres años y medio de prisión por el Tribunal del Condado de Lishu. En septiembre de 2011 fue trasladada a la Prisión de Mujeres de Jilin y recluida en la Unidad Educativa.
Como la Sra. Zhao no renunciaba a sus creencias, los guardias la golpearon, la ataron, la colgaron, no le dieron agua y le negaron el acceso al baño. Al ver que seguía firme en su fe, el director Zhang Shuzhen ordenó a la reclusa que estirara sus cuatro extremidades en distintas direcciones todo lo posible. Como resultado, la Sra. Zhao quedó incontinente, pero fue torturada de la misma manera al día siguiente.
Tortura de estiramiento.
El 5 de octubre de 2011, los guardias ordenaron a los reclusos que torturaran a la Sra. Zhao estirándola de nuevo. Ella murió durante la tortura. Para encubrirlo, el director Zhang Shuzhen dijo al recluso Yang Hui que pidiera prestada ropa nueva y se la pusiera a la Sra. Zhao. A continuación la llevaron al hospital de la prisión para "reanimarla" antes de anunciar que había muerto de un ataque al corazón.
Cadena de suministro para la sustracción de órganos
Después de que se revelara en marzo de 2006 la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Dafa por parte del PCCh, surgieron cada vez más pruebas que indicaban que el delito se había prolongado durante años y aún continúa.
Jiang Zemin no solo inició la persecución en 1999, sino que también dio la orden de llevar a cabo la sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa detenidos. Cuando Bo Xilai, entonces ministro de Comercio, visitó Alemania en septiembre de 2006, admitió que fue Jiang quien dio la orden de sustraer órganos a los practicantes de Falun Dafa. Bai Shuzhong, exministro de Sanidad del Departamento General de Logística del Ejército Popular de Liberación chino (EPL), también admitió en septiembre de 2014 que fue el propio Jiang quien dio la orden de sustraer órganos a los practicantes de Falun Dafa.
El asesinato por encargo del PCCh se vio facilitado por una cadena de suministro en la que participaron la Oficina 610, las fuerzas del orden, hospitales militares y otros organismos gubernamentales. Expertos en derechos humanos se refirieron a la sistemática sustracción forzada de órganos como "una nueva forma de maldad en este planeta".
Debido a la censura y a la práctica del PCCh de incineración rápida, aún no se conoce el panorama completo de la sustracción de órganos. Pero la información obtenida hasta ahora confirma este horrendo crimen.
La Sra. Hao Runjuan era una practicante del distrito de Baiyun de la ciudad de Guangzhou, provincia de Guangdong. Fue a Beijing cuatro veces para hacer una apelación en favor de Falun Dafa y fue detenida en todas las ocasiones. Tras ser torturada durante 22 días en 2002, murió en el Centro de Detención de Baiyun, en Guangzhou.
Cuando avisaron a su familia para que reclamara su cuerpo, no pudieron reconocerla. No tenía órganos internos, le habían quitado la piel y sus ojos habían desaparecido. Solo veían huesos, músculos y sangre fresca. Su familia miró el cadáver dos veces y no pudo saber si era la Sra. Hao. Al final, llevaron a su hijo de dos años a hacerse un análisis de sangre, que confirmó que el montón de huesos y carne era de Hao.
Un exguardia de policía también testificó en diciembre de 2009 sobre la sustracción de órganos que había presenciado el 9 de abril de 2002. La víctima era una profesora de unos 30 años y el incidente ocurrió en el Hospital General de la Región Militar de Shenyang, en la provincia de Liaoning. Cuando la practicante estaba plenamente consciente, los cirujanos le extirparon el corazón y los riñones sin anestesia.
"Un bisturí, un cuchillo quirúrgico en el pecho. Al cortar el pecho, brotó sangre. Salía a borbotones, no...", recuerda el testigo. En aquel momento, la practicante llevaba cerca de una semana siendo torturada y presentaba innumerables heridas por todo el cuerpo. "Le cortaron el pecho con un cuchillo, sin que les temblaran las manos. Si fuera yo, estaría temblando", añadió. "Primero le arrancaron el corazón y luego los riñones. Cuando las tijeras le cortaron los vasos sanguíneos, empezó a temblar. Fue horrible. Puedo imitar su voz, aunque no pude imitarla bien. Sonaba como si le estuvieran desgarrando algo y luego decía "Ah". Después de eso, siempre tenía la boca muy abierta, con los dos ojos muy abiertos. Ah... No quiero seguir...".
Antes de la sustracción de órganos, la practicante también sufrió abusos sexuales. Algunos policías utilizaban herramientas para abusar de ella. "He sido testigo de todo esto con mis propios ojos, pero lamento no haber tomado ninguna foto. Tenía buen aspecto, era relativamente guapa, (así que los policías) la violaron... esto era demasiado habitual", añadió.
Deudas de Jiang y el PCCh
Cuando Jiang empezó a perseguir a Falun Dafa, dijo: "No creo que el PCCh no pueda derrotar a Falun Dafa". Reprimió a Falun Dafa en nombre del PCCh, y lo hizo con los recursos del PCCh. Jiang murió, pero la persecución continúa, incluida la sustracción forzada de órganos.
¿Cuántos practicantes de Falun Dafa sufrieron la persecución? Entre las decenas de millones de practicantes, así como sus familiares, casi todos han sido discriminados por sus creencias. Según información verificada obtenida por Minghui, más de 4.800 practicantes perdieron la vida a causa de la persecución. El número de practicantes recluidos en centros de detención, campos de trabajo, centros de lavado de cerebro y prisiones es demasiado elevado para contarlo. Lo mismo puede decirse del número de víctimas de la sustracción de órganos. Es más probable que tengamos una imagen completa de la tragedia solo después de la caída del PCCh.
Las deudas sangrientas de Jiang son también pecados cometidos por el PCCh. Reconocer esto y rechazar al PCCh es un paso crítico antes del amanecer de un mañana mejor.
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Categoría: Opinión y análisis